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<p>Bones,<br>
</p>
<p>aquesta és la contra de la vanguardia del dia d'avui, entrevisten a
Jorge Riechmann. No usa la paraula decreixement, però el contingut
certifica que es del que parla ;><br>
</p>
<p><br>
<br>
</p>
<p><br>
</p>
<p>----------------------------------<br>
<br>
</p>
JORGE RIECHMANN · POETA<br>
<br>
"¡Pedaleamos hacia el despeñadero!"<br>
<br>
VÍCTOR-M. AMELA - 13/07/2007<br>
<br>
Tengo 45 años. Nací en Madrid y vivo en Galapagar. Me licencié en
Matemáticas, me doctoré en Ciencias Políticas, fui profesor de
filosofía moral en la Universitat de Barcelona y soy poeta. Trabajo
como investigador en el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y
Salud. Estoy casado, sin hijos. Soy ecosocialista. Soy agnóstico<br>
<b><br>
- Matemático, politólogo, poeta... ¡Qué mezcla!</b><br>
<br>
- Soy un catacaldos, sí. Pero antes de estudiar nada, era poeta.<br>
<br>
<b>- Dio clases de filosofía moral: ¿qué es eso?</b><br>
<br>
- Ética. A partir de los 80, ahondé en la ética acerca de lo
medioambiental y lo social.<br>
<br>
<b>- ¿Y qué hizo?</b><br>
<br>
- Me comprometí con movimientos políticos verdes. Y fui uno de los
promotores de Científicos por el Medio Ambiente (Cima).<br>
<br>
<b>- ¿Qué es Cima?</b><br>
<br>
- Una asociación de científicos y tecnólogos, de sociólogos, biólogos,
epidemiólogos, toxicólogos, medioambientalistas, investigadores en
salud pública...<br>
<br>
<b>- ¿Con qué objetivos?</b><br>
<br>
- Plantear propuestas que hagan viable la sostenibilidad del medio
ambiente, de cara al Plan Nacional I + D para el 2008-2011.<br>
<br>
<b>- Resúmalas.</b><br>
<br>
- La voz de los científicos, hoy ya unánime, debe traducirse en
políticas prácticas. A saber: el secreto es detenerse.<br>
<br>
<b>- ¿Detenerse?</b><br>
<br>
- No viajamos sobre una bicicleta que caerá si dejamos de pedalear:
podemos dejar de pedalear y guardar el equilibrio.<br>
<br>
<b>- ¿Ser equilibristas de nuestro mundo?</b><br>
<br>
- Eso... o seguir pedaleando ¡hacia el despeñadero! Que es lo que
estamos haciendo.<br>
<br>
<b>- Descríbame el despeñadero.</b><br>
<br>
- Zonas de desiertos inhabitables, como España, por ejemplo. Poca
tierra emergida y habitable en el cinturón del Polo Norte... El colapso
de nuestro mundo y de este planeta.<br>
<br>
<b>- No tiene gracia.</b><br>
<br>
- No. En vida nuestra se ha verificado un hecho que altera la situación
del ser humano en el universo, un hecho trascendental... que debería
hacernos cambiar.<br>
<br>
<b>- ¿Qué hecho?</b><br>
<br>
- El mundo disponía antes de espacio ecológico libre, y en ese contexto
encajaba la lógica de identificar progreso con crecimiento. Pero desde
1980 vivimos en un mundo lleno.<br>
<br>
<b>- ¿Qué entiende por mundo lleno?</b><br>
<br>
- El crecimiento del sistema socioeconómico humano a costa de la
biosfera llegó a un punto en el que ya la daña.<br>
<br>
<b>- ¿Y cómo sabe que eso sucedió en 1980?</b><br>
<br>
- Se calculó nuestra huella ecológica en términos territoriales. Tu
huella ecológica es esa superficie de planeta (tierra y mar) que te
sostiene, es decir, la extensión de planeta que necesitas para
abastecerte de recursos y acoger tus residuos, dado tu tren de vida.
Pues bien: la huella ecológica de la humanidad, ¡en 1980 igualó ya la
extensión completa del planeta, por primera vez en la historia!<br>
<br>
<b>- ¿Y hoy?</b><br>
<br>
- Hemos mantenido la vieja lógica de que sólo progresas si creces, ¡y
seguimos creciendo como si dispusiéramos de más planetas...! Así, la
huella ecológica de Holanda, por ejemplo, equivale a 16 veces su
superficie.<br>
<br>
<b>- ¿Qué habría que hacer?</b><br>
<br>
- Dejar de practicar la sobrepesca, dejar de devastar bosques, dejar de
vivir adictos al petróleo, apostar por energías renovables, apostatar
de nuestra religión tecnolátrica...<br>
<br>
<b>- ¿Hay tiempo?</b><br>
<br>
- Lo primordial es salir de esta ilusión de normalidad en que vivimos.
