[Ecoseny.Actualitat] Fwd: Manifest per llegir i compartir / Manifiesto para leer i comaprtir
angelsvendrell a moviments.net
angelsvendrell a moviments.net
dll jul 7 23:15:28 CEST 2014
_ESTO ES MÁS QUE UNA CRISIS ECONÓMICA Y DE RÉGIMEN: ES UNA CRISIS
DE CIVILIZACIÓN_
[1]Los ciudadanos y ciudadanas europeos, en su gran
mayoría, asumen la idea de que la sociedad de consumo actual puede
"mejorar" hacia el futuro (y que debería hacerlo). Mientras tanto, buena
parte de los habitantes del planeta esperan ir acercándose a nuestros
niveles de bienestar material. Sin embargo, el nivel de producción y
consumo se ha conseguido a costa de agotar los recursos naturales y
energéticos, y romper los equilibrios ecológicos de la Tierra.
Nada de
esto es nuevo. Las investigadoras y los científicos más lúcidos llevan
dándonos fundadas señales de alarma desde principios de los años setenta
del siglo XX: de proseguir con las tendencias de crecimiento vigentes
(económico, demográfico, en el uso de recursos, generación de
contaminantes e incremento de desigualdades) el resultado más probable
para el siglo XXI es un colapso civilizatorio.
Hoy se acumulan las
noticias que indican que la vía del crecimiento es ya un genocidio a
cámara lenta. El declive en la disponibilidad de energía barata, los
escenarios catastróficos del cambio climático y las tensiones
geopolíticas por los recursos muestran que las tendencias de progreso
del pasado se están quebrando.
Frente a este desafío no bastan los
mantras cosméticos del desarrollo sostenible, ni la mera apuesta por
tecnologías ecoeficientes, ni una supuesta "economía verde" que encubre
la mercantilización generalizada de bienes naturales y servicios
ecosistémicos. Las soluciones tecnológicas, tanto a la crisis ambiental
como al declive energético, son insuficientes. Además, la crisis
ecológica no es un tema parcial sino que determina todos los aspectos de
la sociedad: alimentación, transporte, industria, urbanización,
conflictos bélicos… Se trata, en definitiva, de la base de nuestra
economía y de nuestras vidas.
Estamos atrapados en la dinámica
perversa de una civilización que si no crece no funciona, y si crece
destruye las bases naturales que la hacen posible. Nuestra cultura,
tecnólatra y mercadólatra, olvida que somos, de raíz, dependientes de
los ecosistemas e interdependientes.
La sociedad productivista y
consumista no puede ser sustentada por el planeta. Necesitamos construir
una nueva civilización capaz de asegurar una vida digna a una enorme
población humana (hoy más de 7.200 millones), aún creciente, que habita
un mundo de recursos menguantes. Para ello van a ser necesarios cambios
radicales en los modos de vida, las formas de producción, el diseño de
las ciudades y la organización territorial: y sobre todo en los valores
que guían todo lo anterior. Necesitamos una sociedad que tenga como
objetivo recuperar el equilibrio con la biosfera, y utilice la
investigación, la tecnología, la cultura, la economía y la política para
avanzar hacia ese fin. Necesitaremos para ello toda la imaginación
política, generosidad moral y creatividad técnica que logremos
desplegar.
Pero esta Gran Transformación se topa con dos obstáculos
titánicos: la inercia del modo de vida capitalista y los intereses de
los grupos privilegiados. Para evitar el caos y la barbarie hacia donde
hoy estamos dirigiéndonos, necesitamos una ruptura política profunda con
la hegemonía vigente, y una economía que tenga como fin la satisfacción
de necesidades sociales dentro de los límites que impone la biosfera, y
no el incremento del beneficio privado.
Por suerte, cada vez más gente
está reaccionando ante los intentos de las elites de hacerles pagar los
platos rotos. Hoy, en el Estado español, el despertar de dignidad y
democracia que supuso el 15M (desde la primavera de 2011) está gestando
un proceso constituyente que abre posibilidades para otras formas de
organización social.
