[LaCrisi-paguinElsRics] RV: de interes
Josep co.bas
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Vie Mar 9 00:46:31 CET 2012
os paso estos articulos de interes,
pero el de Ignacio Sotelo de El Pais y el de Rafael Poch de La Vanguardia, son de miedo total sobre la estrategia de los jefes de la UE.
que pueden estar preparando para la represión de las revueltas ante la miseria social que nos imponen.
DEBEMOS SALIR DEL EURO Entrevista a Pedro Montes por J. L.
Fue uno de los pocos economistas críticos con la entrada de España en la moneda única. Hace diez años publicó «La historia inacabada del euro», donde anticipaba algunos de los grandes problemas que enfrenta hoy Europa. Pedro Montes (Granada, 1945) trabajó durante 36 años para el Servicio de Estudios del Banco de España y ha sido miembro de la presidencia federal de IU.
-Su tesis, por resumir, es que España debe dejar el euro. -Dije en su día que España no debía entrar en el euro y que faltaba cohesión económica en una Europa creada, a partir del Tratado de Maastricht, sólo por voluntad política. Después de doce años de vigencia del euro, incluso a mí se me ponen los pelos de punta al decir que debemos salir del euro. Entonces había razones ideológicas en mi posición; ahora afirmo, tras calibrar la gravedad de la situación, que España debería abandonar su vinculación con el euro.
-Explique las razones, porque hay muchos ciudadanos que tiemblan ante esa posibilidad.
-No hay solución para la economía española en el marco del euro. Hemos acumulado una deuda con el exterior, unos pasivos brutos de tal magnitud, que no podemos generar recursos para pagar. Hablamos de 2,3 billones de deuda. Siempre hemos sido un país deudor, pero con nuestra entrada en el euro el déficit de la balanza exterior se ha disparado. Y, además, nos endeudamos mucho por la euforia que causó la globalización financiera. La deuda es impagable y vamos a estar siempre bajo la angustia que nos pueden causar los mercados financieros.
-Pero por abandonar el euro no dejamos de ser deudores. -Evidente. Salirnos hoy del euro sólo sería un alivio artificial.
-En el marco del euro siempre habrá ayudas y complicidades, lo que no ocurriría con una moneda nacional. No veo el beneficio.
-El beneficio es que nuestra economía podría ser más competitiva para generar un excedente que permita ir pagando la deuda. Lo que ocurre es que la economía española es ya un puzle que no puede completarse en todos sus lados. Cuando digo que lo mejor es salirnos del euro y que la deuda es impagable estoy hablando del futuro de nuestra economía.
-Usted ha escrito que sólo nos cabe la catástrofe o el caos.
-En eso estamos. No recuerdo a qué llamé catástrofe y a qué el caos. Dicho de otra manera: España no es viable en el euro y fuera de la moneda única tendremos tal grado de conmociones que, sin duda, sufriremos.
-Usted defiende la salida del euro para recuperar la vieja palanca de la devaluación. ¿Es eso?
-Sí, y la vieja palanca de tener una moneda propia con una autoridad monetaria propia. Es una de las bondades. ¿Los males? La deuda, pero es que la deuda no se va a poder pagar ni dentro ni fuera del euro.
-O sea, está convencido de que España, tarde o temprano, se declarará en suspensión de pagos. -Evidente.
-Pero es gravísimo. -Sí; yo sólo soy el mensajero y ya llevo tiempo dando este aviso, desde que se creó el euro.
-¿Qué problemas veía entonces para augurar el batacazo?
-Que no había condiciones para la moneda única. Además, las monedas nacionales fueron un instrumento histórico para que las economías débiles pudieran permanecer en el ámbito de la economía internacional. Los países tenían el mecanismo de la devaluación para poder competir.
-Un mecanismo para las economías del siglo XX, no para la economía globalizada.
-Es discutible. ¿Dónde está dicho que a la globalización le corresponde una moneda única? No tiene por qué ser así. De hecho, en la Unión Europea hay países como el Reino Unido o Dinamarca que no adoptaron el euro.
-¿Acertaron? -Lo he dicho antes, que no debimos incorporarnos al euro. La historia demostraba que, en los años previos al euro, la moneda de los países fuertes se había revalorizado, mientras que otras se habían devaluado. Ahí ya había un forzamiento. En 1993, hubo una crisis del sistema monetario europeo y se vio que era imposible sostener las monedas con el sistema de cambio establecido. A pesar de ello, se siguió avanzando hacia el euro, empecinándose en el error. Hubo que devaluar hasta cinco veces la peseta de entonces. Con esos antecedentes, ¿por qué se corrió tanto hacia la moneda única?
-¿Por qué? -Europa hizo del euro su gran proyecto y dio pavor decir que había que ir más lentos o dar marcha atrás. Al contrario, la clase política de todos los países se puso orejeras para ir hacia la moneda única, pese a que muchas de las condiciones de convergencia de Maastricht no se cumplían. Además, la capacidad de redistribución a través del presupuesto europeo es muy escasa.
-¿La solución no está en ir avanzado hacia una fiscalidad común?
-Sí, pero ahora es imposible. Antes hay que resolver el problema de la deuda soberana, porque hay países que deben mucho y otros que son acreedores. ¿Quién le dice a los alemanes que deben pagar por las deudas de España? Tenemos, por otra parte, una fiscalidad muy heterogénea. Hacer una fiscalidad común supone que los españoles tendríamos que pagar, si nos comparamos con Alemania, siete u ocho puntos más respecto al PIB. ¿Cómo hacemos eso? No es fácil.
-¿Ni siquiera sirven ya las políticas de contención del déficit?
-Ya no, es tarde. Desde mayo del año pasado, bien porque Zapatero obedece un «diktak» de los poderes europeos o porque percibe que la situación es gravísima, se produjeron recortes, reforma laboral, congelación de pensiones... Y la situación no es la misma sino más grave. No han solucionado nada.
-¿Tampoco confía en el acuerdo de Zapatero y Rajoy para «sacralizar» el déficit cero a través de la Constitución?
-Absolutamente, no, aparte de la gravedad que tiene reformar la Constitución sin consultar a nadie. Primero, por los plazos que se han dado: hablamos del año 2020; segundo, el déficit cero en nuestro sector público no arregla el problema de nuestra deuda exterior.
-¿Nuestros acreedores piensan que no vamos a poder pagar?
-Eso es. El endeudamiento público está en límites razonables, pero el conjunto de nuestra deuda es enorme. De esos 2,3 billones, unos 2 billones son del sector privado.
