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<b>Fracaso anunciado en la COP19</b><br><div class=""><div class=""><div class=""><div class=""><div class=""><div class=""><div class=""><br></div>
<div class=""><font size="6"><b>La industria marca el ritmo de la cumbre de Varsovia</b></font></div>
<div class=""><p> Las corporaciones de energías sucias asumieron un papel protagonista en la última cumbre sobre el cambio climático. </p>
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<div class=""> <div class=""><a href="https://www.diagonalperiodico.net/taxonomy/term/21108">Tom Kucharz</a><br><br><a href="https://www.diagonalperiodico.net/global/21052-la-industria-marca-ritmo-la-cumbre-varsovia.html">https://www.diagonalperiodico.net/global/21052-la-industria-marca-ritmo-la-cumbre-varsovia.html</a><br>
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09/12/13 · 8:00 </div>
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<span class="">Edición impresa</span>
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<div> <span class="">La cumbre de cambio climático estuvo marcada por el tifón que asoló Filipinas.</span> </div> </div>
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El balance de la última cumbre sobre cambio climático no puede ser más
pesimista: el país anfitrión –Polonia- y Naciones Unidas organizaron una
reunión con la presencia masiva de las industrias más contaminantes con
el fin de <a href="http://www.diagonalperiodico.net/panorama/20618-500000-millones-dolares-subsidios.html" target="_blank">extender el rol explícito de grandes corporaciones energéticas sucias</a> en las negociaciones multilaterales.</p>
<p><span class="">Se prolonga la inacción hasta 2015, cuando se pretende decidir en París sobre un nuevo acuerdo climático mundial</span>La
cumbre anual de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio
Climático comenzó tres días después de que el tifón Haiyan devastara una
parte de las Filipinas causando miles de víctimas mortales, desplazados
y millones de afectadas. Varias delegaciones de países del Sur global
aprovecharon la ocasión para reiterar la <strong>responsabilidad histórica de los países más industrializados</strong> por el calentamiento global y debatir sobre quién debe pagar para reparar los daños.</p>
<p>El negociador filipino, Yeb Saño, qué abrió la cumbre con un emotivo
discurso por la dramática situación en su país y decidió ayunar en
solidaridad con la gente afectada por el tifón Haiyan, escribió el
último día de la cumbre en su cuenta Twitter a las 2:05 de la madrugada:
“Sin resultado significativo a la vista. El ayuno continúa”. <strong>La reunión plenaria se clausuró con la aprobación de un documento dominado por la falta de compromisos</strong> y fechas concretas.</p>
<p>Una vez más se prolonga la inacción hasta 2015, cuando se pretende
decidir en París sobre un nuevo acuerdo climático mundial que
establecería <strong>metas concretas de cómo limitar el calentamiento global a 2ºC hasta finales del siglo</strong>.
Algo imposible a no ser que seamos capaces de cambiar las relaciones de
fuerza para acabar con las subvenciones a los combustibles fósiles y
dejar dos tercios de ellos sin explotar.</p>
<p>Si bien los países del Sur en general dieron la bienvenida a la
decisión de establecer un mecanismo internacional de pérdidas y daños,
expresaron su decepción por la falta de objetivos claros y una hoja de
ruta en cómo financiar este mecanismo a largo plazo. Salvo el anuncio de
varios países europeos de poner a disposición del Fondo de Adaptación
unos 100 millones de euros, para asegurarse a cambio el respaldo de los
países insulares y más empobrecidos (LDC) a la posición negociadora de
la UE, la reunión "Ministerial de Financiamiento para el Clima"<strong> terminó sin ningún financiamiento real para el Fondo Verde para el Clima creado en 2010</strong>, que sigue sin funcionar.</p>
<p>A pesar de la fuerte evidencia del empeoramiento de los impactos
climáticos --incluyendo tormentas más severas como el tifón Haiyan en
Filipinas-- las delegaciones de los países africanos estaban enfurecidos
por los anuncios de países como Japón y Australia. Cuando Japón anunció
que seguía a Canadá, y que daría marcha atrás en sus compromisos de
reducción de emisiones acordados anteriormente, y Australia –por su
