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<br>
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<h1 class="titre"><small><small><small><a moz-do-not-send="true"
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href="http://www.cadtm.org/El-hambre-es-obra-del-hombre-y">http://www.cadtm.org/El-hambre-es-obra-del-hombre-y</a></small></small></small></h1>
<h1 class="titre">El hambre es obra del hombre y puede ser eliminada
por la humanidad</h1>
<p><small> 22 de febrero por <b>Jean Ziegler</b>, <b>Eric
Toussaint</b> </small></p>
<div class="chapo">
<p>Jean Ziegler , ex relator especial de NNUU sobre el derecho a
la alimentación, entrevistado por Éric Toussaint.<br
class="nettoyeur">
</p>
</div>
<br>
<div class="texte">
<p><img src="cid:part2.02030907.00060301@cadtm.org" class="puce"
alt="-" style="height:11px;width:8px;" height="11" width="8"> <strong>1.-
¿Qué relación establece usted entre el endeudamiento de los
países más industrializados y el hambre que atenaza una parte
importante de la población africana?</strong></p>
<p>Antes de responder a su pregunta, quisiera hablar sobre la
extensión del desastre.<br>
La masacre anual de decenas de millones de seres humanos
producida por el hambre es el escándalo de nuestro siglo. Cada
cinco segundos muere de hambre un niño de menos de 10 años,
37.000 personas mueren de hambre cada día y 1.000 millones,
sobre los 7.000 que somos, quedan mutilados por la
subalimentación permanente…y eso en un planeta que desborda de
riquezas.</p>
<p>El informe sobre la inseguridad alimentaria en el mundo
producido por la FAO, que da las cifras de las víctimas, dice
que la agricultura mundial en la etapa actual podría alimentar
normalmente (2.200 calorías por individuo adulto por día) a
12.000 millones de personas, o sea, casi el doble de la actual
población mundial.</p>
<p>En el umbral de este nuevo milenario, por lo tanto no existe
ninguna fatalidad, ninguna penuria objetiva. Un niño que muere
de hambre cae asesinado.</p>
<p>Durante ocho años, fui relator especial de las Naciones Unidas
para el derecho a la alimentación. Este libro, Destruction
massive. Géopolitique de la faim, es el relato de mis combates,
de mis fracasos, de mis ocasionales y frágiles victorias, y
también de mis traiciones.</p>
<p>El problema de los que sufren hambre no es la disponibilidad
general de alimentos en el planeta, sino su propio acceso a los
alimentos, y esencialmente su falta de poder adquisitivo para
comprarlos. El hambre estructural es la que mata cotidianamente
debido a las fuerzas de producción insuficientemente
desarrolladas en los campos del hemisferio sur. El hambre
coyuntural, por el contrario, golpea cuando una economía se
desploma bruscamente, a causa de una catástrofe climática o una
guerra.</p>
<p>Vuelvo sobre su pregunta. La relación entre la deuda y la
destrucción por el hambre es particularmente evidente en el
combate contra el hambre coyuntural.</p>
<p>Entre 2008 y 2010, el Programa Alimentario Mundial perdió
prácticamente la mitad de su presupuesto: era de 6.000 millones
de dólares en 2008, y ahora es de 3.200 millones. Los Estados
industriales se endeudaron masivamente para refinanciar sus
bancos… y han borrado o reducido fuertemente sus contribuciones
al PAM. Pero el PAM es el encargado de la ayuda alimentaria
urgente en caso de catástrofe climática o de guerra.</p>
<p>En consecuencia: el Programa Alimentario Mundial no puede
comprar suficientes alimentos para la ayuda urgente en caso de
hambruna, como pasa ahora en el Cuerno de África, donde los
funcionarios de la ONU rechazan la entrada cada día de
centenares de familias, refugiadas del hambre, en sus 17 campos
de acogida instalados en la región. La deuda es responsable de
la destrucción de millares de seres humanos.</p>
