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<P><FONT face=Arial><FONT color=#ff0000><STRONG>DEMOCRACIA REAL, DESDE ABAJO,
SIN SIGLAS Y SIN JEFES---José Manuel Naredo Tomás R.
Villasante</STRONG><BR></FONT><BR><BR><BR></FONT><FONT face=Arial>>>>
Todos hemos sido desbordados. A muchas personas nos han alegrado la
cara<BR>>>> los movimientos generados desde el 15 de Mayo. No tanto por
las<BR>>>> reivindicaciones que diversas plataformas ya habíamos
lanzado desde<BR>>>> distintos ángulos, sino por el estilo "desde
abajo" de personas realmente<BR>>>> indignadas y sin el afán de
protagonismos de siglas o de líderes. No es<BR>>>> nueva la cosa, pues
recordarán que en las manifestaciones contra la guerra<BR>>>> las
cabeceras y siglas fueron desbordadas por la propia gente que salía
de<BR>>>> todas partes. Movilizaciones como V de Vivienda o Juventud
sin Futuro<BR>>>> también han llamado con formas anónimas (sin lideres
conocidos) resaltando<BR>>>> más el contenido de lo que se exige. En
este caso el llamamiento por una<BR>>>> Democracia Real, no muy
concreto inicialmente, se ha ido concretando después<BR>>>> con una
multitud de asambleas, grupos de trabajo y comisiones, que ha
ido<BR>>>> construyendo de "abajo a arriba". Tal como suelen hacerlo la
mayoría de<BR>>>> movimientos sociales transformadores y eficientes,
primero la indignación<BR>>>> que nos une, y desde esa base unitaria
construir las reivindicaciones para<BR>>>> cambiar la
situación.<BR>>>><BR>>>><BR>>>><BR>>>> En
algunos llamamientos en que hemos estado (como el de Mesas de<BR>>>>
Convergencia y otros) también se trataba de organizarnos por barrios
y<BR>>>> pueblos a titulo personal y priorizando la unidad de acción
sobre los<BR>>>> debates ideológicos que nos pudieran separar ante las
crisis que padecemos.<BR>>>> Pero por suerte hemos sido desbordados por
los movimientos desde abajo,<BR>>>> desde la acción. Incluso las
plataformas como Juventud Sin Futuro o<BR>>>> Democracia Real Ya,
también han sido desbordadas y hasta las acampadas lo<BR>>>> han sido
por la descentralización hacia barrios y pueblos. Nos parece que<BR>>>>
lejos de que cada plataforma, mesa o movimiento reivindique de nuevo
sus<BR>>>> diferencias, todos debemos contribuir a la construcción
colectiva que está<BR>>>> en proceso y donde podamos avanzar por la
"democracia real" desde abajo,<BR>>>> para superar "sin miedo" el
estar, en buena parte, "sin curro, sin casa, sin<BR>>>> pensión"... Sin
duda cada cual se siente a gusto en su movimiento,<BR>>>> plataforma,
foro o mesa, y no va a abandonar a los de su confianza de años,<BR>>>>
pero ahora tenemos la gran oportunidad de remar desde diferentes barcos
para<BR>>>> que avance una gran flota, pacífica pero contundente, que
pueda doblegar el<BR>>>> bipartidismo que nos gobierna, e incluso la
oligarquía capitalista que<BR>>>> maneja sus hilos (por cierto cada vez
más descarada y menos en la
sombra).<BR>>>><BR>>>><BR>>>><BR>>>> Seguro
que algunos trataran de recoger electoralmente esta marea de<BR>>>>
indignación. Pero en las elecciones locales ya quedo claro que en
estos<BR>>>> movimientos vamos más allá (un tercio votó a la derecha
tradicional, otro<BR>>>> tercio a diversas izquierdas, y otro tercio o
se abstuvo o votó nulo, blanco<BR>>>> o a opciones de castigo
tradicionales). No se trata solo de castigar el<BR>>>> bipartidismo, o
de que tal partido suba dos o diez puestos, para ver qué<BR>>>> jefe
negocia con qué otro jefe. Si los partidos de izquierdas,
verdes,<BR>>>> radicales, etc. escucharan a estos movimientos,
antepondrían una "plataforma<BR>>>> de mínimos" sin lideres de
partidos, o llamarían a un referendum como el de<BR>>>> Islandia, etc.