¿Y qué soluciones hay, dirá usted? No las hay, como se ve.
-Pero está convencido de que España está condenada a abandonar del euro. -Absolutamente. Es más, creo que la moneda única está tan mal diseñada que la marcha de algún país, aunque sea periférico, causará una gran conmoción.
-Habrá quien piense que su visión está muy condicionada por su ideología de izquierda. -Ya no. Soy un economista de izquierda y sabía que la moneda única era un dogal que nos poníamos; que a partir de ahí no habría más que recortes y retroceso social por la competencia entre países muy distintos, desiguales. Me opuse a Maastricht, es cierto. Pero el problema ahora es que se ha complicado tanto la situación, con cinco millones de parados y una situación financiera desconocida, que estamos ante otra cosa. Seguir con el euro es mantener ese dogal sin solucionar los problemas de nuestra economía.
«Es evidente que tarde o temprano nos tendremos que declarar en suspensión de pagos»
29 M GREBARA GOAZ. POR LOS DERECHOS LABORALES Y SOCIALES SINDIKATUAK: ELA, LAB, ESK, ESTEE-EILAS, CGT-LKN, EHNE, HIRU.
Estamos sufriendo un ataque sin precedentes a los derechos laborales y sociales. Los gobiernos se han aliado con la patronal y con los poderes económicos. Están aprovechando la crisis, que fue generada por sus políticas, para realizar todo tipo de recortes. Se trata de primar los beneficios empresariales y enriquecer a una minoría, a cambio de empobrecer a la mayoría de la población, recortando los salarios, precarizando el empleo, aumentando el paro, recortando las prestaciones sociales, las pensiones y el gasto público en sanidad, educación o servicios sociales.
La reforma laboral y de negociación colectiva, aprobada por decreto por el gobierno de Rajoy, es un nuevo ataque en esta dirección, que se suma a las reformas aprobadas en los años previos. Pero no es un paso más, sino uno “muy agresivo”, como señaló un miembro de dicho gobierno. Es una reforma que desequilibra enormemente las relaciones laborales. Da mucho más poder y capacidad de decisión al empresario y debilita a los trabajadores y trabajadoras. La reforma:
a.. Facilita y abarata el despido. Supone un retroceso sustancial, al ampliar las causas para que un despido sea considerado procedente. Rebaja la indemnización por despido improcedente, elimina los salarios de tramitación, habilita el despido objetivo en el sector público y elimina la autorización administrativa en los EREs.
b.. Debilita el derecho a la negociación colectiva. Si un convenio colectivo no se renueva en dos años, desaparece. Se da prioridad absoluta al convenio de empresa respecto al convenio sectorial y se facilita que las empresas no apliquen los convenios.
c.. Aumenta la flexibilidad laboral al gusto de la empresa. Se facilitan la movilidad funcional, la movilidad geográfica y la modificación sustancial de las condiciones de trabajo.
d.. Se precariza la contratación. Además de seguir subvencionando a las empresas, la reforma crea nuevos tipos de contrato precarios, con despido gratuito en el primer año, y modifica el contrato a tiempo parcial para aumentar su flexibilidad.
e.. Todas estas medidas tienen especial repercusión en los colectivos que, como las mujeres, están en peor situación en el empleo y en la sociedad.
La reforma pretende que la clase trabajadora acepte cualquier tipo de condiciones de trabajo, tirando de éstas a la baja. Llueve sobre mojado. Esta reforma viene precedida de otras reformas y recortes que han ido preparando el terreno. El acuerdo firmado por UGT y CCOO para recortar las pensiones y retrasar la edad de jubilación a los 67 años, la reforma laboral del 2010, la de negociación colectiva del 2011, las medidas adoptadas contra el sector público o el acuerdo firmado a finales de enero con la CEOE, en el que dichos sindicatos aceptan que los salarios pierdan poder adquisitivo y que aumente la flexibilidad laboral. Nuestras organizaciones no aceptan que la vía del destrozo de nuestros derechos sea ineludible. No vamos a acompañar los recortes. No vamos a dar paz social. No lo estamos haciendo.
Hemos denunciado reiteradamente las políticas que se vienen aplicando por las distintas instituciones. Hemos rechazado los recortes del gasto social que se vienen aprobando por las instituciones de la CAPV y de Navarra. Se atacan los servicios públicos, especialmente la educación, la sanidad y los servicios sociales. Se han reducido los presupuestos, haciendo retroceder lo público hasta niveles de 2005. Especialmente graves y significativos son los recortes de las prestaciones sociales, que dejan en la estacada a decenas de miles de personas (más de 200.000 personas en paro en Hego Euskal Herria, 55.000 familias que necesitan la Renta de Garantía de Ingresos en la CAPV y 18.000 la Renta Básica en Nafarroa). Las prestaciones no solo se recortan, sino que directamente se deja sin derecho a percibirlas a muchas personas, especialmente inmigrantes. Además, se criminaliza a quienes las perciben y se culpabiliza a la gente desempleada de su situación.
También hemos denunciado la política fiscal. Se perdonan impuestos a quienes más tienen, no hay voluntad de perseguir el fraude fiscal. Se trata de una política fiscal injusta, regresiva y decidida sin participación social.
Las políticas que se están desarrollando son injustas y antidemocráticas. No solo no nos van a sacar de la crisis, sino que la van a agravar: aumento del paro, de la pobreza y de la exclusión social, son situaciones que están en aumento como consecuencia directa de estas políticas. Hay que dar un giro radical para:
a.. Retirar la reforma laboral y de negociación colectiva de Rajoy, y dar marcha atrás en las anteriores reformas. Aumentar los derechos laborales y proteger el derecho a la negociación colectiva. El empleo precario debe desaparecer.
b.. Un reparto más justo de la riqueza, a través de la mejora del poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras.
c.. Impulsar políticas de creación de empleo, a través de la reducción de la jornada, de un aumento del gasto social, del reconocimiento de los derechos sociales y de la mejora e impulso de los servicios públicos.
d.. Conseguir un marco vasco de relaciones laborales y de protección social con plena capacidad normativa, para avanzar en el reconocimiento de los derechos laborales y sociales.
e.. Derogar los recortes legislativos y presupuestarios aplicados a las diferentes prestaciones sociales. Dignificar sus cuantías.
f.. Establecer una red de servicios sociales públicos, universales y a cargo de los presupuestos públicos, garantizando la cobertura a todas las personas dependientes.
g.. Aplicar una política fiscal justa y progresiva, que dé marcha atrás en las reformas aprobadas en las últimas décadas, y que contribuya a un reparto más equitativo de la riqueza. Una verdadera lucha contra el fraude fiscal.
h.. Garantizar el derecho de participación real de los agentes sociales y sindicales en la definición y evaluación de las políticas públicas.
i.. Diseñar políticas de igualdad de oportunidades. Políticas efectivas de conciliación de la vida laboral y personal. Reparto del trabajo productivo y reproductivo.
