[Qui-deu-a-qui] Un manifiesto más sobre la crisis

Iolanda Fresnillo iolanda.fresnillo en odg.cat
Mar Nov 11 13:07:20 CET 2008


Nuevos Principios y reglas para construir un sistema económico que sirva
para la gente y el planeta

Hay tiempo para firmar la siguiente declaración hasta el miércoles 12 de
noviembre de 2008, 11.59pm GMT completando el formulario en:
http://www.choike.org/bw2/


LANZAMIENTO EL 13 DE NOVIEMBRE PREVIO A LA CONFERENCIA DEL G20, A
REALIZARSE EL 15 DE NOVIEMBRE EN WASHINGTON, DC

En los últimos meses se ha visto una de las crisis financieras más
significativas de la historia. En las últimas semanas, los líderes
mundiales han reconocido la necesidad de reformar el sistema financiero
global y sus instituciones. El 15 de noviembre, los miembros del G20 se
reunirán en Washington para comenzar las discusiones. Nos preocupa
profundamente que las reuniones propuestas se lleven a cabo de una forma
apresurada y no incluyente, y que por lo tanto no aborden la amplia gama
de cambios necesarios ni asignen equitativamente la carga de los mismos.

Por favor firme la siguiente nueva declaración sobre principios y reglas
para construir un sistema económico que sirva para la gente y el planeta.
Está declaración se basa en varias declaraciones recientes presentadas por
la sociedad civil ( ).  Si no lo ha hecho antes, puede firmar también la
declaración por un mejor proceso que ha estado circulando las semanas
anteriores. http://www.choike.org/bw2/index1.html#spanish

Hay tiempo para firmar ambas declaraciones hasta el miércoles 12 de
noviembre de 2008, 11:59 pm GMT.


Cambios en la Banca:
Hacia un sistema financiero que sirva para la gente y el planeta

            El 15 de noviembre de 2008, los líderes de 20 naciones y las
principales instituciones financieras se reunirán a puertas
cerradas en Washington para discutir el futuro de la economía
global. Liderado por el saliente presidente de EEUU, George W.
Bush, éste grupo incluye muchas de las personas, gobiernos e
instituciones cuyas políticas son responsables por la actual
crisis financiera. Tal como son las cosas, creemos que son el
grupo equivocado para encargarse de la elaboración de las
nuevas reglas económicas globales y sus instituciones. El
mundo necesita de un proceso que sea más inclusivo de otras
naciones y de pueblos de esas naciones.

Esta declaración comienza a esbozar una agenda para el  cambio que pueda
resolver la crisis poniendo a las personas y el planeta primero. Se inicia
a partir de las experiencias de los grupos y comunidades de todo el mundo.
Se dirige a una crisis financiera desencadenada en el propio corazón de la
economía capitalista globalizada que se ha combinado con la creciente
crisis del caos climático y el hambre, y que ahora llega a todos los
rincones del planeta. Ésta nueva crisis de depredación y desregularización
al estilo "capitalismo de casino" está destruyendo puestos de trabajo,
vidas y medios de subsistencia, mientras causa estragos en las monedas y
las bolsas de todo el mundo. Asimismo, ha tomado recursos de los muchos,
mientras concentra la riqueza en manos de unos pocos.

Hasta la fecha, los gobiernos han respondido en gran medida mediante el
gasto de más de un billón de dólares en rescate a las instituciones
financieras privadas y empresas. Mientras tanto, las imperiosas
necesidades de las comunidades, los ciudadanos comunes y el medio ambiente
frágil, han sido ampliamente ignoradas.

Ahora es el momento de aprender de ésta experiencia y de las consecuencias
y los efectos devastadores de otras crisis recientes, como la crisis de la
deuda desatada en 1982 y las crisis financieras en México (1994-95), Asia
(1997-98), Rusia ( 1998), y Argentina (1999-2002). La historia continúa
repitiéndose. Éste modelo, culminando en la actual crisis global,
demuestra de manera definitiva que una verdadera transformación del
sistema es necesaria.

Nuevas normas e instituciones deben ser creadas en un proceso abierto e
incluyente de diálogo. Deben basarse en un nuevo conjunto de principios
para orientar la actividad económica. Ofrecemos un panorama general de
esos principios y un esbozo de las nuevas normas e instituciones.

1. Necesitamos un nuevo conjunto de principios para apoyar a las nuevas
instituciones financieras nacionales, regionales y globales:

Los siguientes principios deben sustentar nuevas normas e instituciones:
• La democracia económica y la equidad, incluyendo el desarrollo de las
economías locales, y el control y  protección de la comunidad de las
aguas, semillas, genes, el aire, las tierras comunitarias, la pesca, y
otros "bienes comunes";
• la sostenibilidad ecológica y la justicia ambiental, incluida la
promoción a largo plazo de la inversión productiva “verde”;
• el cumplimiento, protección y promoción de todos los derechos humanos,
incluido el derecho a la alimentación, el aire y el agua, y los derechos
de los trabajadores, los pequeños productores de alimentos, las
comunidades rurales y urbanas, los pueblos indígenas, mujeres, niños, y
ancianos;
• Justicia e igualdad de género, racial, étnica e intergeneracional;
• La libre determinación y la soberanía de los pueblos y las naciones, y
• La no injerencia, la cooperación mutua, la complementariedad y la
solidaridad.

