[Qui-deu-a-qui] NO ESTAMOS TAN LEJOS DE LAS AUDITORÍAS DE DEUDA

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Jue Oct 19 12:05:16 CEST 2006


DESPUÉS DEL GOLPE DE EFECTO DE NORUEGA AL CANCELAR DEUDAS ILEGÍTIMAS  
AHORA SUIZA ESTÁ DEVOLVIENDO A LOS PAÍSES LOS FONDOS ROBADOS POR SUS  
TIRANOS...

¡¡¡MÁS QUE NUNCA SE HACE NECESARIO AUDITAR LAS DEUDAS PARA BORRAR DE  
UNA VEZ POR TODAS LAS DEUDAS ILEGÍTIMAS!!!

Suiza devuelve fondos robados por los tiranos

El Gobierno helvético ya ha restituido 1.230 millones depositados en  
sus bancos por dictadores

RODRIGO CARRIZO COUTO  -  Berna
EL PAÍS  -  Internacional - 19-10-2006

La juez de Zúrich Cornelia Cova acaba de bloquear 30 millones de  
dólares (unos 24 millones de euros) del ex jefe de los servicios  
secretos peruanos Vladimiro Montesinos. Las autoridades de Berna  
también han intervenido recientemente fondos del ex dictador haitiano  
Jean-Claude Duvalier y del congoleño Mobutu Sese Seko. Suiza está  
acelerando el largo y complejo proceso, iniciado hace 10 años, para  
bloquear las cuentas de los tiranos y restituir los fondos a los  
países de donde fueron robados. Hasta el momento han sido devueltos  
1.546 millones de dólares (1.230 millones de euros) y se mantienen  
bloqueados otros 1.600 millones. El caso más sonado fue la entrega a  
Nigeria, en 2005, de más de 700 millones de dólares del ex dictador  
Sani Abacha. Los "días de vino y rosas" parecen haber tocado a su fin  
para las fortunas de los dictadores y políticos cleptócratas, al menos  
en Suiza. Los fundamentos legales de esta política se basan en una ley  
federal de abril de 1998 sobre el blanqueo de dinero, que obliga a  
banqueros e intermediarios financieros a conocer a los "verdaderos  
beneficiarios" de las cuentas y a señalar toda actividad sospechosa a  
las autoridades.

En julio de 2003 se mejoraron las herramientas legales con una nueva  
ordenanza de la Comisión Federal de Bancos que obliga a los banqueros  
a "establecer reglas que permitan determinar qué clientes y  
operaciones representan un riesgo". Esta medida afecta en particular a  
los políticos en el poder.

Por ejemplo, el dinero depositado por el dictador nigeriano Abacha en  
bancos de Suiza, calificado "de origen manifiestamente criminal", pudo  
ser recuperado por Nigeria el año pasado gracias a un acuerdo con el  
Banco Mundial para su posterior utilización en proyectos de desarrollo  
de infraestructuras, salud pública y educación. El clan de los Abacha  
habría desviado fondos del Estado por valor de más de 2.200 millones  
de dólares hacia el extranjero entre 1993 y 1998. En Suiza se ingresó  
una tercera parte, 700 millones, de los que hasta hoy sólo permanecen  
bloqueados siete millones esperando la orden judicial de restitución.

En la lista de cuentas investigadas por las autoridades suizas figuran  
personalidades como la ex primera ministra de Pakistán, Benazir  
Bhutto, o quienes fueron presidentes de Zaire (hoy República  
Democrática del Congo), Mobutu Sese Seko, y de Haití, Jean-Claude  
Duvalier, y de los presidentes que siguen ejerciendo el poder,  
Nursultán Nasarbáyev, de Kazajistán, o José Eduardo dos Santos, de  
Angola.

De las cuentas del jefe de los servicios secretos peruanos Montesinos  
-que se apropió de fondos públicos bajo la presidencia de Alberto  
Fujimori-, Suiza ya había devuelto con anterioridad 77 millones de  
dólares a las autoridades de Lima.

Otra restitución sonada en Suiza fue la de los 683 millones de dólares  
(sumando intereses) devueltos a Filipinas desde las cuentas en Zúrich,  
Friburgo y Ginebra del ex presidente filipino Fernando Marcos.

'Operación de limpieza'
Varios analistas políticos consideran que Suiza está realizando una  
segunda operación de limpieza tras la concesión, en 1995, de 1.236  
millones de euros a los herederos de víctimas judías del nazismo que  
poseían cuentas en bancos suizos. Esa suma fue acordada por la banca  
para evitar largos y costosos procesos judiciales.

"No puede decirse que Suiza esté realizando un segundo lavado de  
imagen, dado que la situación actual viene de un proceso iniciado en  
1986 con la devolución del dinero de Marcos a Filipinas y el posterior  
bloqueo de fondos a gente como Mobutu o Bhuto", precisa Paul Seger,  
consejero jurídico del Ministerio de Asuntos Exteriores suizo y jefe  
de la Dirección de Derecho Internacional. "En un momento dado, las  
autoridades suizas se dieron cuenta de que esta situación no  
beneficiaba en nada al prestigio del país y de su sistema financiero,  
y se decidió comenzar a ayudar a los Estados a recuperar sus bienes",  
asegura Seger.

"No está justificado poner en tela de juicio el prestigio de la plaza  
financiera suiza por unas sumas que, comparativamente, son  
insignificantes respecto al volumen total de operaciones de la banca  
helvética", puntualiza Roberto Balzaretti, asesor de la ministra de  
Asuntos Exteriores. La apertura de cuentas bancarias en Suiza está  
regida ahora por una nueva regulación que implica "efectuar una  
especie de strip-tease financiero", según Balzaretti.

Secreto bancario
Las autoridades suizas se esfuerzan en recordar que "el secreto  
bancario puede ser levantado por cualquier delito tipificado en el  
Código Penal, siempre que haya una orden judicial firme y a petición  
de las autoridades del país afectado". De todas formas, "sin una  
condena judicial en firme por parte del país afectado, no se pueden  
restituir los fondos".

Según los países afectados, los procedimientos judiciales para la  
restitución de los fondos "son complejos, pesados y poco  
transparentes". En teoría, el proceso consta de tres partes bien  
diferenciadas. La primera es la demanda formal de colaboración  
judicial por parte de un Estado afectado a las autoridades suizas. Si  
se considera que hay base legal suficiente, las autoridades federales  
bloquean las cuentas y transmiten la información obtenida al país  
demandante. Una vez juzgado el caso y con una sentencia firme, los  
suizos "confiscan" las cuentas y las transmiten al país afectado.

Ahí comienza uno de los principales problemas del proceso, dado que a  
menudo, "muchos de esos países sufren de un colapso absoluto de sus  
instituciones, lo que impide la transparencia", en palabras de  
Balzaretti. Suiza no dispone de medios de coacción en caso de que los  
países afectados no utilicen los fondos restituidos para los objetivos  
de desarrollo pactados, pero aun así está obligada a restituirlos.

"Hay dos consideraciones a hacer en este caso", explica Paul Seger.  
"Una es de orden moral, y es que el dinero debe ser restituido a sus  
legítimos propietarios, y la otra es que la utilización de estos  
fondos se haga de forma clara y transparente para que el dinero no  
vuelva a Suiza dos semanas más tarde". Seger es el promotor de un  
seminario celebrado los pasados días 2 y 3 en la ciudad de Lausana, en  
el marco de la Convención de la ONU de 2003 contra la corrupción, en  
el que se puso de relieve la voluntad de Suiza de adoptar una nueva  
política de transparencia bancaria.


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