[Qui-deu-a-qui] ¿Qué crisis ? ¿Qué respuestas puede dar el Sur ? - Eric Toussaint

gemma.tarafa en odg.cat gemma.tarafa en odg.cat
Mie Dic 3 13:11:45 CET 2008


Aquí teniu aquest article que ens ha fet arribar l'Eric Toussaint sobre la
crisi. En la línia del que vam comentar ahir a la reunió.

Petons, Gemma:)

PD: Els i les qui us vulgueu afegir al grup de treball FAD i CESCE per
anar tirant endavant el que es va definir a Córdoba, em podeu enviar un
mai a ; gemma.tarafa en odg.cat?. Així, tal i com vam comentar ahir, podem
anar preparant la feina a fer i socialitzar-la amb la resta de companys a
la propera reunió de QDQ (dimarts 16 a les 19:30h).

--------------------------- Missatge original ----------------------------
Assumpte: ¿Qué crisis ? ¿Qué respuestas puede dar el Sur? Eric Toussaint
De:       "Eric Toussaint" <international en cadtm.org>
Data:     Wed, Desembre 3, 2008 12:40 pm
--------------------------------------------------------------------------

<http://www.cadtm.org/spip.php?article3923>
http://www.cadtm.org/spip.php?article3923



¿Qué crisis ?

¿Qué respuestas puede dar el Sur?



Eric Toussaint



La crisis económica y financiera estalló en el Norte

La actual crisis mundial se desencadenó en el Norte como consecuencia de la
crisis de las hipotecas subprime en 2007, en Estados Unidos. Y esta última
se originó a su vez en las deudas privadas en dicho país. Los bancos y
agencias de crédito hipotecario habían creado un monstruoso montaje de
deudas que finalmente colapsó, iniciando así la crisis financiera cuyas
repercusiones todavía persisten. El rescate de los bancos en Europa es
claramente su consecuencia; y la onda de choque de la crisis de 2007 y sus
réplicas continuarán haciéndose sentir.



La crisis, nacida en los países del Norte, Estados Unidos y Europa, no es
sólo financiera sino  también económica, es decir que afecta directamente la
economía real, la producción. Hay una crisis en el sector de la construcción
en Estados Unidos, España, Gran Bretaña e Irlanda y se extenderá  a otros
países. Muchos puestos de trabajo en este sector peligran, en particular
los  que ocupan inmigrantes, especialmente latinoamericanos (ecuatorianos,
bolivianos, etc.) en  Estados Unidos o  en España. Las pérdidas de empleos
serán numerosas  en este sector, por lo que bajarán las remesas de los
emigrantes a sus países de origen, y sus  familias se verán muy afectadas.



Si bien esta  crisis económica estalló en el Norte, sus efectos se harán
sentir en el Sur. Las industrias del Norte tendrán que reducir la producción
al disminuir el consumo, y esta caída de la producción provocará una menor
demanda de petróleo, gas y materias primas (minerales). Acabará la cadena
con una caída del precio de los productos primarios —cosa que ya está
pasando desde mediados de septiembre de 2008—. Desgraciadamente, esta
reducción de precios hará bajar los ingresos de los países en desarrollo.



La crisis alimentaria mundial tiene también su origen en el Norte

Aparte de esta crisis financiera y económica existe también una crisis
alimentaria, que afecta directamente a los pueblos del Sur, en donde los
precios de los alimentos han aumentado  un 100%, e incluso un 300%, en el
caso del arroz. Pues bien, un 80% de la población de muchos países del Sur,
y me refiero, en particular, a los más pobres, especialmente en el África
sahariana, dedican un 95% de sus ingresos a la compra de alimentos. Esta
gente ya no puede comer lo necesario.  Por lo tanto, hay un fuerte aumento
del número de personas que pasan hambre; decenas de millones de personas
incrementan el ejército de hambrientos. Antes de que estallara la crisis,
había ya 820 millones de personas con hambre en el planeta. Pero además
están las  personas subalimentadas. Con esta crisis, la población que está
en una situación de inseguridad alimentaria aumentó en más de 140 millones
de personas.



¿Cuál es la causa de esta crisis alimentaria ?

Una vez más, el origen está en el Norte. Los industriales de los
agronegocios del Norte convencieron a los gobiernos de Washington, de la
Unión Europea y de otros Estados europeos de que subvencionaran la
producción de agrocombustibles a partir de maíz, trigo, colza, soja o
remolacha.  Por consiguiente, un gran volumen de productos alimentarios se
desvía a la producción de agrocombustibles, causando una caída significativa
de la oferta de cereales y otros alimentos en el mercado con el consiguiente
enorme aumento de los precios.

