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</head>
<body bgcolor="#ffffff" text="#000000">
Jubileo Sur/Américas saluda, en el <em>Día de la Soberanía Alimentaria,</em>
la realización del V Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de
Organizaciones del Campo- CLOC.
<div> </div>
<div>Y renueva su compromiso de lucha por el fin de las deudas
ecológicas, climáticas y culturales, generadas por las políticas de las
Instituciones Financieras Internacionales, los agro-negocios y el
capital multinacional, que llevan a la concentración de la tierra, el
fin de la agricultura familiar sustentable y el reinado de la soja
sobre la vida de los campesionos y campesinas. </div>
<div> </div>
<div>Por el fin de todas las deudas. Por soberanía alimentaria. Por
trabajo, tierra y libertad!</div>
<div> </div>
<div>JS/A</div>
<div> </div>
<div> </div>
<div> </div>
<div>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;" class="MsoNormal"
align="center"><b><span style="color: rgb(0, 153, 0);" lang="ES-AR"><font
size="3"><img title="banner semana deuda 2010.jpg"
alt="banner semana deuda 2010.jpg"
src="cid:part1.04050604.09040403@ecologistasenaccion.org"></font></span></b></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;" class="MsoNormal"
align="center"><b><span style="color: rgb(0, 153, 0);" lang="ES-AR"><font
size="3">16</font></span></b><b><span
style="line-height: 115%; color: rgb(0, 153, 0); font-size: 14pt;"
lang="ES-AR"> </span></b><b><span style="color: rgb(0, 153, 0);"
lang="ES-AR"><font size="3">DE OCTUBRE: DIA DE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA</font></span></b><b><span
style="line-height: 115%; color: rgb(0, 153, 0); font-size: 14pt;"
lang="ES-AR"><br>
Los campesinos haitianos quieren dejar atrás el neoliberalismo</span></b></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt;" class="MsoNormal"><span lang="ES-AR"><font
size="3"><font face="Calibri">por GRAIN<span> </span></font></font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font size="3"><font face="Calibri">Las organizaciones
campesinas están furiosas con las autoridades haitianas por haber
permitido que las multinacionales y las grandes empresas saquen
provecho de la reconstrucción post terremoto, aumentando así la
dependencia del país respecto al exterior. Exigen que en lugar de esto
se cree un programa radical de reconstrucción agrícola, destinado a
recuperar al campesinado devastado. El fundamento de esta
reconstrucción sería la <i>soberanía alimentaria.</i></font></font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font size="3"><font face="Calibri">El 4 de junio del
2010, cerca de 10.000 campesinos haitianos marcharon desde Papaye hasta
Hinche, en el Macizo Central de la isla. Quemaron varios bultos de
semillas de maíz híbrido que hacían parte de una donación de Monsanto
al programa de reconstrucción post terremoto. Durante la manifestación,
los campesinos exhibieron slogans como <i>« Larga vida al maíz local!»</i>
y <i>«Los transgénicos y las semillas híbridas de Monsanto atentan
contra la agricultura campesina».</i></font></font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font face="Calibri" size="3">Chavannes Jean-Baptiste,
líder campesino haitiano y coordinador del Movimiento Campesino Papaya
(MPP ó Mouvman Peyizan Papay) que ayudó a organizar la manifestación,
explicó en una entrevista a GRAIN que Monsanto se está aprovechando del
programa de asistencia para hacer que los campesinos dependan de sus
semillas y para acabar con la agricultura campesina. Era necesario,
declaró, expresar claramente un “<i>NO</i>” rotundo a esta situación.
Varias acciones de solidaridad parecidas se llevaron a cabo en Montreal
(Canadá) y en Seattle (USA). </font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font face="Calibri" size="3">La posición de Chavannes
Jean-Baptiste corresponde a la que adoptaron 15 asociaciones
campesinas, entre las cuales hay una organización juvenil y un grupo de
mujeres, quienes con el apoyo de la ONG haitiana PAPDA (Plataforma Para
un Desarrollo Alternativo) publicaron una crítica severa a la reacción
de urgencia del gobierno haitiano luego del terremoto de enero del 2010.</font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font size="3"><font face="Calibri">Tras el trágico
terremoto, que causó cerca de 230.000 muertos y obligó a más de medio
millón de personas a abandonar Puerto Príncipe y regresar al campo, el
Ministerio de Agricultura, de Recursos Naturales y del Desarrollo Rural
(el MARNDR) anunció la creación de un Programa Especial de Urgencia y
de Apoyo a la Producción Alimenticia, dotado de un presupuesto de 687
millones de dólares estadounidenses. Los objetivos principales son <i>“promover
la reintegración social de las personas que migraron desde las ciudades
hacia las zonas rurales”, “aumentar su capacidad de generar ingresos
mediante actividades intensivas en mano de obra, para permitirles
comprar de inmediato los alimentos que necesitan en el corto plazo” y
“establecer la seguridad alimentaria de forma permanente”.</i></font></font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font size="3"><font face="Calibri">No hay nada que
agregar a estos objetivos. En lo que los autores del documento de la
PAPDA no están de acuerdo con el gobierno es en la estrategia utilizada
para lograrlos. Según ellos, el gobierno es incapaz de tomar una
primera medida esencial: poner en tela de juicio las políticas
neoliberales que acabaron con la agricultura campesina. Si no se deja
atrás el neoliberalismo, afirman los autores, el gobierno nunca logrará
restablecer los medios de subsistencia de los pequeños productores. </font></font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font size="3"><font face="Calibri">Hasta los años 80s,
los haitianos cultivaban suficiente arroz, frijol, maíz, papa y yuca
para satisfacer sus necesidades. Pero después del derrocamiento de la
dictadura de Duvalier, Haití comenzó a liberalizar su economía. <i>“El