<p><img src="cid:part2.02030907.00060301@cadtm.org" class="puce"
alt="-" style="height:11px;width:8px;" height="11" width="8"> <strong>2.-
¿ Bajo la misma perspectiva, ¿qué relación establecería usted
entre la crisis bancaria y económica que estalló en los años
2007-2008 en los países más industrializados y la crisis
alimentaria mundial, casi simultánea?</strong></p>
<p>La crisis financiera de 2007-2008 provocada por la delincuencia
bancaria tuvo en especial dos consecuencias. La primera: los
fondos especulativos (hedge funds) y los grandes bancos se
trasladaron después de 2008, abandonando los mercados
financieros para orientarse hacia mercados de bienes primarios,
principalmente agrícolas. Si observamos los precios de los tres
alimentos básicos (maíz, arroz y trigo), que cubren el 75 % del
consumo mundial de alimentos, vemos que éstos aumentaron de
forma explosiva. En 18 meses, el precio del maíz aumentó un 98
%, la tonelada de arroz pasó de 105 dólares a 1.010 dólares y la
tonelada de trigo para harina dobló su precio desde septiembre
de 2010, pasando a 271 euros. Esta explosión de precios produce
beneficios astronómicos para los especuladores, pero mata en los
barrios miserables a centenares de miles de mujeres, hombres y
niños.</p>
<p>La segunda consecuencia es la carrera de los hedge funds y
otros especuladores por las tierras cultivables del hemisferio
sur.</p>
<p>Según el Banco Mundial, el año pasado, 41 millones de hectáreas
de tierras cultivables fueron acaparadas por fondos de
inversiones y multinacionales únicamente en África, con el
resultado de la expulsión de los pequeños campesinos. Lo que se
debe denunciar es el papel del Banco Mundial, y también del
Banco Africano de Desarrollo, que financian estos robos de
tierras. Para justificarse, estas organizaciones enuncian la
teoría perniciosa de decir que la productividad agrícola en
África es muy baja. Cosa cierta. Pero se debe aclarar de que no
es porque los campesinos africanos sean menos competentes o
menos trabajadores que los campesinos franceses. Es porque esos
países están estrangulados por su deuda externa. No tienen
dinero para constituir reservas para casos de catástrofes ni
para invertir en la agricultura de subsistencia. Es falso decir
que la solución vendrá por la cesión de tierras a las
multinacionales.</p>
<p>Lo que hay que hacer, es que esos países sean capaces de
invertir en agricultura y de dar a los campesinos los
instrumentos mínimos para aumentar su productividad:
herramientas, riego, buenas semillas, abonos.</p>
<p>Un ejemplo: el 3,8 % de las tierras africanas son regadas. En
todo el continente sólo existen 250.000 animales para el trabajo
agrícola y algunos miles de tractores. Los abonos minerales, las
semillas seleccionadas están, en gran medida, ausentes.</p>
<p><img src="cid:part2.02030907.00060301@cadtm.org" class="puce"
alt="-" style="height:11px;width:8px;" height="11" width="8"> <strong>3.-
¿Cuál es la tesis central de vuestro libro <i>Destruction
massive. La géopolitique de la faim</i>?</strong></p>
<p>El hambre es obra del hombre y puede ser eliminado por los
hombres. Los principales enemigos del derecho a la alimentación
son la decena de sociedades transcontinentales privadas que
dominan casi con exclusividad el mercado alimentario. Fijan los
precios, controlan los stocks y deciden quién vivirá y quién
morirá, porque solamente los que tienen dinero tendrán acceso a
los alimentos. El año pasado, por ejemplo, Cargill controló más
del 26 % de todo el trigo comercializado en el mundo. Pero estos
monopolios disponen además de organizaciones mercenarias: la
Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial. Estos son los tres caballeros
del Apocalipsis. Si bien reconocen que el hambre es terrible,
estiman que cualquier intervención en el mercado es un pecado.
