<div dir="ltr">Comunicado de prensa - 21 de agosto de 2013<br><div class="gmail_quote"><div text="#000000" bgcolor="#FFFFFF">
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</u><u>Tras el anuncio de una mayor explotación petrolífera en el
Parque Nacional Yasuní, en Ecuador</u><b><br>
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</b><b>PARA DEJAR EL PETRÓLEO EN LA TIERRA ES NECESARIO CAMBIAR DE
MODELO ENERGÉTICO</b><u><br><br>
</u><u>Las autoridades ecuatorianas deben convocar una consulta
popular y los países europeos asumir su deuda ecológica</u><br>
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</b><b>La decisión del presidente de Ecuador, Rafael Correa, de
permitir una mayor explotación petrolífera en el Parque Nacional
Yasuní tendrá graves impactos para las poblaciones indígenas, el
clima y sobre la biodiversidad. Por ello, Ecologistas en Acción y
el Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG) se
solidarizan con las demandas de los movimientos sociales de
Ecuador y del mundo que defienden la Iniciativa Yasuní-ITT y
plantean alternativas al extractivismo así como la convocatoria de
una consulta popular vinculante en Ecuador para decidir sobre este
tema de enorme transcendencia.</b><br>
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La Iniciativa Yasuní-ITT (siglas que corresponden a los campos
petroleros de Ishpingo Tiputini Tambococha) apuesta por dejar el
petróleo en el subsuelo y conservar uno de los parques nacionales
con mayor diversidad biológica ubicado en la Amazonía ecuatoriana.
Exigía además una reparación por daños ecológicos a los países más
contaminantes por valor de 2.700 millones de euros para evitar así
la emisión de 410 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2)
a la atmósfera.<br>
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El Gobierno español y a la Unión Europea no han respaldado de manera
decidida la iniciativa Yasuní-ITT, que podría haber permitido
avanzar hacia la reparación de la deuda ecológica. Las sociedades
industrializadas siguen en deuda con sociedades como la ecuatoriana,
por la extracción y el consumo histórico de productos petrolíferos y
las emisiones de gases de efecto invernadero que han provocado el
cambio climático. El modelo energético de países como España causa
sistemáticamente la violación de derechos humanos de poblaciones
locales y la destrucción de infinitos lugares con alto valor
ecológico en muchos países. Lo que ocurra en la selva del Yasuní no
solo afecta a un país o una región, sino al conjunto del planeta,
por lo que es necesario tomar decisiones a nivel global.<br>
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El caso Yasuní permite el debate sobre muchos problemas vinculados a
la extracción de combustibles fósiles. Por ejemplo, dentro del área
hay todavía pueblos indígenas que siguen decididos a mantener su
aislamiento. Según los Derechos de los Pueblos Indígenas de Naciones
Unidas y el Convenio 169 de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), cualquier gobierno y empresa están obligados a
consultar a las poblaciones locales si autorizan cualquier
megaproyecto extractivo en su territorio. También el Gobierno
ecuatoriano está llamado a cumplir estas leyes internacionales.<br>
<br>
Rafael Correa debe aprovechar esta oportunidad para demostrar que
hay otras formas de hacer política, situando a Ecuador entre los
países del mundo que deciden no explotar sus reservas petrolíferas
con el fin de transitar hacia otros modelos económicos.<br>
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La Asamblea Nacional de Ecuador, en aplicación al Art. 407 de su
Constitución y considerando que se ha pronunciado en dos ocasiones
en contra de la explotación del crudo del ITT, también debería
responder en derecho con la protección de la naturaleza y de los
pueblos en aislamiento voluntario. Debería impulsar una consulta
popular, porque un 92,7% de la población apoyaba la iniciativa de
mantener el petróleo bajo tierra, según una encuesta realizada en
junio del 2013.<br>
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En Ecuador existe una larga historia de daños gravísimos causados
por diversas empresas del sector petrolero. En el caso del Parque
Yasuní, Repsol opera en el Bloque 16, en medio de una Reserva de la
Biosfera, provocando destrucción y contaminación. Ecologistas en
Acción y el Observatorio de la Deuda en la Globalización aprovechan
la ocasión para reiterar la demanda internacional que la empresa
Repsol sea juzgada por múltiples violaciones a los derechos humanos
y destrucción ambiental en el Parque Yasuní y que abandone la
actividad extractiva en la zona y en toda la Amazonía.<br>
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Ecologistas en Acción y el Observatorio de la Deuda en la
Globalización seguirán reclamando una transformación socio-ecológica
justa demandando que dos tercios de las reservas mundiales de
combustibles fósiles se dejen bajo la tierra y el fondo del océano
para prevenir niveles catastróficos de cambio climático. Asimismo se
debe prohibir las nuevas exploraciones y explotaciones de petróleo,
arenas bituminosas, gas no convencional, carbón, uranio y gas
natural, lo que implicaría la prohibición del fracking en España. En
su lugar se debería invertir en el cambio del modelo y en fuentes
renovables de energía como defiende la Plataforma por un Nuevo
Modelo Energético, referente importante de las luchas energéticas en
el Estado español.<br>
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<pre cols="72">--
Anxela Iglesias
Prensa Ecologistas en Acción
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@IglesiasAnxela
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</font></span></div></div></div>