Pero no parece probable, pues ya están haciendo cuentas de<BR>>>>
cuántos diputados pueden sacar si se presentan como partidos renovados o
con<BR>>>> nuevos aires (para algunos formar "grupo parlamentario" es
el gran<BR>>>>
objetivo).<BR>>>><BR>>>><BR>>>><BR>>>>
Realmente estos movimientos son más de la "ciudadanía activa",
no<BR>>>> electorales, sino para reclamar democracia participativa y de
base, lo cual<BR>>>> se sitúa en las antípodas de lo que es el juego
político habitual, gobernado<BR>>>> por el bipartidismo que propicia el
presente sistema electoral. Pues este<BR>>>> juego transcurre
normalmente al margen de la ciudadanía, imponiendo<BR>>>> decisiones y
megaproyectos, con fines generalmente especulativos, que se<BR>>>>
acuerdan en sigilo entre los empresarios y políticos que mandan en
cada<BR>>>> sector o en cada municipio. A una escala más amplia, cabe
recordar que la<BR>>>> casi totalidad de las medidas y recortes
adoptados con el pretexto de la<BR>>>> crisis se decidieron, esquivando
incluso el preceptivo debate parlamentario,<BR>>>> al argüir motivos de
urgencia y/o emergencia, o al pactar previamente los<BR>>>> acuerdos en
la trastienda de los partidos, hurtando a la cámara el oportuno<BR>>>>
debate. Así ocurrió, incluso con las modificaciones camufladas de
los<BR>>>> presupuestos que conllevaron las nuevas emisiones de deuda
pública y las<BR>>>> partidas adicionales de ayudas empresariales
acordadas sobre la marcha.<BR>>>> Valga esto para advertir, a la vez,
lo certero y lo difícil del empeño. El<BR>>>> objetivo de la democracia
participativa tiene la virtud de desenmascarar de<BR>>>> entrada, el
actual despotismo falsamente democrático. Pero a nadie se le<BR>>>>
escapa que invertir el presente statu quo autoritario, dando cabida a
una<BR>>>> participación social efectiva en la toma de decisiones, es
una tarea difícil<BR>>>> y es una tarea que no tiene fin, pues exige
una presión social continua que<BR>>>> nunca podrá dormirse en los
laurees so pena de volver a las andadas. Ha de<BR>>>> tenerse bien
presente que una sociedad dominada por esas organizaciones<BR>>>>
jerárquicas y centralizadas, ávidas de poder y de dinero, que suelen ser
los<BR>>>> partidos políticos y las empresas, jamás desembocará por si
misma en una<BR>>>> sociedad solidaria, compuesta por individuos que de
verdad sean libres e<BR>>>> iguales. Lo cual quiere decir que la
democracia participativa no puede<BR>>>> construirse con las empresas y
los partidos políticos al uso, sino que<BR>>>> necesita recurrir a otro
tipo de organizaciones y de valores. Necesita<BR>>>> anteponer la
amistad a la rivalidad, la cooperación a la competencia, la<BR>>>>
solidaridad al egoísmo, el desprendimiento a la avaricia, el diálogo
al<BR>>>> enfrentamiento, la confianza a la desconfianza y el miedo, la
democracia<BR>>>> real al poder jerárquico establecido... Lo cual deja
entrever la magnitud de<BR>>>> la tarea en curso, pero lo importante es
tener clara la dirección en la que<BR>>>> hay que remar y en esto se ha
avanzado mucho a raíz del
15-M.<BR>>>><BR>>>><BR>>>><BR>>>> En la
propia Constitución está enunciado que los españoles podemos<BR>>>>
participar directamente (no solo a través de partidos). Pero este
aspecto<BR>>>> los partidos no han tenido interés en desarrollarlo.
Apenas tuvieron lugar<BR>>>> algunas Iniciativas Legislativas Populares
que, tras pelear con muchas<BR>>>> trabas burocráticas, se tragó en
cuanto pudo el bipartidismo reinante (como<BR>>>> la actual de la
Dación en Pago, contra que los bancos se queden con las<BR>>>> casas y
encima haya que seguir pagando la hipoteca). Apenas hay 50<BR>>>>
Ayuntamientos que hacen Presupuestos Participativos con muy pocos
recursos,<BR>>>> y que no siempre son vinculantes desde las asambleas
de base<BR>>>> descentralizadas ¡y uno de ellos fue Sta. Coloma de
Gramanet, que saltó a<BR>>>> las páginas de la prensa, por las
prácticas corruptas de los mismos ediles<BR>>>> que alardeaban de
gestión "participativa"! Hay, así, que separar el grano de<BR>>>> la
paja, para distinguir esa participación de cartón piedra,
meramente<BR>>>> ceremonial, orquestada por alcaldes como Gallardón, de
aquella otra que<BR>>>> trata de ser verdadera o efectiva. La
"democracia real" no es solo una nueva<BR>>>> ley electoral o un mero
gesto formal, sino que supone generalizar y agilizar<BR>>>> las formas
que, a veces, ya existen de toma de decisiones desde iniciativas<BR>>>>
de base, de procesos comunitarios participativos, de asambleas desde
abajo<BR>>>> que acuerden prioridades de los presupuestos, sistemas de
rendición de<BR>>>> cuentas, transparencia, etc. Estas formas deben
impregnar el control del<BR>>>> quehacer político y la toma de
decisiones a todos los niveles con<BR>>>> instituciones generadas ad
hoc, que vayan desde lo local, hasta los niveles<BR>>>> más agregados.
Además hay sistemas de internet que estamos perfeccionando en<BR>>>> el
seno de estos movimientos para poder ir avanzando en debates y
decisiones<BR>>>> para cada tema, incluyendo los más problemáticos. Se
está avanzando en el<BR>>>> tema ecológico y el económico, por
ejemplo, no solo con propuestas urgentes<BR>>>> a corto plazo,
sino con reflexiones y propuestas para cambiar el sistema e<BR>>>>
iniciar transiciones en la energía y en el control de las finanzas. En
estos<BR>>>> temas, como en el de la auto-organización, quizás "vamos
despacio, porque<BR>>>> vamos lejos". La creatividad y el poderío
social se esta manifestando en<BR>>>> estos movimientos en las formas
de ir avanzando. Desde vecinos de la misma<BR>>>> calle que no se
conocían, y que ahora indignados salen juntos a<BR>>>> manifestarse,
pintar paredes o a hacer una fiesta alternativa, hasta sesudos<BR>>>>
intelectuales que se juntan con hackers para construir nuevas formas
de<BR>>>> control de la economía, la transparencia de la información y
la toma de<BR>>>> decisiones. Son momentos en que desde las diversas
plataformas, foros,<BR>>>> colectivos, mesas, etc. debemos contribuir a
guardarnos las siglas en los<BR>>>> bolsillos y remar juntos para
llegar a buen puerto.<BR>>>> </FONT></P></BODY></HTML>