parte- informó que eliminará el impuesto sobre las emisiones de CO2,
dieron entender que se estaban burlando de la convención climática de la
ONU y <strong>dañaron aun más la ya débil integridad de las negociaciones</strong>. Contra la medida del Gobierno australiano se echaron a la calle más de 50.000 personas.<br><span class="">El
“acuerdo” sobre los documentos resultantes de la cita en Varsovia fue
resultado de un compromiso de último minuto entre las naciones más
industrializadas y las nuevas superpotencias</span><br>
“Si los países más contaminantes piensan que sólo tienen que <strong>dictar cómo los países africanos deben proceder</strong>
en la adaptación y la mitigación del cambio climático sin escuchar
nuestro grito sobre la cuestión de las pérdidas y los daños sufridos por
la población, entonces es un proceso inútil”, subrayó Habtemariam Abate
del Ethiopian Civil Society Network. Mithika Mwenda, coordinador de la
Alianza Panafricana de Justicia Climática, dijo que "la responsabilidad
primordial de los gobiernos es proteger la seguridad de su población" y
"no están cumpliendo con esta responsabilidad."</p>
<p>El “acuerdo” sobre los documentos resultantes de la cita en Varsovia
fue resultado de un compromiso de último minuto entre las naciones más
industrializadas y las nuevas superpotencias acerca de los recortes en
las emisiones resultantes de la quema de combustibles fósiles. <strong>Acusan a China y la India de haber rechazado la propuesta de la Unión Europea y EE UU:</strong>
que todas las naciones tengan que presentar el año que viene
"compromisos" en la reducción de la emisión de los gases de invernadero.
Y vendieron como “éxito diplomático” de la UE el haber cambiado la
palabra por "contribuciones", pero en realidad es <a href="http://www.diagonalperiodico.net/panorama/nueva-cumbre-sobre-cambio-climatico.html" target="_blank">la línea política dominante desde la cumbre de Copenhague</a>
(2009): convertir objetivos vinculantes en contribuciones voluntarias.
Algo que los gobiernos de la UE y EE UU –y muy en concreto sus sectores
industriales- también prefieren.</p>
<p>La reunión dejó al lado los asuntos más espinosos del debate: cómo
dividir la responsabilidad de los recortes de emisiones y cómo los
países más enriquecidos van a cumplir con su <strong>promesa de canalizar 100.000 millones anuales hacía los países empobrecidos a partir del 2020</strong> destinados a mitigar los efectos del cambio climático.</p>
<p>Los financiadores privados de la cumbre, como las corporaciones
contaminadores ArcelorMittal, BMW y PGE seguramente estaban felices el
transcurrir de la cumbre. En lugar de enfrentarse al poder corporativo, <strong>tal como exigieron más de 150 organizaciones del mundo en su declaración conjunta</strong>, la ONU acoge con cada vez mayor satisfacción las empresas en las negociaciones sobre cambio climático.</p>
<h4>Grupos de presión</h4>
<p>El lobby corporativo crece a todos los niveles administrativos: la
International Emissions Trading Association -una entidad que representa a
la industria y sectores financieros que se enriquecen con la
especulación en mercados financieros con la venta de “derechos de
emisión”- o la Cámara Internacional de Comercio presionan a los
gobiernos para que subvencionen medidas climáticas que resulten en
gigantescos negocios y grandes ganancias para las corporaciones, pero no
vaya a las causas del problema. Por eso <strong>promueven mecanismos de compensación y comercio de emisiones de gases de efecto invernadero</strong>,
el programa sobre reducción de emisiones resultantes de la
deforestación (REDD+) que busca en realidad privatizar los bosques o
tecnologías como fracking, captura y almacenamiento de carbono y la
expansión de los monocultivos agrícolas para agrocombustibles. En
Varsovia se decidió explorar con más detalle “el grado en que las
plantaciones de árboles se benefician del clima” cuando los monocultivos
de árboles de rápido crecimiento causan la pérdida de biodiversidad y
desplazan pueblos indígenas de sus territorios.</p>
<p><span class="">Las industrias vinculadas al carbón y
varios gobiernos pretendían legitimar su apuesta por la energía más
nociva con una campaña de “lavado verde”</span>El gobierno anfitrión
polaco ha ayudado activamente a las empresas contaminantes para influir