Estamos en una situación muy grave. Tenemos que decir no a la reforma laboral y de negociación colectiva, así como reclamar el avance en los derechos laborales y sociales y unos servicios públicos de calidad. Distintas organizaciones sindicales y sociales compartimos esta necesidad, así como el convencimiento de que es necesaria una amplia respuesta de movilización. Por eso hacemos el llamamiento a la huelga general en Hego Euskal Herria el 29 de marzo.
Esta huelga general es una respuesta a estos ataques y un grito a favor de un cambio de políticas. Es una respuesta y un grito que el movimiento sindical y social que plantea un cambio de las políticas está llevando adelante en distintas partes de Europa. Vamos a la huelga el 29 de marzo. Es nuestro derecho, es nuestra responsabilidad.
ERAGILE SOZIALAK:Anitzak, Argilan, Asamblea Abierta en defensa de las prestaciones sociales, Asamblea de Invisibles, Asamblea de parados y paradas (Bizkaia y Gipuzkoa), Berrio-Otxoak, Bilgune Feminista, Colectivo de parados de Iruñerria, Consejo de la Juventud de Euskadi- EGK, Denok Lan, Eguzki, Elkartzen, Gipuzkoako Pentsionisten Duintasun Elkartea, Ikasle Abertzaleak, Iniciativa popular por unos presupuestos participativos y sociales de Navarra, Mujeres del Mundo, Pentsionistak Martxan (Araba, Bizkaia, Nafarroa), Plataforma por los derechos sociales de Gasteiz, Posada de los Abrazos, SOS Racismo- SOS Arrazakeria.
Actualidad de Gramsci y Berlinguer frente a la hegemonía de la derechaManel García Biel |
En un momento como el actual en el que, aprovechando una crisis derivada de un sistema económico y social injusto, se imponen políticas económicas y sociales de una derecha, que hegemoniza el discurso político, con recetas basadas en una austeridad concebida como recorte del estado de bienestar, y frente a ello no aparecen alternativas contrapuestas y claras desde la izquierda es bueno recuperar discursos como el que a continuación reproducimos:
“La austeridad es el medio de impugnar la raíz y sentar las bases para la superación de un sistema que ha entrado en una crisis estructural y de fondo, no coyuntural, y cuyas características distintivas son el derroche y el desaprovechamiento, la exaltación de los particularismos e individualismos más exacerbados, del consumismo más desenfrenado. Austeridad significa rigor, eficiencia, seriedad y también justicia; es decir, lo contrario de todo lo que hemos conocido y pagado hasta la presente, que nos ha conducido a la gravísima crisis.”..“abandonar la ilusión de que es posible perpetuar un tipo de desarrollo, basado en la expansión artificial del consumo individual, que es fuente de derroche y parasitismo, de privilegios y dilapidación de los recursos y desequilibrios financieros”
Las frases anteriores nos parecen de plena actualidad, a pesar de que se trata de un discurso de Enrico Berlinguer en las Conclusiones ante la Convención de Intelectuales en enero de 1977.
En el momento actual de plena hegemonía de la derecha en todos los campos, en un momento de crisis económica en el que parece que nadie discute la dictadura de los mercados, es bueno comprobar la actualidad de los planteamientos que dirigentes históricos de la izquierda efectuaban hace decenios y que hoy parecen plenamente vigentes.
El discurso citado de Berlinguer se sitúa en una época en que la izquierda transformadora en Italia discutía la hegemonía en todos los ámbitos a la derecha y ello comportaba que también en el campo ideológico se diera una lucha clara y enfrentada por la disputa de la hegemonía social.
Berlinguer heredaba la rica tradición del pensamiento de Gramsci y su concepción de la “Hegemonía” como forma de dominación ideológica e institucional. Para conquistar la hegemonía social era preciso un combate ideológico contra las clases dominantes, representantes del pensamiento capitalista, como forma para transformar la concepción del mundo y por tanto llevar a cabo la hegemonía de un nuevo bloque histórico.
El concepto de “bloque histórico” de Gramsci significaba las alianzas que entorno a la clase trabajadora se debían articular por parte de diversos y amplios sectores de la sociedad a partir del convencimiento de que sus intereses inmediatos y futuros coinciden con el planteamiento ideológico que se efectuaba desde la izquierda transformadora.
La lucha ideológica no se considera al margen de las luchas sociales, al contrario. En la época de Berlinguer la izquierda que éste representaba disputaba el dominio ideológico amparándose en el amplio movimiento social y sindical de los trabajadores y en su amplia visión de la necesidad de cambio compartida por las clases medias urbanas, el campesinado del sur de Italia y la practica totalidad de la intelectualidad, en todas sus facetas, filosóficas, culturales y científicas, que se veían representadas en aquel momento por el PCI.
Esta etapa de la dirección de Berlinguer significa el momento culminante de la lucha por la hegemonía de la izquierda transformadora, el PCI, en Italia. Es destacable el hecho de que este partido pasó más de 30 años en la oposición sin debilitarse, al contrario, con un nivel de influencia tal, no debe olvidarse su presencia institucional en numerosas regiones y ayuntamientos, que la derecha, nacional e internacional incluso utilizó el terrorismo, blanco y negro, e incluso se planteo el golpe de estado, para impedir su ascenso.
Por su parte es interesante contemplar los debates en el interno de la izquierda trasformadora, su pluralidad y la riqueza de matices de sus diversos representantes desde Amándola y Napolitano, hasta Ingrao y Cossuta, entre los que destaca la figura del propio Berlinguer. Un ejemplo significativo y culminante de esta situación de lucha por la hegemonía política y social fue el propio momento del entierro de Berlinguer La asistencia de más de un millón de personas, obreros, campesinos, estudiantes etc., del norte y del sur, grabado por los mejores directores de cine italianos de Fellini a Bertolucci, y que es fiel reflejo de la implantación y enraizamiento conseguidos. Con posterioridad a Berlinguer, la izquierda transformadora italiana inicia un declive con Ochetto y especialmente con D’Alema, el dirigente en el que la táctica se impone constantemente a la estrategia, que les lleva a la inoperancia actual.