Para ellos, reclamar una reforma agraria, un salario mínimo o la
subvención de alimentos básicos, por ejemplo, para salvar las
vidas de los más pobres es una herejía. Según estos grandes
trusts que, en forma conjunta, controlan cerca del 85 % del
mercado alimentario, el hambre solamente será vencida en el
momento en que se produzca la liberalización total del mercado y
la privatización de todos los sectores públicos.</p>
<p>Esta teoría neoliberal es mortífera y oscurantista. La Unión
Soviética implosionó en 1991 (fue una buena cosa). Hasta ese
momento, uno de cada tres hombres vivía bajo un régimen
comunista y el modo de producción capitalista estaba limitado
regionalmente. Sin embargo, en 20 años, el capitalismo
financiero se extendió como la peste a través del mundo. Y
engendró una instancia única de regulación: el mercado mundial,
la dichosa mano invisible. Los Estados perdieron su soberanía y
la pirámide de los mártires ha crecido. Si los neoliberales
tuvieran razón, la liberalización y la privatización habrían
debido reabsorber el hambre. Ahora bien, se produjo justamente
lo contrario. La pirámide de mártires no deja de crecer. La
muerte colectiva por hambre se vuelve cada día más terrorífica.</p>
<p>Pero a pesar de su título —<i>Destruction massive</i>— mi libro
es un libro de esperanza.</p>
<p>No hay impotencia en democracia. Existen medidas concretas que
nosotros, ciudadanas y ciudadanos de los Estados democráticos de
Europa, podríamos imponer de inmediato: prohibir la especulación
en la bolsa de los productos alimentarios, hacer que se detenga
el robo de tierras cultivables por las sociedades
multinacionales, impedir el dumping agrícola, conseguir la
anulación de la deuda externa de los países más pobres para que
puedan invertir en la agricultura para la alimentación local,
terminar con los agrocarburantes… Se puede obtener todo eso si
nuestros pueblos se movilizan. Escribí Destruction massive.
Géopolitique de la faim para fortificar la conciencia de los
ciudadanos. Y lo repito, mientras discutimos, cada cinco
segundos muere de hambre un niño de menos de diez años. Las
fosas están allí. Y los responsables son identificables.</p>
<p>Además, tuvieron lugar enormes insurrecciones de campesinos
—totalmente ignoradas por la prensa de Occidente—en numerosos
países del Sur: en Filipinas, en Indonesia, en Honduras, en el
norte de Brasil. Los campesinos invaden las tierras robadas por
las sociedades multinacionales, luchan, mueren, pero a veces son
también victoriosos. George Bernanos escribió: «<i>Dios no tiene
otras manos que las nuestras</i>».</p>
<p>El orden caníbal del mundo puede ser destruido y la felicidad
material asegurada para todos. Tengo confianza: en Europa, la
insurrección de las conciencias está próxima.</p>
<p><img src="cid:part2.02030907.00060301@cadtm.org" class="puce"
alt="-" style="height:11px;width:8px;" height="11" width="8"> <strong>4.-
Desde hace años, en particular, como vicepresidente del Comité
Consultivo del Consejo de los Derechos Humanos de la ONU,
usted actúa con el fin de que sea adoptado un pacto
internacional u otro instrumento legal internacional que
garantice los derechos de los campesinos a escala planetaria.
¿Hasta dónde se ha llegado, actualmente?</strong></p>
<p>El proyecto de una convención internacional que proteja los
derechos de los campesinos (derecho a la tierra, derecho a las
semillas, derecho al agua, etc.) será sometido en junio a la
Comisión de los Derechos Humanos. La convención materializaría
el principio de la obligación extraterritorial de los Estados.
En concreto: el Estado francés podría ser considerado
responsable de las violaciones de los derechos de los campesinos
cameruneses o de Benín por las sociedades Vincent Bolloré o
Vilgrain.<br>
La batalla es incierta.</p>
<p><img src="cid:part2.02030907.00060301@cadtm.org" class="puce"
alt="-" style="height:11px;width:8px;" height="11" width="8"> <strong>5.-
¿Qué utilidad pueden tener los análisis y las acciones del
CADTM en el combate por el derecho a la alimentación y, más
allá, para un cambio radical en materia de derechos humanos?</strong></p>
<p>El oscurantismo neoliberal envenena la mayor parte de los
gobiernos y una gran parte de la opinión pública. Los análisis y
los combates del CADTM son esenciales. Jean-Paul Sartre
escribió: «<i>Conocer al enemigo, combatir al enemigo</i>». Esta
doble exigencia está magníficamente asumida por el CADTM.</p>
<p>Traducido por Griselda Pinero</p>
</div>
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<pre class="moz-signature" cols="72">--
Jérôme Duval
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