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<font size="+1">Comunicado contra la DEUDA firmado por miles de
organizaciones de todo el mundo.<br>
<br>
<b>SEMANA DE ACCIÓN GLOBAL POR LA ANULACIÓN DE LA DEUDA – OCTUBRE
10-17</b><br>
<br>
14 Octubre 2020<br>
<br>
Estimados lideres de los gobiernos e instituciones y prestamistas
internacionales,<br>
<br>
La pandemia COVID19 ha puesto nuestro mundo patas arriba.<br>
<br>
La pandemia CovidC19 ha afectado gravemente la salud, la seguridad
y la supervivencia de cientos de millones de personas. Las
comunidades de todo el mundo están siendo empujadas más
profundamente a la pobreza, la existencia precaria y la
desigualdad, con la pérdida masiva de trabajo remunerado, de
trabajo independiente, de medios de subsistencia, así como con una
disminución del acceso a los alimentos, el agua y el saneamiento,
la vivienda adecuada, la educación, los servicios de salud y demás
necesidades básicas. Se estima que 500 millones de personas más
podrían ser empujadas a la pobreza como resultado de la pandemia y
de la consecuente recesión económica, excesivamente exacerbada. En
todas las regiones del mundo, la violencia contra las mujeres, las
niñas y las personas LGTBI+ ha aumentado en cantidad y en
gravedad.<br>
<br>
Este es un momento sin precedentes de intensas crisis múltiples
con la CovidC19, la recesión económica mundial, la crisis de
cuidados y la escalada de la emergencia climática y ecológica. A
pesar de la urgencia y la magnitud del sufrimiento humano, los
gobiernos y la comunidad internacional no están pasando al modo de
emergencia para atender a las personas y las comunidades.<br>
<br>
Estas condiciones ponen claramente de manifiesto el problema
continuo de la deuda que se interpone en el camino de la
supervivencia de las personas y la lucha contra la desigualdad, la
plena realización de sus derechos humanos, la soberanía y la
autodeterminación de los pueblos, la justicia económica, de género
y ecológica, así como la búsqueda de una vida digna.<br>
<br>
Anualmente, el Sur Global gasta más de USD 300.000 millones[1] en
pagos de la Deuda Externa Pública a los prestamistas bilaterales y
multilaterales como el Banco Mundial y el FMI, los bancos
privados, los especuladores y los inversores en bonos y valores
estatales. El problema de la deuda se ve agravado por otras formas
de flujos financieros ilícitos que también se cuentan por miles de
millones de dólares. Se trata de dinero de vital importancia para
la inversión pública en salud, fundamental para luchar contra la
CovidC19, la asistencia económica y estructural a las personas,
familias y comunidades afectadas, vulnerables y marginadas y la
construcción de economías que generen sistemas más justos,
equitativos, resilientes al clima y sostenibles.<br>
<br>
Dada la urgencia y la gravedad de la crisis a la que nos
enfrentamos, las respuestas al problema de la deuda han sido, en
el mejor de los casos, sumamente insuficientes y, en muchas
ocasiones, contraproducentes.<br>
<br>
El FMI anunció un paquete de alivio de la deuda CovidC19 en abril
de 2020 y dijo que utilizará USD 500 millones para cubrir varios
meses de pagos de la deuda que 28 países están realizando al FMI.
El FMI dice que, finalmente, tiene como objetivo cubrir dos años
de pagos, pero esto dependería de si recibe promesas adicionales
de los países miembros para su Fondo Fiduciario para Alivio y
Contención de Catástrofes FFACC). De hecho, el FMI no anuló sus
reclamos. Las contribuciones de varios países ricos al FFACC se
utilizaron para reembolsar los reclamos del FMI de estos 28
países.<br>
<br>
En el mismo mes, los gobiernos del G20 introdujeron la Iniciativa
de Suspensión del Servicio de la Deuda DSSI, por su sigla en
inglés). No se trata de una cancelación, sino simplemente de un
retraso de ocho meses de hasta USD 12.000 millones en pagos de
deuda pública, y sólo 73 países se consideraron elegibles. De esta
manera, sólo se han suspendido realmente USD 5.300 millones en
concepto de pagos de deuda bilateral a 43 países, todos los cuales
se pagarán ahora entre 2022 y 2024.<br>
<br>
Hasta ahora, los prestamistas privados se han negado a anular o
suspender cualquiera de las deudas que reclaman. Del mismo modo,
los bancos multilaterales de desarrollo, como el Banco Mundial,
tampoco han dejado de cobrar sus reclamos de deuda pendiente.<br>
<br>
Mientras tanto, el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo,
el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Asiático de
Desarrollo están poniendo a disposición un total combinado de USD
205.500 millones [2] para medidas de respuesta a la CovidC19. El
FMI ha aprobado más de USD 88.000 millones en préstamos de
emergencia en los últimos 6 meses a 81 países [3]. Es una parodia
de justicia que los países del Sur Global terminen aún más
endeudados frente a las múltiples crisis.<br>
<br>
El abrumador problema de la deuda va más allá del sangrado a las
arcas públicas, frente a las grandes necesidades y
vulnerabilidades.<br>
<br>
Gran parte de esta deuda es ilegítima, prestada irresponsable e