Pero es en la etapa de Berlinguer donde podemos recoger aspectos aún válidos para la actual izquierda española sumida en el caos y desorden intelectual. Es preciso poseer un bagaje ideológico propio que confrontar con la derecha. Pero ese bagaje intelectual debe partir de la premisa de estar enraizado en la realidad social y tener como objetivo el cambio. La lucha ideológica es aquella que pretende cohesionar al bloque histórico y conquistar la hegemonía social. Como señalaba Gramsci la hegemonía que asegura su cohesión corresponde a una nueva visión global del mundo, visión ideológica, y que representa la capacidad para afrontar el conjunto de los problemas de la realidad social e indicar soluciones concretas de la base socio-económica. En la lucha ideológica se trata de convencer a la mayoría de la población de que sus intereses inmediatos y futuros coinciden en este planteamiento ideológico.
Volvamos a otro extracto del discurso de Berlinguer: “cuando planteamos el objetivo de la superación de los modelos de consumo y de comportamiento, inspirados en un individualismo exagerado; cuando planteamos el objetivo de llegar más allá de la satisfacción de necesidades materiales, artificialmente creadas, y también más allá de la satisfacción de las actuales formas irracionales, costosas, alienantes y socialmente discriminatoria, de necesidades que, claro que sí, son esenciales cuando planteamos el objetivo de la plena igualdad y liberación efectiva de la mujer, que es hoy uno de los temas más importantes de la vida nacional, y no sólo de ésta; cuando planteamos el objetivo de la participación de los trabajadores y de los ciudadanos en el control de las empresas, de la economía, del Estado; cuando planteamos el objetivo de la solidaridad y cooperación que conduzca a una redistribución de la riqueza a escala mundial; cuando planteamos ese tipo de objetivos … ¿qué estamos haciendo sino proponer formas de vida y de relación entre los hombres y los Estados, más solidarias, más humanas y más sociales que desbordan, por lo tanto, el marco y la lógica del capitalismo?”
En estos momentos es importante resaltar que muchos de los planteamientos de Berlinguer servirían de base para armar un pensamiento de confrontación con la derecha hegemónica. Su concepto de austeridad, que no significa recortes en el estado del bienestar sino más bien lo contrario, lucha contra el consumismo individualista. La redistribución de la riqueza, es decir fiscalidad justa y progresiva. Su planteamiento también lleva implícita la defensa de un desarrollo sostenible base de la concepción ecologista moderna. El derecho a la emancipación de la mujer. El control supraestatal de los mercados, que hoy en día pasaría, en nuestro caso por reivindicar una Europa federalmente unida política, económica y socialmente. Otro aspecto básico estaría en la democratización de las relaciones laborales y del poder en la empresa. En definitiva nuestros desconcertados y descentrados políticos de izquierda deberían plantearse ser una alternativa radical a la actual hegemonía de los mercados. Es decir una oposición de raíz a la actual ideología dominante que llega hasta el extremo de deslegitimar la propia existencia de la política y que hasta pretende impedir la legitima discrepancia con las bases del actual estado de cosas. La difícil situación social actual y las consecuencias derivadas de la aplicación de las políticas regresivas de la derecha sólo puede resolverse desde la política. La movilización social por si sola no podrá detener la actual situación y no es lógico ni justo exigir a la izquierda social solucionar lo que es un problema político. Únicamente desde una alternativa política que englobe la respuesta social se podrá conseguir una salida progresista y poner fin al proceso de regresión que vivimos en todos los ámbitos de la sociedad.
Hoy es el gran día Carlos Montero - Jueves, 08 de Marzo
Hoy finaliza el plazo para la aceptación del canje de la deuda griega en manos privadas (PSI). Los mercados han estado muy nerviosos estos últimos días por este hecho, y por la posibilidad que no alcance un acuerdo suficiente que evite la declaración de “crédito event” (luego explicaremos este término). Importantes grupos bancarios europeos han confirmado que acudirán al PSI. Las entidades sujetas al Instituto Internacional de Finanzas (IIF), que podrían poseer hasta 200.000 millones de euros en deuda griega, aceptarán el canje. Pero eso no es suficiente. Las pérdidas estimadas en caso de quiebra griega, según el propio IIF, podrían alcanzar el billón de euros.
Uno de los efectos que produciría una suspensión de pagos en Grecia, sería la activación de los CDS (Credit Default Swaps), de los que seguramente la mayoría de ustedes habrán oído hablar. Los CDS son una forma de seguro que los inversores pueden comprar para ser compensados en caso de una suspensión de pagos de los bonos que han adquirido. Esta suspensión de pagos es conocida con los términos “credit event”.
Esto que es bastante fácil de entender, no lo es tanto a la hora de decidir si se ha producido una suspensión de pagos efectiva o no. Decidir si hay un “credit event” es labor de un grupo denominado International Securities and Derivatives Association (ISDA), y esta organización será la encargada de decidir si se tienen que pagar estos seguros de crédito, lo que en caso afirmativo, nos llevaría a un colapso peor que el de Lehman Brothers.
El analista Michelle Caruso-Cabrera señala en la CNBC que al ISDA se le pidió que se pronunciara sobre dos cuestiones relacionadas con la reciente oferta del gobierno griego a sus tenedores privados de bonos, en la que sólo se les pagaría el 46,5% de lo que se les debe.
La primera pregunta era si el reciente canje de bonos entre el BCE y el gobierno griego provocaría que el resto de tenedores de bonos fueran subordinados. La subordinación es uno de los hechos que activaría el pago de los seguros CDS. El canje de bonos del BCE con Grecia no incluía la quita del 53,5% que tendrá que sufrir el resto de tenedores. El ISDA votó unánimemente que no.
La segunda pregunta era si la oferta actual a los tenedores privados de bonos, era en sí misma un “credit event”. El comité también votó por unanimidad que no.
Aunque hay discrepancias con esta resolución. Expertos en CDS, y titulares de la deuda griega, dicen que estas dos votaciones han sido llevadas a cabo demasiado temprano en este proceso para que sean significativas.
La verdadera prueba llegará el próximo 20 de marzo, cuando Grecia tenga que amortizar deuda por más de 14.000 millones de euros. Grecia tiene la esperanza de completar un canje de deuda antes de esa fecha, lo que reduciría el pago en más del 50%.
