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<h2> Piedad Córdoba: “Si no se desmonta el paramilitarismo, no
habrá acuerdo de paz” </h2>
<small>nov 4th, 2014 |<a href="http://boltxe.info/?cat=36"
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<div><img src="cid:part2.03080408.05090301@nodo50.org"
alt="Piedad" width="570" height="300"></div>
<p><strong>Resumen Latinoamericano/Gerardo Szalkowicz/Marcha -</strong>
Piedad Córdoba es, a esta altura, un símbolo de la búsqueda de
los caminos de la paz en Colombia. Abogada, activista por los
derechos humanos, ex senadora destituida e inhabilitada en
2010 tras una turbia maniobra de la ultraderecha colombiana,
se transformó en una pieza clave para tender puentes entre las
guerrillas y el Gobierno. Al cumplir dos años la mesa de
negociación en La Habana, la “Negra” se muestra optimista
sobre la posibilidad de que se logre poner fin al conflicto
armado más largo de la región.</p>
<p><strong>-Se acaban de cumplir dos años del inicio formal de
los Diálogos de Paz entre el Gobierno colombiano y las FARC.
¿Qué balance hace de este recorrido y cuáles son las
expectativas de que se llegue a un acuerdo final?</strong></p>
<p>-Las expectativas de la mesa de La Habana son demasiado
alentadoras, esperanzadoras. Creo que independientemente de
que el Gobierno haya tratado de limitar la agenda, las FARC
han logrado, con mucha imaginación, colocar sobre la mesa
debates y asuntos que tienen que ver con la estructura
económica, política, social y cultural del país. Se han
logrado también, incluso a pesar de las adversidades, convocar
a la sociedad civil, que lleguen las propuestas y las
esperanzas de la gente.</p>
<p>De todas maneras, la paz no sólo se reduce a la discusión en
La Habana. Nosotros estamos alumbrados por la esperanza de una
Asamblea Nacional Constituyente. Creemos que, a pesar de que
se ha tratado de contraer todo el debate de La Habana,
mantenerlo alejado de la sociedad, este es el tema más
importante del país. Son más de 50 años en guerra. Colombia es
un país que todavía tiene unas élites muy poderosas que lo
mantienen en un status quo de neoliberalismo, por lo tanto la
ventana de esperanza y la ventana de oxigenación está en el
proceso de paz.</p>
<p><strong>-¿Por qué cree que en esta etapa sí están dadas las
condiciones para llegar al fin del conflicto armado?</strong></p>
<p>-Porque hay más gente involucrada desde la sociedad, porque
creo que hay mucha madurez en términos del debate político por
parte de las FARC, y al Gobierno, así sea por las ventajas que
le traiga para la inversión extranjera despejar el territorio,
le ha tocado cada vez más montarse en el bus de la paz y ya le
queda muy difícil ir hacia atrás.</p>
<p><strong>-¿Cómo imagina una etapa posterior a un eventual
acuerdo en las negociaciones? ¿Cuáles son los desafíos y las
tareas para lo que se viene en caso de que los diálogos
lleguen a buen puerto?</strong></p>
<p>-Los desafíos son muchos. Aplicar esos acuerdos, conseguir
que se hagan por ejemplo a través de una Asamblea
Constituyente o de un mecanismo de refrendación, posibilitar
un debate sereno en un país atravesado por tantas amenazas,
muertes, desapariciones, masacres, desplazamientos, pero sobre
todo un territorio como el colombiano que se ha convertido en
una especie de transbordador del neoliberalismo y de los
intereses imperialistas de los EE.UU., no es nada fácil. Un
país donde hay un macartismo, un señalamiento muy fuerte hacia
quienes defendemos otro modelo, o hacia quienes hemos abrazado
de manera definitiva la tesis del socialismo bolivariano que
integra a toda la región, es decir, el sueño de Bolívar, de
Artigas, de San Martín, Zamora, Martí, de Fidel, de Chávez…
Por eso, lo que viene posterior a la firma de los acuerdos va
a ser tan o más difícil que los acuerdos mismos.</p>
<p><strong>No tan Santo</strong></p>
<p><strong>-En las últimas elecciones presidenciales, usted y
muchos sectores de la izquierda colombiana llamaron a votar
por Santos en la segunda vuelta. ¿Cómo explica ese
posicionamiento y cuál es su lectura del actual gobierno?</strong></p>
<p>-Lo que tiene que quedar muy en claro es que nosotros no
compartimos el modelo de desarrollo de Santos, tenemos
absolutamente claro que él es una expresión genuina del
neoliberalismo, que está tratando de aplicar la fórmula del
consenso de Washington y que no es nada diferente a lo que ya
conocíamos. Ahora, para nosotros era muy importante que
continúe el proceso de paz, las conversaciones en La Habana,
el inicio de los diálogos con el ELN… Y eso fue lo que
nosotros dijimos, que no significa que estuviéramos apoyando
sus propuestas. Estamos absolutamente convencidos de que
nuestras propuestas no coinciden con las suyas ni con la
concepción que tiene de la paz, pero estamos seguros que si se
dan los acuerdos se abre un debate nacional sobre las reformas
estructurales. Y es ahí donde nos vamos a distanciar. Pero que
