[Deuda-QdQ] Davos: Conf de Prensa - Public Eye Awards

Monica Vargas C. monica.vargas en odg.cat
Vie Ene 24 14:57:58 CET 2014


---------- Forwarded message ----------
From: Diana Aguiar Orrico <dianaguiar en gmail.com>
Date: 2014/1/24
Subject: [tnc-etns-global] Davos: Conf de Prensa - Public Eye Awards -
Press Conference
To: Tnc etns global <tnc-etns-global en lists.riseup.net>,
transnacionales en lists.riseup.net


*[Español abajo]*


Fuente: http://www.stopcorporateimpunity.org/?p=5007&lang=es

*El Estado del Poder Corporativo – Reflexiones sobre el Poder de las
Corporaciones*

Brid Brennan, Coordinadora del Programa de Justicia Económica, Poder
Corporativo y Alternativas, Transnational Institute (TNI)
Conferencia de Prensa Public Eye Awards, Davos, Suiza
23 de enero 2014

El Informe Estado del Poder 2014[1] de TNI revela que en el último año, las
empresas transnacionales (ETNs), especialmente los bancos y la industria de
gas natural y petróleo, continuaron a beneficiarse extraordinariamente de
la crisis económica y financiera mientras que los pueblos pagan el costo. A
pesar de su responsabilidad por las crises financiera y ecológica, los
paquetes de salvataje y de “austeridad” trabajan para beneficiar el 0,001%
y restringir la renta y aumentar la presión sobre el 99%.

Nuestra investigación demostró que en los primeros nueve meses de 2013, los
25 multimillonarios más ricos aumentaron su riqueza en 85 mil millones de
dólares, mientras que, en el sur global y en los EEUU y UE, más personas
pierden su renta a través del desempleo o pérdida de subsistencia y
soportan hambre y empobrecimiento. La centralización de poder también
creció. Un estudio de 43 mil transnacionales mostró que menos de 1%,
principalmente bancos, controlan las acciones de 40% de los negocios
globales. Esto no es solamente injusto, pero también demuestra la
vulnerabilidad extrema de nuestro sistema económico actual.

Las estadísticas muestran que nuestra inhabilidad de resolver la pobreza,
la desigualdad, tener educación gratuita o investir en una transición verde
no tiene su causa en la falta de dinero, pero en la cuestión de quien lo
detiene. La riqueza actual de los 100 más ricos podría, por ejemplo, pagar
por 1.111 años de los gastos públicos de Ruanda[2] o 130 años de los costes
de la adaptación al cambio climático[3].

El premio Nobel de economía Paul Krugman comentó que este “enfoque en la
austeridad fue sobre usar la crisis, no resolverla. Todavía lo es”[4]. La
tendencia actual de malversar masivamente los recursos de los bienes
comunes, de ciudadanos y de sus instituciones públicas para el
enriquecimiento de los que ya son ultra-ricos es integral para esta fase de
restructuración del modelo neoliberal de la economía.

Sin embargo, esta no es solo la historia de individuos ultra-ricos, sacando
su riqueza de las operaciones de empresas transnacionales de las que son
dueños o que lideran como ejecutivos. Tampoco es sobre que transnacionales
tienen mejor o peor comportamiento. La concentración de riqueza, poder y la
resultante impunidad corporativa está construida en un sistema de
privilegios extraordinarios y “super-derechos” de las empresas
transnacionales establecidos por la captura corporativa de las funciones
legislativas del gobierno y frecuentemente con la complicidad activa de
muchos gobiernos. Según el Profesor Jeffrey Sachs, “(tenemos) una cultura
de impunidad basada en la expectativa bien comprobada que los crímenes
corporativos son rentables.”[5] Esto permite a las transnacionales
continuar actuando con impunidad al costo de violaciones diseminadas de
derechos humanos y de los pueblos establecidos y de la destrucción
sostenida del planeta.

Estas informaciones resultan de nuestro estudio de la mayores
transnacionales del mundo. Casi todas en los últimos cinco años fueron
acusadas o multadas por lavaje de dinero, fraude, soborno, espionaje
corporativa.[6] Esto no tiene que ver con ser buena o mala empresa: esto
dice respecto a una estructura de poder y impunidad que significa que los
lucros corporativos pueden ignorar, esconder o deliberadamente disimular
cualquier coste social y ambiental de sus operaciones.