 Además, este aumento de precios se reforzó porque, de nuevo, en el Norte
grandes inversores institucionales (bancos, compañías de seguros, fondos de
pensión) comenzaron a especular en un sector de los mercados financieros
donde antes no eran activos: el denominado “mercado a plazo de los cereales”
así como los respectivos de petróleo y gas. Es importante recordar que hay
tres Bolsas en el mundo que fijan los precios de los alimentos (en
particular de los cereales) en los mercados a plazo. Son las Bolsas de
Chicago, de Kansas City y de Minneapolis. Los precios  a plazo de los
cereales contratados en  Estados Unidos en estas Bolsas se reflejan en todo
el mundo y no solamente sobre el precio a plazo y sino también sobre el
precio actual, el precio al contado. En resumen, la producción de
agrocombustibles, por una parte, y por otra, la especulación en el mercado a
plazo de los alimentos causaron la crisis alimentaria que padecemos.[1]



No olvidar la crisis climática cuyos efectos son muy graves

La cuarta crisis, es la climática. Se podría tender a olvidarla estas
últimas semanas debido a que la crisis financiera está en el centro de
interés en el Norte y que la crisis alimentaria  atenaza en el Sur el
estómago de decenas de millones de personas y moviliza las energías de
centenares de millones de otros cada día. En la medida en que no hubo
catástrofes ambientales impresionantes en los últimos meses, dejó de
hablarse del cambio climático. Pero el cambio climático está presente y
tiene efectos inevitables a lo largo del tiempo. No se los percibe
necesariamente como desastrosos y rápidos pero allí están. La subida del
nivel medio de los océanos afectará a la población de toda la cuenca de un
país como Bangladesh, donde viven 150 millones de personas. Más de la mitad
de la población de este país vive a nivel del mar o un poco por debajo
porque hay diques de protección. En los 10 años venideros, los efectos serán
terribles. Cité Bangladesh, pero podría haber citado otras regiones del Sur.




Aquí también, el origen de esta crisis está al Norte: la culpa es del modelo
de desarrollo productivista capitalista. Por supuesto, este modelo también
existe en el Sur, pero el Norte ha producido una cantidad fenomenal de
contaminación atmosférica desde el principio de la revolución industrial. La
gente oye que se habla de liberación de gases de efecto invernadero y en
consecuencia piensa en la emisión actual, pero hay recordar que los gases de
efecto invernadero, que resultan de las actividades industriales, se
concentran en la atmósfera desde hace dos siglos. Es decir, es la
concentración desde ese momento la que pesa más, no los gases liberados de
hoy (que por supuesto es necesario reducir). Pues bien, aunque China emite
cada vez más gases de efecto invernadero, sería un error decir que son los
Chinos o los Indios con su desarrollo son tan responsables como Estados
Unidos o Europa del cambio climático,  ya que aplican el modelo de
desarrollo productivista. Los responsables son los países que fueron la cuna
de la revolución industrial, que con el método de consumo lunático acarreó,
por ejemplo, los coches individuales y el despilfarro de combustibles
fósiles.



Si el Norte es el lugar geográfico de origen de las cuatro crisis, el
sistema capitalista es la causa fundamental

En resumen, se tienen cuatro crisis: financiera, económica, alimentaria y
climática, que afectan a todo el planeta pero cuyo origen se sitúa en los
países del Norte. Después de haber comprendido esto, no es necesario dar más
vueltas, ya que no sólo son estas  crisis lo que tienen en común el Sur y el
Norte, también comparten un régimen económico, el sistema capitalista que
domina la totalidad del planeta. Hasta hace unos treinta años se hablaba de
un campo socialista o comunista, pero desde entonces, el bloque soviético
—Rusia, los países de Asia Central, los de Europa del Este— volvieron a
integrar, junto con China y Vietnam, el sistema capitalista. Las cuatro
crisis que acabo de analizar esquemáticamente, deben considerarse
directamente como efectos del sistema capitalista mundializado (sistema que
se originó también, históricamente, en el Norte).



Cuando las cosas van mal en los países del Norte, su repercusión es negativa
en los países del Sur

Por supuesto, el capitalismo más pujante es todavía el de los países más
industrializados del Norte. Las economías de Estados Unidos, Europa y Japón
representan un 60% de la economía mundial, mientras que en estos países vive
solamente el 15% de la población mundial, y tienen una superficie bastante
reducida en la escala planetaria. Sin embargo, cuando las cosas van mal en
los países del Norte, eso se refleja en los países del Sur.



¿El Sur pagará indefectible los platos rotos de esta crisis?

En realidad, ya está pagando algunos, pero ¿esto se amplificará
necesariamente o se presenta una oportunidad para protegerse? He aquí un
punto importante de mi exposición: el Sur debe y puede perfectamente
protegerse de algunos de los efectos de estas crisis, aunque no sea de
todos. Con relación a la crisis financiera, es necesario que los países del
Sur tomen medidas contra la libertad de movimiento de capitales y, en
particular, contra la fuga de capitales hacia el Norte. Los países del Norte
tienen una enorme necesidad de  liquidez y las empresas del Norte repatrían
un importante volumen de capitales hacia sus países para sanear las cuentas
de los bancos, de las compañías de seguros. Para hacer frente a esta fuga,
los países del Sur deben bloquear estos flujos e instaurar, como hace
Venezuela desde 2003, un estricto control sobre los movimientos de capitales
y sobre las operaciones de cambio de sus monedas. Esto también protegería
sus monedas y evitaría que sean víctimas de ataques especulativos.



