[Deuda-QdQ] Declaración final del Foro por la Soberanía Alimentaria
"Ecologistas en Acción - Área Anti
"Ecologistas en Acción - Área Anti
Vie Mar 2 15:44:07 CET 2007
Declaración de Nyéléni
Declaración final del Foro por la Soberanía Alimentaria
Del 23 al 27 de febrero de 2007
Nyéléni, Selingue, Malí
Nosotros y nosotras, los más de 500 representantes de más de 80 países,
de organizaciones de campesinos y campesinas, agricultores familiares,
pescadores tradicionales, pueblos indígenas, pueblos sin tierra,
trabajadores rurales, migrantes, pastores, comunidades forestales,
mujeres, niños, juventud, consumidores, movimientos ecologistas, y
urbanos, nos hemos reunido en el pueblo de Nyéléni en Selingue, Malí
para fortalecer el movimiento global para la soberanía alimentaria. Lo
estamos haciendo, ladrillo por ladrillo, viviendo en cabañas construidas
a mano según la tradición local y comiendo alimentos siendo producidos y
preparados por la comunidad de Selingue ... Hemos dado a nuestro trabajo
el nombre de "Nyéléni," como homenaje, inspirados en la legendaria
campesina maliense que cultivó y alimento a su gente.
La mayoría de nosotros somos productores y productoras de alimentos y
estamos dispuestos, somos capaces y tenemos la voluntad de alimentar a
todos los pueblos del mundo. Nuestra herencia como productores de
alimentos es fundamental para el futuro de la humanidad. Este
particularmente el caso de mujeres y pueblos indígenas que son creadores
de conocimiento ancestrales sobre alimentos y agricultura, y que son
subvalorados. Pero esta herencia y esta capacidad para producir
alimentos nutritivos, de calidad y en abundancia, se ven amenazada y
socavada por el neoliberalismo y el capitalismo global. Frente a esto,
la soberanía alimentaria nos aporta la esperanza y el poder para
conservar, recuperar y desarrollar nuestro conocimiento y nuestra
capacidad para producir alimentos.
La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a alimentos
nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de forma
sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema
alimentario y productivo. Esto pone a aquellos que producen, distribuyen
y consumen alimentos en el corazón de los sistemas y políticas
alimentarias, por encima de las exigencias de los mercados y de las
empresas. Defiende los intereses de, e incluye a, las futuras
generaciones. Nos ofrece una estrategia para resistir y desmantelar el
comercio libre y corporativo y el régimen alimentario actual, y para
encauzar los sistemas alimentarios, agrícolas, pastoriles y de pesca
para que pasen a estar gestionados por los productores y productoras
locales. La soberanía alimentaria da prioridad a las economías locales y
a los mercados locales y nacionales, y otorga el poder a los campesinos
y a la agricultura familiar, la pesca artisanal y el pastoreo
tradicional, y coloca la producción alimentaria, la distribución y el
consumo sobre la base de la sostenibilidad medioambiental, social y
económica. La soberanía alimentaria promueve el comercio transparente,
que garantiza ingresos dignos para todos los pueblos, y los derechos de
los consumidores para controlar su propia alimentación y nutrición.
Garantiza que los derechos de acceso y a la gestión de nuestra tierra,
de nuestros territorios, nuestras aguas, nuestras semillas, nuestro
ganado y la biodiversidad, estén en manos de aquellos que producimos los
alimentos. La soberanía alimentaría supone nuevas relaciones sociales
libres de opresión y desigualdades entre los hombres y mujeres, pueblos,
grupos raciales, clases sociales y generaciones.
En Nyéléni, gracias a los muchos debates y a la intensa interacción,
estamos profundizando en nuestro concepto de soberanía alimentaria, y
hemos intercambiado acerca de la realidad de las luchas de nuestros
respectivos movimientos para conservar la autonomía y recuperar nuestro
poder. Ahora entendemos mejor los instrumentos que necesitamos para
crear un movimiento y promover nuestra visión colectiva.
¿En pos de qué luchamos?
Un mundo en el que ...
... todos los pueblos, naciones y estados puedan decidir sus propios
sistemas alimentarios y políticas que proporcionen a cada uno de
nosotros y nosotras alimentos de calidad, adecuados, asequibles,
nutritivos y culturalmente apropiados;
... se reconozcan y respeten los derechos y el papel de las mujeres en
la producción de alimentos y la representación de las mujeres en todo
los órganos de toma de decisiones;
... todos pueblos de cada uno de nuestros países puedan vivir con
dignidad de su trabajo, y puedan tener la oportunidad de vivir en sus
lugares de origen;
... la soberanía alimentaria sea considerada un derecho humano básico,
reconocido y respetado por las comunidades, los pueblos, los estados y
las instituciones internacionales;
... podamos conservar y rehabilitar los entornos rurales, zonas
pesqueras, los paisajes y los alimentos tradicionales, basándose en una
gestión sostenible de la tierra, del suelo, el agua, las semillas, el
ganado y biodiversidad;
... valoremos, reconozcamos y respetemos la diversidad de nuestro
conocimiento, alimentación, lenguas y nuestras culturas tradicionales, y
el modo en el que nos organizamos y nos expresamos;
... exista una verdadera reforma agraria integral que garantice a los
campesinos plenos derechos sobre la tierra, defienda y recupere los
territorios de los pueblos indígenas, garantice a las comunidades
pesqueras el acceso y el control de las zonas de pesca y ecosistemas,
que reconozca el acceso y el control de las tierras y las rutas de
migración de pastoreo, garantice empleos dignos con sueldos justos y
derechos laborales para todo los trabajadores, y un futuro para los
jóvenes del campo, donde las reformas agrarias revitalicen la
interdependencia entre productores y consumidores, garanticen la
supervivencia de la comunidad, la justicia económica y social, la
sostenibilidad ecológica y el respeto por la autonomía local y la
gobernanza con igualdad de derechos para las mujeres y los hombres ...