Una de las principales razones sistémicas para la impunidad corporativa
generalizada es lo que los movimientos sociales conceptualizamos como la
“arquitectura de la impunidad”: el marco normativo asimétrico que, por un
lado, proporciona a las transnacionales “super derechos” a través de la Lex
Mercatoria (el marco legal que protege los intereses de los inversionistas)
tales como los Tratados de Libre Comercio, los Tratados Bilaterales y
Plurilaterales de Inversiones, la mayoría de los cuales incluyen un
mecanismos de resolución de controversias (que permiten a las empresas
transnacionales procesaren a los gobiernos), mientras que, por otro lado,
todas las normas jurídicas diseñadas para proteger los derechos humanos y
padrones ambientales son minados. Las prescripciones de políticas de las
Instituciones Financieras Internacionales (IFIs), tales como el Fondo
Monetario Internacional y el Banco Mundial, bien como la Organización
Mundial del Comercio (OMC), también tienen su rol en esta arquitectura de
la impunidad.

Estos instrumentos jurídicos de la Lex Mercatoria son vinculantes y tienen
mecanismos de hacer cumplir – tales como el Mecanismo de Solución de
Diferencias de la OMC (donde gobiernos pueden procesar uno al otro por no
cumplimiento con el régimen de liberalización comercial establecido bajo
presión corporativa) o el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
Relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Mundial, donde empresas pueden
procesar gobiernos y son frecuentemente premiadas con mega compensaciones.
En el 2013, el CIADI multó al gobierno de Ecuador en 203 mil millones de
dólares por finalizar el contracto con Occidental Petroleum Corporation
(OPC), aunque haya sido la OPC quien primero había rompido el contracto con
el gobierno de Ecuador. La suma demandada contra Ecuador representa el 59%
del presupuesto del año de 2012 para educación y el 135% del presupuesto
anual con salud en el país.[7]

El sistema internacional de Derechos Humanos por otro lado no tiene un
Tratado vinculante sobre las operaciones de las transnacionales y todavía
menos un mecanismo de hacer cumplir para solucionar los crímenes
corporativos o ofrecer remediación y justicia a las comunidades afectadas.
Por el contrario, la Unidad de Empresas y Derechos Humanos de la ONU,
conjuntamente con gobiernos cómplices promueven directrices voluntarias
débiles a través del marco de Responsabilidad Social Corporativa como falsa
respuesta a las violaciones de derechos humanos y crímenes corporativos.

El historial de esta impunidad corporativa ha sido trazado en casos bien
documentados de violaciones de derechos humanos y de padrones ambientales
por transnacionales, como en el informe Impunidad SA[8]. Esta impunidad
sistemática también está bien documentada en las múltiples campañas
lanzadas a partir de las comunidades que tienen sus bosques devastados, sus
ríos contaminados, sus tierras envenenadas con tóxicos o las comunidades
destruidas por la extracción de los recursos naturales y desalojos, como
los que vemos en los casos seleccionados para el Public Eye Awards 2014[9].

Lo peor es que hay intentos de profundizar la captura corporativa en el
funcionamiento de nuestro sistema democrático. Esto está elaborado en la
Global Redesign Initiative (GRI) – el informe del Foro Económico Mundial
publicado en 2010 – Everybody’s Business: Strengthening International
Cooperation in a more Interdependent World[10]. La GRI está determinada a
atacar la democracia representativa como conocemos. En la GRI, el Foro
Económico Mundial y la Clase de Davos no dejan dudas que ellos creen saber
mejor como gobernar la economía global y nuestras vidas cotidianas:
“gobernar hoy no es más una cuestión de gobierno solamente… las ‘funciones
públicas’ básicas de los gobiernos fueron redefinidas… por lo tanto el
desafío es como reinventar el gobierno como una herramienta para la
creación conjunta de valor público.” El Foro Económico Mundial ve esta
solución en una forma de gobernanza con “múltiples partes interesadas” que
consiste en empresas transnacionales, gobiernos y una selección de entre la
sociedad civil, pero especialmente empresas[11].

Este abordaje de gobierno de “múltiples partes interesadas” está ya
operacional en instituciones tales como European Roundtable of
Industrialists (ERT), el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo
Sostenible (World Business Council for Sustainable Development - WBCSD) y
el Diálogo Empresarial Transatlántico (Trans-Atlantic Business Dialogue -
TABD). El TABD se considera una institución política teniendo un rol
oficial en determinar las prioridades de las políticas públicas de  UE y
EEUU y cuyo mayor éxito ha sido la preparación secreta del Acuerdo
Transatlántico sobre Comercio e Inversión – el Tratado de Libre Comercio
propuesto entre EEUU y UE.