quede claro: ni apoyamos la concepción que tiene sobre la paz
ni su modelo de desarrollo. Para nosotros, además, es
fundamental una defensa de la integración latinoamericana, que
se fundamenta en el ALBA, Unasur y la defensa de todos estos
acuerdos regionales para el progreso y el desarrollo de toda
la región.</p>
<p><strong>-Si bien Santos fue ministro del expresidente Álvaro
Uribe, fue muy inteligente en desmarcarse una vez que llegó
al Gobierno, mostrando un pragmatismo y una impronta
distinta a la guerrerista de su antecesor y ubicándolo como
su principal enemigo…</strong></p>
<p>-Es una pelea entre ellos por el poder, pero Santos apoyó
muchas de las cosas que hizo Uribe. Aunque tenemos que ser muy
cuidadosos de que eso no impida que podamos unirnos en la
búsqueda de la construcción de la paz que requiere Colombia.</p>
<p><strong>América late</strong></p>
<p><strong>-En la última década avanzó un inédito proceso de
integración en América Latina y el Caribe. Algunos dicen que
en los últimos años ese impulso se ha venido frenando, sobre
todo a partir de la pérdida de Hugo Chávez y el surgimiento
de la Alianza del Pacífico. ¿Cómo analiza la etapa que
atraviesa la región?</strong></p>
<p>-Es una etapa que de alguna manera podía esperarse, no
podíamos pensar que la derecha se iba a quedar cruzada de
brazos. Por eso monta la Alianza del Pacífico, por eso monta
NTN24, por eso monta una estrategia de descrédito a todos los
que son gobernantes “de nuevo cuño”, democráticos, por eso le
monta desestabilizaciones a esos países. Y eso aunado
obviamente al suceso fatal que fue la muerte del Comandante
Chávez. Evidentemente han aprovechado la circunstancia para
poner a tambalear todo este proceso de unidad latinoamericana.
Ya empezaron a mostrar las uñas, buscan el retorno del
neoliberalismo como hicieron con los golpes de Estado en
Paraguay y Honduras. Entonces, creo que son tiempos difíciles,
pero son tiempos de agarrar el timón, de agarrar el toro por
los cuernos, de defender lo que ha avanzado la región, de
revisar lo que hemos hecho de manera errática o que no nos ha
funcionado pero mantenernos en la unidad latinoamericana y
defender los logros conquistados.</p>
<p><strong>-¿Cuáles serían esos aspectos a rectificar?</strong></p>
<p>-Creo que hay elementos que tienen que ver con las consultas
a la misma sociedad, al movimiento social, a las
organizaciones, conectarnos políticamente y salir de algunos
autoritarismos que nos han distanciado de las personas, como
también ser capaces de decir “esta estrategia no funciona,
vamos a cambiarla por otra, vamos a repensarla de otra
manera”. Y creo que eso no es malo, simplemente hay que asumir
que estamos enfrentados a unos enemigos feroces.</p>
<p><strong>-Usted fue una de las principales denunciantes del
crecimiento del paramilitarismo en la región y sus nexos
políticos. ¿Cómo juegan estos grupos en los intentos de
desestabilización, particularmente en Venezuela?</strong></p>
<p>-No es un hecho novedoso la manera en cómo se ha ido
instalando el paramilitarismo en toda la región, cómo se ha
consolidado, cómo ha logrado desestabilizar al movimiento
popular, asesinando muchísimos dirigentes. Es una amenaza muy
grande porque ya está absolutamente comprobado que tuvieron
mucho que ver con las “guarimbas” en Venezuela. Es la
“regionalización” del paramilitarismo.</p>
<p><strong>-Y el gobierno de Santos, ¿es responsable? ¿Cómplice?</strong></p>
<p>-El Estado colombiano es responsable desde hace muchos años.
No solamente Santos, Santos es una pieza, Uribe es una pieza
fundamental, pero esto viene ya de mucho tiempo atrás. Y si el
paramilitarismo no se desmonta en el país los acuerdos de paz
no se van a dar.</p>
<p><strong>-Se percibe en estos últimos años una maduración
importante del movimiento popular colombiano. ¿Cómo avanza
el proceso de Marcha Patriótica, la perspectiva de unidad
con otros espacios y qué grado de persecución siguen
padeciendo?</strong></p>
<p>-Es muy lamentable tener que reconocer que la andanada contra
Marcha Patriótica ya da cuenta de al menos 70 compañeros
asesinados en sólo dos años. A pesar de eso, el movimiento
sigue, tiene mucha fuerza en lo rural, en las regiones, en los
jóvenes, en las minorías étnicas y vamos avanzando, aun
tímidamente, a tener un espacio en lo urbano. Es muy
importante el crecimiento del movimiento social en el país. Es
cierto: hoy más que nunca hay un fortalecimiento del campo
popular, independientemente de que sigue habiendo persecución,
señalamiento, asesinatos. Marcha Patriótica es una esperanza
desde donde estamos haciendo un gran esfuerzo por lograr
conformar un frente amplio, no solamente con lo que es este
proceso sino mucho más allá, que tiene que ver con la
construcción de las estructuras constitucionales, legales,
sociales y de poder popular para poder aspirar a un cambio en
el país.</p>
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