donde se garantice el derecho a los territorios y a la autodeterminación
de nuestros pueblos;
... compartamos nuestros territorios en paz y de manera justa entre
nuestros pueblos, ya seamos campesinos, comunidades indígenas,
pescadores artesanales, pastores nómadas u otros;
... si se viven catástrofes naturales y provocadas por las personas, y
situaciones posteriores a los conflictos, la soberanía alimentaria actúe
como una auténtica garantía que fortalezca los esfuerzos de recuperación
local y mitigue el impacto negativo. En el que se tenga presente que las
comunidades afectadas desamparados no son incapaces, y donde una sólida
organización local para la recuperación por medios propios constituya la
clave para la recuperación;
... se defienda el poder de los pueblos para decidir sobre sus herencias
materiales, naturales y espirituales.
¿Contra qué luchamos?
El imperialismo, el neoliberalismo, el neocolonialismo y el patriarcado,
y todo sistema que empobrece la vida, los recursos, los ecosistemas y
los agentes que los promueven, como las instituciones financieras
internacionales, la Organización Mundial del Comercio, los acuerdos de
libre comercio, las corporaciones multinacionales y los gobiernos que
perjudican a sus pueblos;
El dumping de alimentos a precios por debajo de su costo de producción
en la economía global;
El control de nuestros alimentos y de nuestros sistemas agrícolas en
manos de compañías que anteponen las ganancias a las personas, la salud
y el medioambiente;
Tecnologías y prácticas que erosionan nuestra capacidad de producción
alimentaria en el futuro, dañan el medioambiente y ponen en peligro
nuestra salud. Éstas incluyen los cultivos y animales transgénicos,
tecnología terminator, acuacultura industrial y prácticas pesqueras
destructivas, la llamada “Revolución blanca” de las prácticas
industriales en el sector lácteo, las llamadas “Nueva y vieja
Revoluciones Verdes”, y los “Desiertos Verdes” de los monocultivos de
biocombustibles industriales y otras plantaciones;
La privatización y la mercantilización de los alimentos, servicios
básicos públicos, conocimientos, tierras, aguas, semillas, ganado y
nuestro patrimonio natural;
Proyectos / modelos de desarrollo y industrias de extracción que
desplazan a los pueblos y que destruyen nuestro medioambiente y nuestra
herencia natural;
Guerras, conflictos, ocupaciones, bloqueos económicos, hambrunas,
desplazamientos forzados y confiscación de sus tierras, y todas las
fuerzas y gobiernos que los provocan y los apoyan; y los programas de
reconstrucción tras un conflicto o catástrofe que destruyen nuestro
medioambiente y capacidades;
La criminalización de todos aquellos que luchan por proteger y defender
nuestros derechos;
La ayuda alimentaria que encubre el dumping, introduce OGMs en los
entornos locales y los sistemas alimentarios y crea nuevos patrones de
colonialismo;
La internacionalización y la globalización de los valores paternalistas
y patriarcales que marginan las mujeres y las diversas comunidades
agrícolas, indígenas, pastoriles y pesqueras en el mundo;
¿Qué podemos hacer y haremos al respecto?
De la misma manera en la que estamos trabajando con la comunidad de
Selingue para crear un espacio de encuentro en Nyéléni, nos
comprometemos a construir nuestro movimiento colectivo para la soberanía
alimentaria, forjando alianzas, apoyando nuestras diferentes luchas y
haciendo que nuestra solidaridad, fuerza y creatividad lleguen a los
pueblos de todo el mundo que tienen un compromiso con la soberanía
alimentaria. Cada lucha por la soberanía alimentaria, independientemente
de en qué lugar del mundo se libre, es nuestra lucha.
Hemos acordado una serie de acciones colectivas para compartir nuestra
visión de la soberanía alimentaria con todos los pueblos del mundo, que
están detalladas en nuestro documento de síntesis. Llevaremos a cabo
estas acciones en cada una de nuestras respectivas áreas locales y
regiones, en nuestros propios movimientos y conjuntamente en solidaridad
con otros movimientos. Compartiremos nuestra visión y nuestra agenda de
acción para la soberanía alimentaria con aquellos que no hayan podido
estar con nosotros en Nyéléni, para que el espíritu de Nyéléni se
disemina en todo el mundo y se convierta en una poderosa fuerza que haga
de la soberanía alimentaria una realidad para los pueblos de todo el mundo.
Por último, damos nuestro apoyo incondicional y absoluto a los
movimientos campesinos de Mali y a ROPPA en su lucha para que la
soberanía alimentaria se convierta en una realidad en Mali y por
extensión en toda África.
¡Es hora de la soberanía alimentaria!
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Ecologistas en Acción
Área Antiglobalización, Paz y Solidaridad
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