injustamente, impulsada por préstamos depredadores, utilizada para
financiar proyectos ypolíticas perjudiciales, sin requisitos
legales y democráticos, acompañada de términos onerosos e
injustos, contraída por empresas privadas pero asumida por los
Estados o contraída a través de garantías públicas de beneficios
privados, desperdiciada o robada.<br>
<br>
Las condiciones políticas asociadas a los préstamos, incluidos los
recortes en los servicios públicos y la protección social, la
privatización y los severos programas de austeridad, también han
causado un daño tan grande, si no mayor, que el servicio de la
deuda, especialmente en las mujeres y las niñas, los pueblos
indígenas y las personas y comunidades más empobrecidas y
vulnerables. Estas condiciones han exacerbado los conflictos
sociales, la criminalización e la pobreza y la militarización y
represión.<br>
<br>
Además, la deuda y el “endeudamiento” de los países del Sur es a
la vez una consecuencia y una herramienta para la dominación, al
subvertir la capacidad de los países y los pueblos de dar forma a
sus propios programas económicos y socavar las instituciones
soberanas y los procesos democráticos.<br>
<br>
Todo esto contrasta con el hecho de que los pueblos de los países
del Sur Global ya han pagado varias veces las deudas contraídas en
su nombre, con su dinero, sus medios de vida, su seguridad, su
bienestar, sus vidas y la salud del planeta. Y todo esto en
contraste con la deuda social, histórica y ecológica mucho mayor
que se mantiene con los pueblos del Sur por siglos de saqueo
colonial y poscolonial, por la extracción de sus bienes naturales
y por la explotación de su trabajo, incluyendo el trabajo
doméstico y de cuidados no remunerado de las mujeres.<br>
<br>
Exigimos mucho más que “alivio de la deuda”, exigimos justicia.<br>
<br>
Hacemos un llamamiento a los líderes mundiales, los gobiernos
nacionales, las instituciones financieras, públicas y privadas,
para que tomen medidas urgentes, justas y ambiciosas, en
cumplimiento de sus obligaciones y responsabilidades y se
comprometan con lo siguiente:<br>
<br>
1. Anulación incondicional de los pagos de deuda externa pública
por parte de todos los prestamistas –bilaterales, multilaterales y
privados – para todos los países que lo necesiten durante al menos
los próximos cuatro años como paso inmediato y un programa claro
para la anulación incondicional de la deuda pendiente; Además, los
gobiernos prestatarios tienen en su poder la capacidad de dejar de
hacer pagos de la deuda, pero no deberían sufrir ningún tipo de
penalización por ello.<br>
<br>
2. Uso de los recursos liberados de los pagos de la deuda para
atender las necesidades inmediatas de atención médica vital y
universal, protección social y otros servicios y derechos
esenciales, asegurar la seguridad y el bienestar de las personas y
las comunidades, proporcionar asistencia económica y estructural a
las personas, familias y comunidades afectadas, vulnerables y
marginadas, emprender acciones climáticas urgentes y construir
economías que sean equitativas, respeten los derechos humanos,
promuevan la justicia de género, de raza y ecológica y sean
resilientes al clima y compatibles con la salud del planeta;<br>
<br>
3. Realización de auditorías nacionales de deuda – tanto
gubernamentales como de ciudadanos e ciudadanas independientes –
que examinarán críticamente la naturaleza, el propósito, los
términos y condiciones, el uso real de los préstamos y los
impactos de las políticas y programas respaldados por préstamos, y
revisarán exhaustivamente los cambios en las políticas de
préstamos, endeudamientos y pagos para evitar la acumulación de
deuda insostenible e ilegítima;<br>
<br>
4. Un marco justo, transparente, vinculante y multilateral para la
resolución de crisis de la deuda bajo los auspicios de las
Naciones Unidas y no en los ámbitos dominados por los
prestamistas) que aborde la deuda insostenible e ilegítima;<br>
<br>
5. Revisión nacional y mundial y cambios en las políticas y
prácticas de préstamos, endeudamientos y pagos destinados a
prevenir la acumulación de deuda insostenible e ilegítima, que
fortalezca las instituciones y los procesos democráticos y
defienda los derechos humanos y la autodeterminación de los
pueblos;<br>
<br>
6. Reconocimiento y aplicación de la primacía de los derechos
humanos y de las obligaciones correspondientes de los Estados, la
comunidad internacional y los agentes privados, incluida la
responsabilidad extraterritorial de cada Estado por los impactos
de la acción u omisión de empresas, especuladores e inversores
bajo su jurisdicción;<br>
<br>
7. Reparación de los daños causados a los países, pueblos y
naturaleza, debido a la contratación, uso y pago de deudas
insostenibles e ilegítimas y las condiciones impuestas para
garantizar su cobro.<br>
<br>
Buscamos la solución decisiva y completa al problema de la deuda
como parte de la profunda transformación de los sistemas
económicos y financieros que las crisis actuales exigen tan
urgentemente.<br>
<br>
<br>
</font><b><i>ver firmas en fichero adjunto</i></b><br>
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