Como parte de la oferta, el gobierno griego ha dicho a los tenedores de bonos que tiene el derecho de imponer con carácter retroactivo una “cláusula de acción colectiva”. Esto significa que si hay más de dos tercios de los tenedores de bonos que están de acuerdo en canjear sus bonos, el gobierno puede imponer el acuerdo colectivamente al resto de acreedores, incluso los que no querían acudir al canje.
En ese momento, un tenedor de bonos puede presentar una queja ante el ISDA, y el organismo tendrá que decidir si dicta un “credit event”, y por tanto, el pago de los CDS.
Un default desordenado, que se produciría en caso de que el ISDA declarara un credit event en Grecia, llevaría a Grecia a la pobreza extrema, según afirma Jean Lemierre del BNP Paribas, y sería “extremadamente peligroso” para el resto de la eurozona.
Y no son solo los profesionales del mercado los que temen esta posibilidad. El Ministro de Finanzas de Holanda, afirmaba ayer que una suspensión de pagos en Grecia podría provocar un colapso mayor que el de Lehman Brothers. Son muchas las declaraciones que van en este mismo sentido. Hoy es el gran día. Hoy sabremos si Europa finalmente asienta las bases para salir de la crisis, o se desliza hacia una situación incontrolable y de impredecibles consecuencias. Veremos.
El negocio de los 'hedge funds' con la quita de la deuda griega La regulación actual permite a los especuladores contemplar un escenario de lucro con los bonos helenos Grecia
Atenas/Londres/Frankfurt (dpa) - Oficialmente la quita de deuda griega es un proceso "voluntario" al que han accedido la mayoría de inversores. Sin embargo, Atenas está ejerciendo una fuerte presión sobre sus acreedores. En este sentido, el ministro heleno de Finanzas, Evangelos Venizelos, no deja lugar a dudas de que en caso de emergencia obligará a los inversores a renunciar a cobrar la deuda pendiente.
Respecto a las condiciones presentadas, Venizelos dijo que se trata de "la mejor oferta, por ser la única oferta". Se trata de una afirmación con reminiscencias a la famosa frase de Marlon Brando en la película "El Padrino": "Le voy a hacer una oferta que no podrá rechazar". No es probable, sin embargo, que ese gesto de autoconfianza impresione en absoluto a una serie de inversores. Y al final los tan criticados hedge fonds podrían erigirse como los grandes ganadores.
La estrategia es simple: inversores de "distressed debt", (término acuñado para referirse a deuda privada o soberana que presenta dificultades para cumplir con los términos de pago y que se comercializa con descuento) especializados en obtener beneficios de obligaciones en riesgo de impago, tienen en su punto de mira bonos soberanos, que no fueron emitidos de acuerdo con la ley griega.
Del total de títulos soberanos valorados en 206.000 millones de euros (270.000 millones de dólares), 29.000 millones de euros se corresponden a bonos emitidos, según leyes ajenas a las griegas. ¿Qué es lo que pretenden hacer los especuladores con ellos? Los bonos son tan atractivos porque sus cláusulas retroactivas de reestructuración de deuda posiblemente no se verían afectadas.
Por medio de las llamadas "Cláusulas de Acción Colectiva" (CAC por sus siglas en inglés), Atenas pretende forzar a gran parte de sus acreedores a renunciar al cobro de la deuda pendiente. Para que Grecia pueda llevar a cabo, según lo previsto, su reestructuración de deuda, un 90 por ciento de todos los acreedores privados deberán participar de forma voluntaria. Entre ellos están aquellos que poseen títulos emitidos bajo legislación griega. En caso de que más de un tercio de todos los inversores privados participen de la renuncia a cobrar su deuda, Grecia podría activar las CAC.
Con ello los demás acreedores se verían obligados a sumarse a la renuncia a reclamar los derechos adquiridos. Existen, sin embargo, limitaciones: Las obligaciones emitidas de acuerdo con leyes extranjeras constituyen una excepción. En caso de quedar fuera del proceso de quita, la deuda griega no se reduciría a 100.000 millones de euros, según lo exigido por Bruselas, sino sólo a alrededor de 85.000 millones de euros. Grecia no tiene apenas margen para ejercer presión sobre los titulares de esos bonos.
"Los inversores (de este tipo) hacen lo que consideran oportuno", explicó el experto en bonos del banco alemán HSH Nordbank Volker Brokelmann. Estos tenedores determinarán por su cuenta si tolerarán la aplicación de las CAC. En el caso de la mayoría de los bonos griegos regulados por leyes internacionales, Grecia necesita que un 75 por ciento de los inversores accedan a la aplicación de las cláusulas especiales.
En algunos casos bastaría un 66 por ciento. Sin embargo, los rumores que circulan en los mercados apuntan a que hedge fonds con carácter de depredador llevan meses tratando de crear minorías de bloqueo entre los tenedores de algunas series de bonos. "Lo único que podemos hacer es especular", dijo el experto de HSH. En la mayoría de los casos podrían bastar importes nominales de unos pocos cientos de millones de euros para comprar el 25 o el 33 por ciento necesario. "Para una serie de hedge fonds no supone ningún problema".
"La cuestión es, no obstante, si lograrán también acceder a un número suficiente de bonos", puntualizó el experto en bonos de Commerzbank, Christoph Rieger. También el analista de HSH Brokelmann alberga sus dudas al respecto. "En el caso de los codiciados bonos (aquellos ajenos a las leyes griegas) se trata de un grupo variado de títulos que salieron al mercado durante años. Hallar títulos sueltos no es tarea fácil", subrayó. Al mismo tiempo, Grecia amenaza abiertamente a ese grupo de acreedores con boicotear el pago de las obligaciones contraídas.
Desde Atenas se ha dado una señal inequívoca de que ningún acreedor saldrá airoso de la situación. El anuncio se dirige principalmente a aquellos inversores que poseen bonos emitidos bajo normativa internacional. Por ello, los hedge fonds también cuentan con recurrir a su baza legal. Un proceso judicial tendría un éxito mucho mayor por ejemplo en Londres que en Atenas, ya que en la capital británica habría que negociar en caso de duda sobre el 10 por ciento de bonos griegos sometidos a legislación británica.