Esta amenaza radical a la democracia también es subrayada por Susan George
en su artículo Estado de las Corporaciones: “No es solo su tamaño, su
enorme riqueza y activos que hacen de las transnacionales un peligro para
la democracia. Es también su concentración, su capacidad de influenciar, y
frecuentemente infiltrar gobiernos y su habilidad de actuar como una clase
social internacional genuina para defender sus intereses comerciales contra
el bien común.”[12] Es este tipo de poder de tomada de decisión, bien como
el poder de imponer la desregulación en los últimos 30 años, resultando en
cambios en las constituciones nacionales, y en la legislación nacional e
internacional que creó el ambiente para los crímenes corporativos y la
impunidad.

Históricamente hubo distintos intentos de oponer y reverter este dominio de
y para las transnacionales, y estos intentos continúan en muchas campañas
globales contra la liberalización del comercio y de las inversiones, bien
como las campañas para establecer un régimen de responsabilización para las
transnacionales. Entre las más recientes, hay la iniciativa por
Obligaciones Extraterritoriales (ETOs) y el lanzamiento de la Campaña
Global Desmantelemos el Poder Corporativo y Pongamos Fin a la
Impunidad.[13] Esta campaña, liderada por más de 150 movimientos, redes de
la sociedad civil y de derechos humanos prevé el desarrollo del Tratado de
los Pueblos por obligaciones vinculantes a las transnacionales. Algunas de
sus principales demandas han sido reflejadas en una petición oficial hecha
por 85 gobiernos, liderada por Ecuador, ante al Consejo de Derechos Humanos
en el mes de Septiembre de 2013[14].

Ante a crímenes como Rana Plaza en Bangladesh, el masacre de los mineros de
platino en Marikana, Sudáfrica, el derrame de petróleo en el Golfo de
México por British Petroleum, y la corrida global por fracturación
hidráulica y acaparamiento de tierras, una resistencia global está
emergiendo en el nivel local con las luchas de resistencia de las
comunidades al extractivismo y a las prácticas laborales y operaciones de
las transnacionales. Es la resistencia construida sobre lo que Naomi Klein
llama “la emergencia de la reconstrucción de los pueblos”[15]. Es la
resistencia que va más allá de la crítica para lo que Hilary Wainwright ve
como la construcción y incrustación de luchas y oportunidades de poder
transformativo en el cambio institucional.[16] Este poder transformativo
emergente también está tomando el desafío de parar y desmantelar el poder y
la impunidad corporativas.

Davos es una ocasión importante para destacar esto y ponerlo en el centro
de la opinión pública y en una agenda política transformadora.
________________________________

[1] http://www.tni.org/briefing/state-power-2014

[2]
https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/fields/2056.html#15

[3] http://www.tni.org/article/global-0001

[4] Paul Krugman, The Austerity Agenda New York Times, 31 May 2012

[5]
http://www.project-syndicate.org/commentary/the-global-economy-s-corporate-crime-wave

[6]
www.tni.org/sites/www.tni.org/files/download/corporate_planet_crimes_and_fines_website_table_with_sources.pdf

[7] Decision on the Stay of Enforcement of the Award, Occidental Petroleum
Corporation vs The Republic of Ecuador ICSID Case o. ARB-06-11.

[8] http://www.odg.cat/documents/publicacions/Impunity_Inc.pdf

[9] http://publiceye.ch/en/

[10] http://www3.weforum.org/docs/WEF_GRI_EverybodysBusiness_Report_2010.pdf

[11] David Sogge: State of Davos-The camel’s nose in the tents of global
governance.
http://www.tni.org/sites/www.tni.org/files/download/state_of_davos_chapter.pdf

[12] Susan George: State of Corporations – The rise of illegitimate power
and the threat to democracy.


http://www.tni.org/sites/www.tni.org/files/download/state_of_corporation_chapter.pdf

[13] http://www.stopcorporateimpunity.org/

[14] http://www.stopcorporateimpunity.org/?p=3830

[15] Naomi Klein: The Shock Doctrine.

[16] Hilary Wainwright: State of Counter-power - How understanding
neoliberalism’s cultural underpinnings can equip movements to overthrow it.
http://www.tni.org/sites/www.tni.org/files/download/state_of_counter_power.pdf



-- 
Observatori del Deute en la Globalització (ODG)
http://www.odg.cat
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