Sobre la base de estos principios, las finanzas deben estar dirigidas y
vinculadas al fortalecimiento de las economías locales y nacionales reales
para cumplir con el requisito de un desarrollo sostenible y equitativo. Y
los gobiernos deben apoyar los nuevos e innovadores organismos financieros
regionales como el Banco del Sur en América del Sur, que tiene el
potencial para servir a las necesidades de la región con más eficacia que
el FMI y el Banco Mundial. Los fondos de emergencia regionales son también
necesarios para ayudar a garantizar la soberanía alimentaria y energética
de las naciones.

2. Basta de fundamentalismo de Mercado: el mundo no necesita otro
“Consenso de Washington”  El llamado “Consenso de Washington”, que ha
predicado la desregulación, las privatizaciones,  el sobre-endeudamiento
de los bancos y la liberalización del comercio y el capital durante los
últimos treinta años, ha sido extremadamente perjudicial para los
trabajadores, las comunidades y el medio ambiente.  Está desacreditado,
debe ser abandonado oficialmente y no debe ser sustituido por ningún nuevo
dogma de “talla única para todos”.

Las instituciones y los dirigentes del mundo rico no sólo promovieron  el
frenesí de la desregulación y privatizaciones en sus propios países, sino
que también lo impulsaron en los países en desarrollo a través de la ayuda
y las condicionalidades de los préstamos. Mientras ellos mueven trillones
de dólares para limpiar el desorden en sus casas, tienen la obligación de
asumir la parte que les corresponde para corregir los impactos
devastadores de sus errores en el Sur. Esto debe incluir la cancelación de
todas las deudas insostenibles e ilegítimas de los países del Sur y la
devolución a sus pueblos de la deuda ecológica y social. Estos recursos,
junto con el desembolso previsto de aumento de la ayuda, deben ser
otorgados libres de las políticas y condicionalidades macroeconómicas. El
derecho de todos los países a definir sus propios caminos hacia economías
sostenibles y saludables debe ser respetado. Las condiciones onerosas
impuestas a las ayudas existentes, a préstamos y programas de reducción de
la deuda deben eliminarse antes de hacer más daño.

3. Limitar el poder del FMI, el Banco Mundial y la OMC:  La crisis actual
ha demostrado nuevamente hasta qué punto todos somos afectados por las
tres poderosas instituciones globales, el FMI, el Banco Mundial y la OMC,
cuyas políticas han sido determinantes en el nacimiento de la crisis. Sin
embargo, gran parte del debate de hoy entre los gobiernos  y las
instituciones financieras tiende a darle a estas últimas un  mayor papel.
Por ejemplo, la OMC sigue presionando para avanzar en la desregulación y
la privatización del sector financiero, principalmente a través de su
Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (GATS).  Para que cada uno
de los países y la comunidad mundial adopten nuevas y críticas
regulaciones del sector financiero, no sólo debería ser suspendida la
actual Ronda de Doha de la OMC, sino que también deberían ser revertidas
las normas de la OMC que limitan la regulación de los servicios
financieros. Del mismo modo deben ser rechazados los esfuerzos realizados
por el FMI y el Banco Mundial para expandir su influencia como resultado
de crisis financiera, climática, energética y de alimentos. Las
instituciones de gobernanza económica mundiales, regionales y nacionales
deben ser democráticas y rendir cuentas a las mujeres y los hombres, a
quienes se supone deben servir.

4. Regular la economía mundial de manera eficaz: Los gobiernos deben tomar
medidas inmediatas para desarrollar una nueva arquitectura internacional
de regulación, con control democrático, con el objetivo de promover los
intereses de los trabajadores, los pequeños agricultores, los consumidores
y el medio ambiente y la prevención de futuras crisis financieras. Las
Naciones Unidas deben desempeñar un papel central en esta elaboración.
Esta reglamentación no deberá cubrir sólo a los bancos sino también a los
sistemas financieros paralelos y mal reglamentados, incluidos los fondos
de cobertura y fondos de capital privado. Las primeras etapas  deben
incluir la regulación de los derivados, detener la especulación en los
bienes de consumo de alimentos básicos, la aplicación de exigencias más
estrictas al capital internacional de reservas,  impuestos a la
especulación en las transacciones internacionales, el cierre de paraísos
fiscales y reglas más severas en las normas de transparencia.  Los
gobiernos necesitarán también renegociar las docenas de acuerdos de libre
comercio y tratados de inversión bilaterales que actualmente impiden a los
gobiernos tener control sobre los flujos de capital y aplicar condiciones
más razonables a la inversión extranjera y otras operaciones financieras

Estas medidas son posibles y muchas más serán necesarias para construir un
sistema económico mundial más justo y veraz, que trabaje para las personas
de todo el mundo, las comunidades locales, y el medio ambiente. Este es el
cambio que el mundo necesita y por el que vamos a seguir luchando.

-- 
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