Ya a finales de 2011 se murmuraba entre los inversores que hedge fonds, como Elliott Associates, habían entrado en el mercado. El fondo neoyorquino ya dio que hablar en su día en relación a operaciones de reestructuración en Argentina, Perú y El Congo, y es considerado un experto, cuando se trata de largos procesos jurídicos con gobiernos que no están dispuestos a pagar sus deudas. Otros fondos están tratando de juntar a acreedores para torpedear el canje de bonos. Detrás de esta táctica está un grupo de inversores que poseen títulos de deuda griega en francos suizos. Aunque concretamente se trata de un volumen de bonos de 650 millones de francos (540 millones de euros ó 708 millones de dólares). Si éste ejemplo sienta una base, pronto podrían cerrarse filas. "Espero que sólo un número muy reducido de bonos emitidos bajo leyes internacionales se vea afectado por la quita de deuda", sostuvo Jacques Cailloux, economista jefe para Europa del Royal Bank of Scotland.
Hace ya algunos meses que apareció, con cierta discreción, una noticia sobre cambios en la cúpula militar griega, una operación que parecía destinada a crear condiciones para eventuales intervenciones dadas las circunstancias. La cosa, con todo, no provocó suficiente atención. Que ayer en El País uno de los columnistas de peso en ese diario afirmase que "La radicalización a que podría llevar el proceso no sería tolerable para las clases superiores griegas, ni probablemente para los demás socios comunitarios, y cabría que se justificase de alguna forma una intervención militar.", me pareció un dato que podría indicar que la cosa va más allá de puras especulaciones. Envío el artículo. Abrazos,
La apuesta alemana y el dilema griegoIgnacio Sotelo 6 MAR 2012 - 07:52 CET
La cuestión que se plantea es cuándo y en qué condiciones Grecia ha de salir de la eurozona
Hacer efectivo los 130.000 millones de euros del segundo rescate de Grecia se retrasa hasta el 9 de marzo. Se espera que un día antes el sector privado haya aceptado el canje de los bonos actuales por otros de la mitad de valor, lo que representaría una quita de unos 107.000 millones de euros. Aunque no haya seguridad de que se acepte, parece de sentido común que los acreedores prefieran cobrar la mitad que perderlo todo si Grecia se declarase insolvente.
El grueso del préstamo va a parar a los bancos, una pequeña proporción a los griegos completamente descapitalizados, que revela cuál es el objetivo de las ayudas. Pocos pensaban que Grecia podría pagar la deuda, pero ha quedado claro que no puede, cuando se ha confeccionado un plan que, de tener éxito, en el año 2020 la deuda alcanzaría el 120 por ciento del PIB. Para las instituciones financieras de Alemania y Francia que cargaban con la mayor parte, la cuestión no era si Grecia podría pagar, que sabían que no, sino cómo reducir sus pérdidas.
Los préstamos se habían hecho alegremente desde la seguridad de que los Estados no quiebran, ni se puede dejar que se derrumbe el sistema bancario. La dificultad consistía en que la opinión pública alemana no soportaría que una nueva crisis financiera se resolviera recurriendo al dinero público. Exigiendo de los socios una política de austeridad fiscal, que únicamente países con la capacidad exportadora de Alemania podrían permitirse, y estableciendo los controles necesarios para garantizar que el dinero que se prestara a Grecia revierta a los bancos acreedores, el Gobierno alemán ganaba tiempo para ir deshaciéndose de los bonos tóxicos. Antes que ceder en la política de salvamento del sector financiero, la señora Merkel estaba dispuesta a aguantar que se la llamase nazi.
Cuando los bancos alemanes se han librado de una buena parte de los bonos griegos, Alemania acepta ampliar los fondos europeos para sortear las dificultades de algunos países al borde del abismo, entre ellos España. Al asumir la posición francesa, apoya de paso la campaña electoral de Sarkozy, de cuya permanencia en el poder depende la política de contención que juntos han llevado a cabo.
Para la prensa amarillista y el populismo de derechas prestar a Grecia significaba tirar el dinero por la ventana, pero hoy los alemanes reconocen que estas ayudas en realidad estaban destinadas, no tanto a salvar a Grecia, que desde un primer momento se sabía que era insalvable, como, al euro, y con él, son los alemanes los que a la postre se salvan. Desde una impopularidad que iba en rápido aumento, perdiendo una tras otra las elecciones en los Estados federados, a la canciller hoy se la elevado a los altares. Si no ocurren graves acontecimientos —y en medio de una crisis que sigue su curso lo más probable es que sí— en 2013 el partido de la señora Merkel podría ser el más votado, con una alta probabilidad de que repita la coalición con el SPD, sin duda la que prefiere.
La cuestión que se plantea es cuándo y en qué condiciones Grecia ha de salir de la eurozona. Al no existir mecanismos de expulsión, son los griegos los que tienen que elegir entre seguir durante décadas sufriendo recortes y más recortes para pagar una deuda impagable, o declararse en quiebra, abandonando el euro, aunque permaneciendo en la Unión. Esto significaría el hundimiento inmediato de la economía y las instituciones con un fortísimo y fulminante descenso del PIB.
Este es el dilema que hoy divide a los griegos. Las clases superiores, una vez colocado el dinero en el extranjero, prefieren seguir dentro del euro, convencidas de que lo peor para sus intereses sería abandonarlo. Las clases bajas, y una izquierda cada vez más radicalizada, pretenden aprovechar el derrumbamiento para desde bases más sólidas empezar a construir una nueva Grecia. El riesgo es que la democracia perezca en una operación que se mueve al borde de la revolución social. La radicalización a que podría llevar el proceso no sería tolerable para las clases superiores griegas, ni probablemente para los demás socios comunitarios, y cabría que se justificase de alguna forma una intervención militar.
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/03/05/actualidad/1330965627_863275.html
El atropello de Génova
Rafael Poch | 04/03/2012
La cumbre del G-8 de hace diez años registró “la mayor violación de derechos humanos de la historia de Italia desde el fin de la guerra”. Una advertencia muy actual para la Europa convulsa.
El 20 y 21 de julio de 2001 hubo una cumbre del G-8 en Génova. El lector quizá recuerde vagamente que en ella se registraron “incidentes”. Lo que seguramente no sabe es que en aquellos días se produjo, “la mayor violación de derechos humanos de la historia de Italia desde la segunda guerra mundial” – según la contundente fórmula de Amnistía Internacional- resultado de una brutalidad policial planificada. En una Europa en la que crecen las protestas civiles, el tema es de una enorme actualidad.
Diez años después, dos periodistas italianos, Franco Fracassi y Mássimo Lauria, han reconstruido los hechos en un minucioso y detallado documental titulado “La Cumbre” (The Summit), que se ha presentado en Berlín. Más de un centenar de entrevistas y un millar de documentos, policías, activistas torturados, detenidos, atropellados y testimonios de expertos y de varios de los miles de participantes que resultaron heridos, muchos de seriedad, arrojan un testimonio sobrecogedor.