Los países del Sur no deben seguir el ejemplo de los gobiernos de los países
europeos y de EE.UU., o sea, inyectar enormes cantidades de dinero público
para salvar los bancos privados sin tomar su control, haciendo regalos a los
banqueros corruptos, a los banqueros ladrones. ¡Los países del Sur deben
hacer otra cosa!



1)       Instaurar un control público sobre el sector bancario privado (es
decir, estatizarlo, nacionalizarlo) y negarse a poner dinero para salvar
banqueros privados. Poner dinero para proteger el ahorro, esto es lo que
tendrían que haber hecho los países del Norte, y por otro lado  recuperar el
coste de la protección del ahorro y del sistema bancario descontando una
suma equivalente del patrimonio de los grandes accionistas y administradores
de bancos. Obviamente, con los grandes accionistas no es necesario limitarse
a tomar lo que dejaron en sus bancos, ya que, en general, vaciaron las cajas
antes de llamar al Estado en su ayuda. Es necesario entonces  establecer un
catastro de las fortunas de los grandes accionistas en todos los sectores de
la economía y recuperar el coste generado para salvar el sistema bancario.



2)       Es necesario también dotarse de un banco del Sur para depositar las
reservas de cambio y financiar el desarrollo humano de los países del Sur
sin tener que seguir pidiendo préstamos a los mercados financieros del
Norte, sin tener que pedir un solo dólar más al Banco Mundial y al FMI o a
otras instituciones financieras completamente controladas por los países del
Norte. Un banco del Sur podría financiar reformas que no interesen al
capital privado, como, por ejemplo, una reforma agraria o la aplicación de
una política de soberanía alimentaria. Se podría también utilizar dinero
público para o renovar profundamente el hábitat existente, o para construir
un nuevo hábitat adaptado a las condiciones de vida de las poblaciones
interesadas. Eso crearía mucho empleo y mejoraría la calidad de vida. Se
trataría de financiar proyectos que valen realmente la pena: por ejemplo,
entre otros, el establecimiento de una industria farmacéutica de
medicamentos genéricos.



3)       Es necesario realizar la auditoría de la deuda pública, tanto la
interna como la externa, y declarar soberanamente la nulidad de las deudas
ilegítimas suspendiendo su pago. Es el momento propicio para constituir un
frente de los países del Sur para no pagar la deuda. Es también necesario
abandonar el Banco Mundial y el FMI.



4)       Habría muchas cosas que añadir a lo dicho, como la necesidad y la
posibilidad de crear un conjunto de intercambio y trueque “Sur-Sur”, entre
los países del Sur. Se puede tomar como un ejemplo posible África
Occidental. Países como Malí, Níger y Burkina no tienen acceso al mar, ni
petróleo, pero producen algodón, además de oro (Malí) y uranio (Níger).
Nigeria, que tiene acceso al mar produce petróleo y exporta todo su crudo a
Estados Unidos o Europa, que a su vez reexportan derivados refinados a
Nigeria, Malí, Burkina y Níger. Obviamente, sería mucho más atinado hacer
intercambios entre Nigeria, que refinaría y transformaría su propio petróleo
en distintos derivados y Malí, Burkina y Níger, que podrían desarrollar una
industria textil para transformar su algodón. Se intercambiarían entonces
productos nigerianos derivados del petróleo por productos textiles de esa
parte de África Occidental, sin pasar por el mercado mundial. Es
absolutamente razonable. Lo que hace falta es la voluntad política.



5)       Es necesario que los dirigentes del Sur, bajo la presión popular,
rompan con el modelo neoliberal y rompan con el esquema capitalista, pero, y
este es el quid de la cuestión, en general, estos dirigentes están muy
satisfechos de vivir en el sistema capitalista y de aceptar las
recomendaciones de Washington y Bruselas, del Banco Mundial y del FMI. Es
necesario que los pueblos se organicen, se saquen de encima si necesario
estos dirigentes, y los sustituyan por mandatarios, democráticamente
elegidos, que se comprometan a aplicar un modelo de desarrollo adaptado a
las necesidades de la población local. Que utilicen las debilidades de los
países y de las instituciones del Norte, empantanados en la crisis que ya
sabemos, para reforzar la fuerza de los pueblos del Sur.


Traducido por Guillermo Parodi con la colaboración de Griselda Pinero y Raul
Quiroz


Eric Toussaint

------------ próxima parte ------------
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