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<p class="MsoNormal" style="text-align:center"
align="center"><b><span style="font-size:16.0pt" lang="ES">Syriza
triunfa y… pierde las elecciones. Quizás sólo sea un
aplazamiento</span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:center"
align="center"><b><span style="font-size:16.0pt" lang="ES"> </span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:center"
align="center"><b><span style="font-size:14.0pt" lang="ES">Yorgos
Mitralias</span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:center"
align="center"><b><span style="font-size:14.0pt" lang="ES"> </span></b></p>
<p class="MsoNormal"><i><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES">Atenas, 19 de junio de 2012</span></i><span
style="font-size:14.0pt" lang="ES"></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES"> </span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES">Faltó solamente un 2,77 % para que la
Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) ganara las
elecciones griegas<span> </span>y culminara
triunfalmente la extraordinaria ascensión de sus
resultados electorales, que pasaron del 4,5 % a cerca,
muy cerca, de un 27 % en menos de 3 años. Sin embargo,
la coalición de derecha Nueva Democracia y sus acólitos
de todo tipo ( los viejos socioliberales del PASOK y los
aprendices de social demócratas de Izquierda
Democrática) tienen todo el derecho de suspirar
aliviados: la amenaza de la formación de un gobierno de
izquierda que aboliese las medidas de austeridad se
aleja, por el momento…</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES"> </span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES">Por otra parte, el alivio es general entre
aquellas y aquellos de arriba que nos gobiernan y nos
hacen pasar hambre. El euro no se hunde, los mercados
respiran. La señora Merkel desborda de alegría y la
Internacional supuestamente «socialista» de los
Papandreu y Hollande se felicita de la «derrota» de esos
puñeteros llamados Tsipras y Cia. Por lo tanto, ¿es el
fin de una pesadilla donde las cobayas griegas se
sublevaban y ocupaban el «laboratorio griego»? La
respuesta es un NO categórico. La pesadilla continúa y
se quedará y todo indica que el nuevo gobierno griego
será frágil y débil, socavado por sus contradicciones
internas, la crisis que no domina y, sobre todo, por la
creciente resistencia del pueblo griego… </span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES"> </span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES">Además, un análisis un poco más profundo de
los resultados electorales de Syriza nos indica un
futuro no muy halagüeño para los partidarios de los
planes de austeridad. Syriza se dispara en la franja de
electores de entre 18 a 45 años y se asegura un
verdadero triunfo en los grandes centros urbanos como al
área metropolitana de Atenas, El Pireo o Patrás donde
vive y trabaja más de la mitad de la población griega.
Resumiendo, Syriza se asegura el apoyo de la población
activa y joven mientras que los partidarios de la Troica
y de la austeridad (Nueva Democracia y PASOK) sobreviven
gracias al respaldo de la gran mayoría de la gente de
más de 65 años y de las zonas rurales. Una realidad
social política de mal augurio para los reaccionarios
griegos y sus patrones internacionales si pensamos que
son precisamente los jóvenes y las poblaciones urbanas
las que tradicionalmente hacen la historia de los países
del Norte…</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES"> </span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES">Por consiguiente, si podemos sacar una lección
de estas elecciones griegas es que Syriza gana desde
ahora entre los trabajadores y los parados, la juventud
y los barrios populares, los bastiones históricos de la
izquierda comunista, allí donde el partido comunista
griego (KKE) mantenía hasta hace poco una presencia
indiscutible. El cambio ha sido radical e histórico, ya
que ese KKE, que aventajaba a Syriza hasta hace sólo 2 o
3 meses, se ve reducido a una influencia electoral
marginal (4,5 %) después de haber sufrido una verdadera
hemorragia de militantes y simpatizantes hacia la
Coalición de la Izquierda Radical. </span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES"> </span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES">Hay que reconocer que la recomposición de
hecho del paisaje de la izquierda griega es casi total,
si se le agrega otra, y a aún más grande, sangría, la
que sufrió la coalición de organizaciones de extrema
izquierda ANTARSYA en provecho de Syriza, ya que se
quedó en un elocuente 0,33 % de los votos. ANTARSYA debe
ahora hacer todo lo posible para evitar que su crisis no
conduzca a un dramático desencanto de miles de
militantes revolucionarios en el momento en el que más
los necesita toda la izquierda radical </span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES"> </span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES">Sin embargo, sería totalmente falso creer que
Syriza tendrá desde ahora la vida fácil, que puede hacer
valer la fidelidad permanente de sus 2 millones de
votantes. Al más mínimo paso en falso de su dirección,
Syriza se arriesga a perderlo todo en muy poco tiempo ya
que una aplastante mayoría de su electorado apoyó a la
coalición no por razones «ideológicas» sino para que
proponga y aplique soluciones radicales a problemas
vitales. Por otro lado, esa es la razón de la
aceleración de su ascenso desde el momento en el que
puso como objetivo de su campaña ganar las elecciones y
formar un gobierno de izquierda, que anularía de forma
inmediata todas las medidas de austeridad. Y, a la
inversa, porque durante los tres últimos días de campaña
su dirección intentó tranquilizar a sus adversarios con
un programa y un discurso menos radical, Syriza perdió
su ventaja y con ella las elecciones.</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES"> </span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES">Por lo tanto se debe prestar mucha atención a
no dar un paso en falso, ya que las consecuencias serían
un cataclismo: los que sacarían partido no serían los ex
grandes partidos tradicionales sino los criminales
neonazis, «que llegaron para quedarse». No sólo en las
urnas sino sobre todo en las calles, donde se
multiplican las terribles agresiones contra los
inmigrantes y los militantes de izquierda.
Desgraciadamente, la falta de preparación de la
izquierda ante la peste parda permitió que la serpiente
neonazi haya salido con éxito de su huevo. Nunca es
tarde para que esta izquierda griega se decida lo más
rápidamente posible a afrontar el naciente monstruo
aunque sólo sea para garantizar su autodefensa.</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES">Habiendo dicho todo lo anterior, podemos
todavía sacar dos o tres lecciones de la experiencia de
Syriza, que se formó, hace casi 9 años, de la alianza, o
más bien del matrimonio, entre un partido reformista de
izquierda (Synaspismos ) con una docena de
organizaciones y corrientes de extrema izquierda.</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES"> </span></p>
<p class="MsoNormal"><b><i><span style="font-size:14.0pt"
lang="ES">La primera lección es que la unidad es
posible. La segunda es que esta unidad paga. Y la
tercera es que la unidad es posible y paga con la
condición que sea una unidad basada en la
radicalidad. </span></i></b><span
style="font-size:14.0pt" lang="ES">Con los tiempos que
corren, una experiencia como la de Syriza merece toda
nuestra atención y, evidentemente, nuestra solidaridad
internacionalista activa. Puesto que en Grecia la
victoria de la izquierda radical continúa siendo
posible, y sólo puede haber habido un aplazamiento…</span></p>
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