Trama negra para escarmentar
De ellos se desprende que las manifestaciones, inicialmente pacíficas, fueron violentadas por grupos provocadores vinculados a la policía, bloqueadas policialmente sin opción de escapar y atacadas con intención de escarmentar, de acuerdo a un guión preestablecido que días antes de los hechos contemplaba en uno de sus documentos el escenario de “una muerte”, cosa que sucedió en la persona del activista Carlo Giuliani, en lo que parece haber sido una encerrona planificada.
“Algunos miembros de sindicatos policiales nos confirmaron que no fueron errores tácticos casuales, sino una estrategia deliberada y planificada para golpear al movimiento por los derechos globales”, dice Lauria. “Cuantos más testimonios entrevistamos, más claro se nos hizo que en Génova hubo una clara intención de masacrar literalmente a un movimiento civil”, dice Fracassi, un ex corresponsal de guerra, que fue golpeado en Génova pese a su condición de periodista y se confiesa “impresionado” por la experiencia.
Pinochetismo en Europa
“Lo que vimos se pareció mucho a los métodos de las dictaduras sudamericanas de los setenta”, recuerda el diputado alemán Hans-Christian Ströbele, que acudió a Génova en una comisión de investigación. Allí vio en un hospital al periodista británico Mark Covell. El joven pernoctaba junto con muchos otros en la escuela Díaz, que el Foro Social de Génova habilitó como centro de prensa. La policía tomó la escuela por asalto, destruyó todos los ordenadores que encontró y atacó a la gente que estaba durmiendo en sus sacos. Covell y Ströbele asistieron a la presentación del documental en Berlín.
Covell fue apalizado hasta caer en coma. “Me hice el muerto, pero seguían golpeando”, dice. Al final casi se muere de verdad: conmoción cerebral, perforación pulmonar y pérdida de diez dientes. Otras 63 personas de la escuela fueron heridas, algunas salieron en camilla con pronóstico reservado. El objetivo del ataque a la escuela era destruir las pruebas, fotos y filmaciones, de la violencia de la víspera. De paso la policía introdujo en el edificio los cócteles Molotov que luego se mostraron como pruebas del delito.
Encerrona
La víspera, en la Piazza Alimonda, un jeep policial se había parado al alcance de una multitud previamente maltratada y calentada, con la aparente intención de crear una situación en la que el uso del arma de fuego en defensa pudiera presentarse como apropiada, lo que concluyó con la muerte de Giuliani por un disparo policial en la cabeza. El asalto a la escuela pudo tener como objetivo hacerse con las imágenes de aquella encerrona. Las 250.000 personas que al día siguiente se manifestaron al grito de “¡asesinos!” fueron rodeadas y reprimidas.
“Lo que pasó me marcó para toda la vida”, dice una mujer que fue torturada en un centro de detención, junto con decenas de otros manifestantes detenidos aquel día, entre insultos y golpes de unos policías que parecían drogados por su brutalidad.
El “Black Bloc” como recurso
Pieza central de toda la situación registrada en Génova fueron los manifestantes del llamado “Black Bloc” (bloque negro). Ese sujeto hizo su aparición en las protestas contra la central nuclear alemana de Brokdorf ya en los años setenta. Son grupos de manifestantes violentos, instrumentalizados, infiltrados o directamente organizados por la policía, difíciles de distinguir de los simples neonazis. Muchos de ellos acudieron a Génova desde Alemania tras haber participado en manifestaciones neonazis, como se pudo comprobar al examinar algunos de los teléfonos móviles que se les incautaron, explica Sergio Finardi, experto en “tácticas de guerra informales”.
El objetivo del “Black Bloc” es reventar las manifestaciones, evitar una amplia y pacifica participación de la ciudadanía, y dar motivos a la policía con su vandalismo para reprimir y desprestigiar los motivos de la protesta, dice. La secuencia consiste en dejar al “Black Bloc” hacer impunemente su trabajo sin que la policía intervenga, a continuación se carga con violencia, pero no contra los violentos sino contra los normales. En Génova no hubo ni una sola detención de esos sujetos. El guión se repite en múltiples protestas del movimiento antiglobalización, dice Finardi.
Violencia
Sería ingenuo pensar que toda la violencia contestataria es obra de provocadores. Cualquiera con una visión realista de la vida sabe que incluso en las mejores causas no hay carencia de personas impulsivas, de pocas luces, o ambas cosas a la vez. También es notorio lo fácil que es convertir en irritada y violenta a una multitud en principio pacífica. Esto no es una reflexión pedestre sobre “la violencia” de la que hablan los medios de comunicación. Aquí no se habla, por ejemplo, de la enorme violencia que supone una realidad social, llena de desempleo, de injusticias y de estafas sociales que ofenden a la dignidad ciudadana. Simplemente se constata lo anecdótico. A saber: que en una manifestación de 50.000 o 100.000 por una causa justa y clara, doscientas personas quemen tres contenedores, un vehículo y ataquen un cajero automático, es, por desgracia, absolutamente anecdótico, independientemente de que esa imagen sea portada en The New York Times o en cualquier otro medio con el objetivo de que “la violencia” haga perder de vista la esencia del asunto. Aun más, esa manipulación mediática forma parte de la violencia, porque es una mentira como lo son llamar “salvamento de Grecia” o “emisión del Banco Central Europeo” a la subvención continuada a la banca privada, mientras se obliga a la ciudadanía europea socialmente más desfavorecida a apretarse el cinturón.
De la provocación y sus antecedentes
De lo que aquí se habla y advierte es de otra cosa: del conocido uso del “Agent provocateur”. Su figura acompaña la historia del movimiento obrero desde sus mismos orígenes y llega hasta los hechos de Génova. En el París de principios del siglo XX, con su miseria extrema y su escena anarquista y socialista la abundancia de aquellos personajes era extraordinaria, como explica, entre muchos otros, Victor Serge (Victor Kibalchich) en sus memorias. La Rusia de la “Naródnaya Volia” ofrece situaciones increíbles, muchas de las cuales se revelaron al incautar la Revolución Rusa los archivos de la Ojrana, la policía política zarista, y lo mismo, aunque mucho más inocente, ocurrió aquí con la Stasi, sin ir más lejos, o ocurre hoy con los curiosos infiltrados de la policía política alemana, el BfV, en la escena neonazi.