¡El momento es excepcional! Lo dice Lester Brown en Estados Unidos: "Ya
logramos trastocar toda la sociedad estadounidense para enfrentarnos a
la II Guerra Mundial. ¡Logrémoslo ahora!".<br>
<br>
<b>- ¿Que actuemos como ante una guerra?</b><br>
<br>
- Sí. Podríamos al menos estabilizar el uso de energías primarias e
iniciar una transición hacia un sistema sostenible. Pero detecto que no
hay intención de hacerlo...<br>
<br>
<b>- ¿En qué lo detecta?</b><br>
<br>
- Hace poco pudo aprobarse en España una reforma fiscal para gravar los
coches que más carburante queman. Pero las industrias petrolera y
automovilística presionan, y los políticos se arrugan.<br>
<br>
<b>- Se apuesta por el biocombustible, ¿no?</b><br>
<br>
- Ventajas: nos independiza del agotamiento de los hidrocarburos, y
contamina menos. Problemas: con las actuales cuotas de consumo, para
sustituir el petróleo necesitaríamos tanta biomasa ¡que ni toda la
superficie cultivable del planeta sería suficiente!<br>
<br>
<b>- ¿No?</b><br>
<br>
- Sustituir por biocombustibles el 10% del petróleo hoy usado en
transportes en Europa... precisaría del 31% de todas las tierras de
cultivo de la Unión Europea.<br>
<br>
<b>- Podríamos importar ese biocombustible.</b><br>
<br>
- A costa de devastar las selvas tropicales de Malasia, Indonesia,
Brasil... Ya sucede.<br>
<br>
<b>- ¿También en el Brasil del socialista Lula?</b><br>
<br>
- Sí. Lula es socialista y poco ecologista.<br>
<br>
<b>- Esto se parece a un callejón sin salida...</b><br>
<br>
- No. En ciudades en que es difícil circular con coche, ¡fíjese cómo
gana la calidad de su vida urbana! Integremos campo y ciudad...<br>
<br>
<b>- ¿Huertos en las calles?</b><br>
<br>
- Hasta la I Guerra Mundial, ¡París se autoabastecía de frutas y
verduras de sus huertos urbanos! Pero la sustitución del caballo por el
coche los dejó sin estiércol...<br>
<br>
<b>- Un poema suyo fabula con vivir sin coche, sin tele y sin fútbol.</b><br>
<br>
- Quizá se abriese un espacio acogedor...<br>
<b><br>
- Qué difícil, qué difícil, ¡admítamelo!</b><br>
<br>
- Conozco a gente cautivada por algún apartado pueblecito de
Marruecos... Admítame usted que hoy identificamos como paraíso ¡lo que
teníamos en casa hace un siglo!<br>
<br>
<b>- Admitido, salvo por la miseria que había.</b><br>
<br>
- ¡Eso es algo hoy solventable! Solventado eso, ¿progresamos? ¿Queremos
seguir avanzando en hacer inhabitable nuestro entorno?<br>
<br>
<b>- Insisto: ¿qué hacer?</b><br>
<br>
- ¡Dejar de hacer! El problema, justamente, es que hacemos demasiado.<br>
<br>
<br>
<b>DETENERSE</b><br>
<i><br>
"Haremos más" ha sido uno de los últimos lemas electorales. Y Riechmann
discrepa, así: "¡Hagamos menos!". En un planeta finito, es imposible el
crecimiento material infinito, resume. "Lo difícil para nuestra cultura
es detenerse", añade... Como investigador, activista -´Perdurar en un
planeta habitable´ (Icària)-, filósofo y poeta, nos previene de nuestra
"mercadolatría y tecnolatría", y de sus textos en ´Conversaciones entre
alquimistas´ (Tusquets) me atrae una reflexión sobre el misterio del
bolso de las mujeres: "Un estudio dice que, de promedio, un bolso pesa
1,70 kilos. Si las llaves, el monedero y el móvil suman 300 gramos,
¡queda el ´resto imprevisible´!". Y anoto esta cita de Heráclito: "El
sendero que sube es el mismo cuando baja". De lo que entiendo que todo
es reversible.</i><br>
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</html>