Sin embargo, es fundamental que los proyectos
alternativos tomen conciencia de las implicaciones que suponen los
límites del crecimiento y diseñen propuestas de cambio mucho más
audaces. La crisis de régimen y la crisis económica sólo se podrán
superar si al mismo tiempo se supera la crisis ecológica. En este
sentido, no bastan políticas que vuelvan a las recetas del capitalismo
keynesiano. Estas políticas nos llevaron, en los decenios que siguieron
a la segunda guerra mundial, a un ciclo de expansión que nos colocó en
el umbral de los límites del planeta. Un nuevo ciclo de expansión es
inviable: no hay base material, ni espacio ecológico y recursos
naturales que pudieran sustentarlo.
El siglo XXI será el siglo más
decisivo de la historia de la humanidad. Supondrá una gran prueba para
todas las culturas y sociedades, y para la especie en su conjunto. Una
prueba donde se dirimirá nuestra continuidad en la Tierra y la
posibilidad de llamar "humana" a la vida que seamos capaces de organizar
después. Tenemos ante nosotros el reto de una transformación de calibre
análogo al de grandes acontecimientos históricos como la revolución
neolítica o la revolución industrial.
Atención: la ventana de
oportunidad se está cerrando. Es cierto que hay muchos movimientos de
resistencia alrededor del mundo en pro de la justicia ambiental (la
organización Global Witness ha registrado casi mil ambientalistas
muertos sólo en los últimos diez años, en sus luchas contra proyectos
mineros o petroleros, defendiendo sus tierras y sus aguas). Pero a lo
sumo tenemos un lustro para asentar un debate amplio y transversal sobre
los límites del crecimiento, y para construir democráticamente
alternativas ecológicas y energéticas que sean a la vez rigurosas y
viables. Deberíamos ser capaces de ganar grandes mayorías para un cambio
de modelo económico, energético, social y cultural. Además de combatir
las injusticias originadas por el ejercicio de la dominación y la
acumulación de riqueza, hablamos de un modelo que asuma la realidad,
haga las paces con la naturaleza y posibilite la vida buena dentro de
los límites ecológicos de la Tierra.
Una civilización se acaba y hemos
de construir otra nueva. Las consecuencias de no hacer nada --o hacer
demasiado poco-- nos llevan directamente al colapso social, económico y
ecológico. Pero si empezamos hoy, todavía podemos ser las y los
protagonistas de una sociedad solidaria, democrática y en paz con el
planeta.
_-- En diversos lugares de la Península Ibérica, Baleares y
Canarias, y en el verano de 2014._
Ilustración de El Roto
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EL MANIFIESTO
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ALGUNOS FIRMANTES DEL
MANIFIESTO:
ADA COLAU, ALBERTO GARZÓN, ANTONIO TURIEL, ANTONIO VALERO,
ARCADI OLIVERES, BELÉN GOPEGUI, CAYO LARA, ENRIC DURAN, ESTHER VIVAS,
FERRÁN PUIG VILAR, FLORENT MARCELLESI, JOAN HERRERA, JOAN MARTÍNEZ
ALIER, JOAQUÍN ARAUJO, JOSÉ MANUEL NAREDO, JUAN DIEGO BOTTO, JUANTXO
LÓPEZ DE URALDE, JUSTA MONTERO, MARINA ALBIOL, OLGA RODRÍGUEZ, PABLO
IGLESIAS TURRIÓN, TERESA FORCADES, TERESA RODRÍGUEZ, XOSÉ MANUEL BEIRAS,
YAYO HERRERO… (Ver lista completa [3] al pie de la cual podrás firmar tú
también [4])
Links:
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[1]
http://www.ultimallamada.org/wp-content/uploads/2014/07/ultima-llamada-v0-2-640x927.jpg
[2]
http://www.ultimallamada.org/?wpdmact=process|+|amp|+|did=MS5ob3RsaW5r|+|amp|+|lang=es
[3]
http://www.ultimallamada.org/?page_id=14
[4]
http://www.ultimallamada.org/firmantes-del-manifiesto/#firma
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