en las negociaciones que -una vez más- lograron impedir cualquier
progreso sustancial. A juzgar por la actitud y por las acciones de los
gobiernos como Japón, Australia, Canadá, EE UU o de la Unión Europea,
que <strong>anuncian nuevas inversiones en minería de carbón y extracción de petróleo</strong>, se demuestra que éstos están escuchando sobre todo a las industrias contaminadoras.</p>
<p>Como colmo del absurdo, la Asociación Mundial del Carbón ha celebrado
una Cumbre Internacional del Carbón y del Clima en el marco de la COP19
bajo el lema “Tecnologías, oportunidades e innovaciones del carbón
limpio”. Las industrias vinculadas al carbón y varios gobiernos
pretendían legitimar su apuesta por la energía más nociva con una
campaña de “lavado verde”. Por medio del “Comunicado de Varsovia” <strong>llaman a incrementar el uso de tecnologías altamente contaminantes</strong>, pero llamadas irónicamente “tecnologías de combustión de carbón altamente eficientes y de bajas emisiones”.</p>
<p>La presión de la Asociación Mundial del Carbón en la COP19 tiene como
objetivo conseguir el “reconocimiento del rol fundamental que el carbón
tiene para conseguir el futuro energético bajo en emisiones”. Con ello
busca incrementar los subsidios públicos en <strong>tecnologías costosas e inseguras como la captura y almacenamiento de carbono o la gasificación bajo tierra</strong>, que, según la industria, mudarán el carbón en “energía verde”.</p>
<p>Pero el uso del carbón ni es limpio ni barato, porque es la fuente de
electricidad que más gases responsables del calentamiento global emite y
causa graves daños a la salud. <strong>Las centrales eléctricas de carbón están entre las peores fuentes de contaminantes tóxicos del aire</strong> en todo el mundo. Es por tanto necesario adoptar políticas para acabar con<a href="http://www.diagonalperiodico.net/panorama/20617-subvenciones-grandes-empresas-echan-humo.html" target="_blank"> las subvenciones al carbón</a>
–en el caso español 636 millones de euros sólo en el año 2011- y su
eliminación gradual del mix eléctrico hasta –más tardar- el 2020.</p>
<p>Además, se debería exijir responsabilidades a los bancos y prohibir
seguir invirtiendo en la expansión mundial de la industria del carbón.
Entre 2005 y 2013 <strong>unos 89 bancos comerciales invirtieron unos 118 mil millones de euros en la extracción del carbón</strong>, esto es un incremento del 397% desde la entrada en vigor del Protocolo de Kioto,<a href="http://www.banktrack.org/show/pages/banking_on_coal_report_on_banks_and_coal_mining" target="_blank" rel="nofollow"> según el estudio publicado con ocasión de la COP19 </a>por
las redes internacionales BankTrack y CEE Bankwatch. El 71% de este
capital lo proveen 20 bancos, entre ellos los bancos europeos más
grandes.</p>
<p>En una carta un centenar de organizaciones del mundo urgen a Naciones
Unidas de prohibir la entrada de las industrias contaminantes a las
cumbre del clima. Otros organismos de la ONU han tomado medidas contra
el lobby industrial, como la Organización Mundial de la Salud con la
creación de un código de conducta vinculante entre la industria
tabacalera y los funcionarios de salud pública. El artículo 5.3 de la
convención de la OMS sobre tabaco afirma que<strong> los intereses de la industria tabacalera son fundamentalmente irreconciliables</strong>
y en conflicto con el interés público. Lo mismo se debería aplicar a
los intereses de la industria de combustibles fósiles y de aquellos
sectores económicos cuyos modelos de negocio se basan en las altas
emisiones de CO2 en relación a las políticas energéticas y de cambio
climático.</p>
<p>Al margen de lo que ocurrió en Varsovia, el congreso Alternatiba en
el País vasco francés en octubre ha hecho un llamamiento “a todas las
ciudades y territorios de Europa a preparar, desde ahora, sus propias
alternativas al cambio climático y a la crisis social y ecológica”. “Se
trata, por un lado, de interpelar a los gobernantes sobre las dramáticas
consecuencias de la falta de un acuerdo internacional ambicioso, <strong>eficaz, vinculante y justo sobre el clima</strong>,
y por otro, de apelar a la gente a emprender sin más dilaciones la
transición social, energética y ecológica necesaria para evitar el
trastorno profundo e irreversible de los mecanismos del clima”. <br></p><p><br></p></div></div></div></div></div></div>