[Deuda-QdQ] Terremoto en Haití: solidaridad con el pueblo haitiano

Tom Kucharz - Ecologistas en Acción agroecologia en ecologistasenaccion.org
Jue Ene 14 17:36:07 CET 2010


   *Ni lágrimas de cocodrilo ni silencio:
   Solidaridad con el pueblo haitiano*

La tragedia una vez más golpea las puertas de Haití. Esta vez, en la
forma de un terrible terremoto grado 7 que ha devastado al país y lo ha
convertido en ruinas. Aún no se tienen datos exactos del número de
víctimas, pero la Cruz Roja habla de 3 millones de damnificados y el
número de muertos podría incluso alcanzar a los 100.000 --una cifra
horrenda si consideramos que este país cuenta con tan sólo 8 millones de
habitantes. Las imágenes que nos llegan de sobrevivientes aplastados
bajo ruinas clamando ayuda, de niños heridos, de familiares
desgarrándose en llanto por sus seres queridos muertos retratan el
horror de esta tragedia mejor que mil palabras.

En este momento tan duro, nos posicionamos como siempre junto al pueblo
haitiano. Toda nuestra solidaridad con ellos, hacemos nuestro su dolor y
desde este medio hacemos convocamos a nuestros lectores y a todas las
personas concientes a que acudan al llamado de ayuda lanzado por
diversas organizaciones humanitarias que están tratando de entregar
alguna clase de alivio en esta situación tan dramática.

De igual manera, no podemos dejar de sentir justa indignación ante la
hipocresía de una "comunidad internacional" que vuelve a derramar
lágrimas de cocodrilo ante la "incomprensible tragedia" que sufre el
pueblo haitiano (utilizando las palabras de Obama), pero que no reconoce
la enorme responsabilidad que ella misma tiene ante ésta --el impacto del
terremoto pudo ser tan devastador, pues estamos ante un pueblo
previamente devastado por un siglo de intervenciones militares, de
saqueo desvergonzado, de regímenes autocráticos respaldados por Francia
y Estados Unidos y de políticas de las organizaciones financieras
internacionales destinadas a arruinar al pueblo haitiano en beneficio de
unos cuantos. Un país convertido en una enorme maquila, donde la mayoría
de la población subsiste a duras penas gracias a la caridad. Acá no
estamos ante un simple desastre natural, como los medios de comunicación
nos quieren hacer creer: estamos, en realidad, ante una tragedia de
causas sociales. El terremoto sencillamente terminó la tarea comenzada
por Estados Unidos, Francia, Canadá, la MINUSTAH (las tropas de
ocupación de la ONU), el Fondo Monetario Internacional y organizaciones
de desarrollo fraudulentas como US AID.

A ninguno de ellos les importó el pueblo haitiano mientras éste se
ahogaba en la deuda externa contraída de manera completamente
fraudulenta por la dictadura de los Duvalier, y nunca hubo mayor
"angustia" en extraer hasta el más miserable centavo de un país en
ruinas y con una población hambreada;

A ninguno de ellos les importó el pueblo haitiano cuando "hubo" que
imponer programas de ajuste estructural en los '90 que tuvieron
resultados calamitosos sobre la población, como fue la reducción de
tarifas a la importación de alimentos como el arroz, que redundó en la
destrucción absoluta del campesinado, el cual fue empujado a los
suburbios marginales de Puerto Príncipe --dejando a un país hasta
entonces capaz de alimentarse a sí mismo en el hambre más brutal, como
lo demostraron las rebeliones de hambrientos en Abril del 2008;

A ninguno de ellos les importó el pueblo haitiano cuando durante las
dictaduras de Duvalier, Namphy, Avril, Cedras y Latortue (todas las
cuales contaron con el beneplácito de Washington y París) se violó,
mutiló, desapareció y masacró a miles de haitianos. Algunos, como Jean
Claude Duvalier, viven lujosamente en Francia. O como Raoul Cedras, que
gracias a los dineros que recibió como parte del arreglo con los Estados
Unidos que terminó su dictadura, se recauchó en un respetable hombre de
negocios en Panamá;

A ninguno de ellos les importó el pueblo haitiano cuando aparecieron
miles de denuncias de los abusos sexuales cometidos por las tropas de la
misión "civilizadora" de la MINUSTAH, que hoy continúan ocupando,
violando y asesinando impunemente en Haití, como lo demuestra la
repatriación a Sri Lanka de más de un centenar de cascos azules de ese
país en Noviembre del 2007, que durante su servicio fueron culpables de
varios centenares de violaciones y que en su país jamás enfrentaron ni
siquiera una pantomima de justicia;

A ninguno de ellos les importó el pueblo haitiano, cuando las maquilas
distorsionaron enormemente la economía de ese país, pagando a sus
obreros sueldos de miseria mientras los abusos de toda naturaleza están
a la orden del día;

La lista de razones para estar indignado ante las hipócritas
declaraciones de pesar de un Sarkozy, de un Obama, de un Ban Ki-Moon, de
un Lula, es demasiado larga como para continuar. Pero digamos,
sencillamente, que mientras más miserable un pueblo, más fuertemente
será golpeado por los azares de la naturaleza. Y es esa miseria la
causada por las fuerzas de un modelo impuesto mediante dictaduras y
presiones internacionales: si tres cuartas partes de la población de
Puerto Príncipe viven en barrios miseria que crecieron de la mano de la
ruina de la estructura económica de Haití (principalmente del campo), al
alero de construcciones precarias, ¿podemos sorprendernos de que los
muertos se cuenten por miles?

Esperamos que la solidaridad de los pueblos del mundo con Haití sea
contundente. Como se ha dicho muchas veces, la solidaridad es la ternura
de los pueblos. Y esperamos que esa solidaridad de la cual miles de
vidas dependen hoy, se haga llegar y no se enrede en una maraña de ONGs
y organizaciones de ayuda humanitaria. Sin lugar a dudas, hay muchas
organizaciones de indudable reputación como la Cruz Roja que estarán
realizando valiosas labores de asistencia; pero junto a ella también
aparecen tiburones que profitan de estas tragedias con los cuales hay
que tener ojo -- son las organizaciones populares haitianas las que deben
estar alerta para que la ayuda llegue a quienes la necesitan y se
distribuya de manera eficiente. También esperamos que no llegue una
invasión de "hombres blancos" por parte de ciertas ONGs a realizar
tareas, como construir casas, que los mismos haitianos pueden realizar
perfectamente y que, con niveles de desempleo rondando el 80%, no hay
razón por la cual no podrían hacerlo.

Para terminar, llamamos a la solidaridad. No solamente ante esta
tragedia que nos conmueve a todos los que tenemos corazón en el pecho,
sino solidaridad ahora y siempre, una solidaridad que vaya más allá de
esta coyuntura; una solidaridad que escarbe tras las ruinas para
entender que la tragedia haitiana es bastante más profunda que un
terremoto grado 7 en la escala de Richter; en fin, una solidaridad que
obligue a replantearse las relaciones que mantienen las grandes
potencias con nuestra región del mundo, relación de la cual Haití no es
sino el ejemplo más espantoso. Una solidaridad que nos mueva a comenzar
a cuestionar cada vez más el rol que juegan, por ejemplo, tropas de la
mayoría de los países latinoamericanos en una ocupación militar que ha
tenido un efecto tan devastador como el de este terremoto, aunque ahora
quieran borrar esto tomándose unas fotos repartiendo bolsas de arroz a
los damnificados.


         *José Antonio Gutiérrez D.
         13 de Enero, 2010*
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     *¡Solidaridad con el pueblo haitiano ahora y siempre!*



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