Para quienes vivimos como estudiantes la España del último franquismo y la de la transición, el “agent provocateur” es también una figura familiar. Su historia está por escribir y va desde lo más alto, el terrorismo puro y duro, hasta lo movimientos estudiantiles.
A finales de los años setenta un conocido abogado de Barcelona me contó como su cliente, un miembro del Comité Central del Partido Comunista (R), una delirante organización maoísta muy cercana a las pistolas, había sido interrogado, y naturalmente torturado en comisaría, por la misma persona que le había reclutado para el partido un año antes. Con las historia del Grapo, una organización violenta maoísta, hay toda una historia por escribir.
A un nivel menos inquietante, pero no menos significativo, se puede mencionar la historia de cómo se acabó, a partir de 1977, con el ambiente de hermandad izquierdista que dominaba geográficamente las Ramblas de Barcelona, aquel extraordinario espacio de ligue, fiesta civil y pacífica, conspiraciones estudiantiles de café e intercambio de revistas y panfletos. De repente zonas enteras como la Plaza Real fueron invadidas por la droga y la agresiva criminalidad a ella ligada. En Canaletas, cada fin de semana estallaban “manifestaciones” de 50 personas con gran profusión de cócteles Molotov por causas como la “solidaridad con el Sáhara” o con “Euskadi”, o, como decía Buñuel en su surrealista película, con los “grupos armados del Niño Jesús”. Su protagonista era un grupo izquierdista llamado PCI (no confundir con lo que luego fue el Partido del Trabajo). Estaba compuesto fundamentalmente por gente de los bajos fondos a sueldo del Gobierno Civil de Barcelona. La gente normal dejó en pocos meses de ir a las Ramblas, que hoy se han convertido en el habitual espacio sin alma que suele afirmar el turismo masivo.
Encargué a un compañero gráfico de profesión que hiciera fotos de aquellas “manifestaciones” barcelonesas. Me trajo primeros planos, siempre los mismos rostros, con un par de jefes hampones de aspecto inconfundible, que eran los que repartían el dinero, y conexiones con un oscuro despacho de abogados de la Calle Balmes. El reportaje no se publicó, por las mismas razones por las que han sido necesarios diez años para que Fracassi y Lauria nos explicaran lo de Génova: no había interés, y era necesario remar muy fuerte a contracorriente para acabar al final informativamente derrotado…
Todo esto forma parte de una generación y es archiconocido. Pero es de suma actualidad hoy en esta Europa que se va a hacer más tensa y convulsa. Lo que nos lleva a otra reflexión.
Sobre la inteligencia de la especie
Un conocimiento superficial de la Historia sugiere la falacia de su progresiva evolución hacia un mundo mejor. No sólo no hay avances lineales e inexorables hacia situaciones socialmente mejores, sino más bien una anárquica sucesión de avances y retrocesos. Parafraseando un popular dicho cinematográfico ruso, podríamos decir que el progreso de la humanidad es “asunto sutil”. Como me explicó con gran simpleza en una ocasión Andrei Bitov, un conocido escritor ruso, “a veces pienso que la humanidad no tiene remedio y que camina decidida hacia el desastre, otras veces, en cambio, llego a pensar exactamente lo contrario”.
La reflexión era a propósito de la crisis global, de la que el problema del calentamiento es aspecto, del rampante militarismo (Occidente está metido hoy directa o indirectamente en una veintena de guerras, señala el informe de un Think Tank de Heidelberg), y, sobre todo, a propósito de la combinación de ambos aspectos, el uno exigiendo a gritos una nueva y superior civilización con otra metodología, y el otro apuntando inequívocamente hacia lo Neandertal…
Todo esto viene a cuento de nuestra reacción ante la actual “crisis financiera”, que es una mera y casi anecdótica nota a pie de página, al lado de los retos que plantea la verdadera crisis recién evocada, sobre todo en sus aspectos energéticos y sociales.
La pregunta es si seremos lo suficientemente sabios, los de arriba y los de abajo, más sabios como especie, más allá si se quiere de la lucha de clases y de las relaciones de dominio imperial entre el Norte y el Sur, en resolver de forma viable y no suicida este siglo XXI. En Europa Occidental llevamos más de tres generaciones de progreso continuado, las memorias de grandes violencias y del hambre (que en 1947 era un dato central en Barcelona, Berlín o Budapest) se han hecho borrosas.
¿Es posible un conflicto social “blando”?
La Historia, de nuevo, sugiere que los de arriba, las oligarquías que dominan nuestras sociedades con diferentes matices, sólo aprenden y se hacen sensibles a la justicia a base de presión social. Las bonitas libertades y garantías europeas, hoy por desgracia tan maltrechas y con tan mal pronóstico de evolución, fueron resultado de pactos y compromisos, revoluciones y contrarrevoluciones rodeados de sangre, violencia y sufrimiento ¿Será el futuro diferente? ¿Es posible un conflicto social con metodologías “blandas”? Así lo afirma, por ejemplo, el 15-M español, pero así lo complica un escenario como el genovés.
En la zona euro los activos monetarios en manos privadas, 27 billones de euros son más de tres veces superiores al monto total de la deuda de los países implicados, que asciende a 8,2 billones (de ellos 2,1 billones son deuda alemana), señala Eurostat. La mitad de esos activos (60% en Alemania) están en manos del 10% más rico de la población ¿Es posible convencer a los ricos y más poderosos de la peligrosidad e inestabilidad que representa, también para ellos y para sus intereses, el afirmar una polarización social tan extrema e insostenible como la que preside nuestro mundo y avanza incluso en las ciudades de los países europeos más prósperos? ¿Es posible convencerles para una política fiscal menos injusta? Hasta un tonto comprende que si uno no quiere que el perro le muerda hay que echarle un hueso de vez en cuando, y aquí no se trata de huesos ni de perros sino de cierta democracia real.
Desde luego, no habrá convencimiento sin pulso social, pero ¿habrá pulso social sin violencia, la violencia radical de los despidos y de los recortes, de los desahucios, de la manipulación informativa, de los “agents provocateurs”, y, por supuesto, de los necios que queman contenedores y destruyen cajeros automáticos sin que les pague siquiera el Gobierno Civil de turno?
Con todo eso rondando en la cabeza salimos del cine, y de la charla berlinesa con Fracassi y Lauria, al término del pase de su documental sobre el atropello de Génova.
Os dejo con la traducción del artículo:
http://www.telegraph.co.uk/finance/commodities/9122311/Plateau-Oil-meets-125m-Chinese-cars.html
La meseta del petróleo se encuentra con 125 millones de coches chinos
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