FMI y el Banco Mundial decretaron que teníamos que realizar ajustes
estructurales”</i>, nos recuerda Camille Chalmers de la PAPDA. <i>“Nos
dijeron que éramos vecinos del mayor productor agrícola del mundo y que
no había ninguna razón para producir nuestros propios alimentos, ya que
podríamos comprarlos a precios bajos. En lugar de dedicarse a la
agricultura, los campesinos debían ir a la ciudad para vender su fuerza
de trabajo en las fábricas estadounidenses que producían textiles o
artículos electrónicos para exportación”.</i></font></font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font size="3"><font face="Calibri">Los medios de
subsistencia de miles de campesinos fueron destruidos. El documento de
la PAPDA explica lo ocurrido: <i>“Las políticas neoliberales golpearon
a las comunidades rurales en el núcleo de la resistencia campesina,
ocasionando un éxodo rural de grandes dimensiones y el crecimiento
acelerado de los suburbios. Estas medidas económicas hacen parte del
proceso de desestructuración de la agricultura campesina local,
favoreciendo a las grandes trans-nacionales que operan en el mercado de
alimentos. El resultado fue un empobrecimiento drástico de los
campesinos productores excluidos del mercado por la liberalización del
comercio exterior, generando una dependencia extraordinaria y desempleo
a gran escala”.</i></font></font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font size="3"><font face="Calibri">El sector público fue
reducido a su más mínima expresión por las reformas neoliberales. Se
quedó sin recursos, humanos y financieros, para preparar a Haití ante
desastres naturales tales como terremotos y huracanes. Según la PAPDA, <i>“hay
que admitir que la magnitud de los daños [causados por el terremoto] es
intrínseca a los elementos vinculados a la irresponsabilidad de un
Estado estructurado contra el pueblo. No es un secreto para nadie: ya
en 2007, un informe de la Purdue University advertía sobre la
inminencia de un terremoto en Haití, pero el Estado se limitó a
menospreciar el informe y a indicar las medidas de protección básicas”.</i></font></font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font face="Calibri" size="3">Hoy, después de un
terremoto que causó tanta devastación, el MARNDR anuncia el lanzamiento
de un programa de reconstrucción agrícola que, según la PAPDA, brindará
muchos más beneficios a las multinacionales que a los pequeños
productores. Más de la mitad de los 687 millones de dólares está
destinada a proyectos de infraestructura: sistemas de irrigación,
carreteras rurales, reparación y refuerzo de las orillas de los ríos,
etc. La segunda parte más importante del presupuesto está destinada a
la compra de equipos como tractores y demás maquinaria agrícola (113,5
millones de dólares), seguida por la reforestación (37 millones) y las
estructuras para prevenir la erosión (20 millones). Además, una parte
considerable del presupuesto está reservada para la compra de
fertilizantes (18,4 millones), pesticidas (4,7 millones) y
semillas/plántulas (5 millones).</font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font size="3"><font face="Calibri">Ya que la mayoría de
los campesinos haitianos no está en condiciones de comprar un tractor o
insumos químicos, incluso si estos fueran subvencionados, el programa
beneficiará solo a una pequeña minoría. Es más, dado que Haití no
produce fertilizantes, ni pesticidas, ni maquinaria agrícola, serán las
empresas extranjeras las que ganen los contratos de venta de todos
estos productos. De la misma manera, no hay duda que los contratos de
construcción de infraestructuras serán otorgados a multinacionales.
Lejos de promover la autosuficiencia nacional, este programa no hará
otra cosa que aumentar la dependencia de Haití respecto a los insumos
importados. La PAPDA, como lo indica en su informe, piensa que con el
tiempo el programa será corregido para favorecer a los intereses
extranjeros de manera aún más profunda<i>: “será un programa retocado,
dictado y financiado por extranjeros. Por ende, además de la mezquindad
de las ambiciones iniciales, será aún peor cuando sea retomado y
corregido por agencias como la USAID y otras”.</i></font></font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font size="3"><font face="Calibri">Destaca PAPDA con una
cierta amargura: <i>“La ayuda humanitaria obedece a las leyes del
mercado capitalista, que hace pasar los contratos por circuitos donde
una gran cantidad del dinero con fines humanitarios se queda en los
países donantes. En el campo de la ayuda humanitaria, la preocupación
por los intereses y las ganancias está también presente”.</i> Las
autoridades haitianas ya no consideran a los campesinos como actores
legítimos que conviene consultar: <i>“El MARNDR niega la existencia y
la fuerza representativa de la clase campesina. Escoger la política
neoliberal equivale a negar también la validez de los conocimientos
populares. El MARNDR sigue dando estatuto de verdaderos actores a las
ONGs y a las empresas prestadoras de servicios, excluyendo a los
productores, que son los que se interesan por cosas diferentes a las
materias primas, las ganancias y hacer fortuna”.</i></font></font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font size="3"><font face="Calibri"><span> </span>Mervyn
Claxton, experto en economía política del Caribe, concuerda con la idea
de que las autoridades haitianas están perdiendo la oportunidad de dar
inicio a una verdadera economía campesina que pueda realmente ayudar
con la reconstrucción del país: <i>“Haití dispone de toda una serie de
variedades tradicionales de arroz, maíz y frijol. Fueron los esclavos
africanos los que trajeron el arroz a Haití hace más de doscientos
años, del que hoy existen variedades tradicionales que podemos
reagrupar en dos grandes tipos: el arroz de montaña y el arroz de los
pantanos. Como es sabido por todos, estas variedades tradicionales son
más nutritivas que el arroz norteamericano barato y subvencionado que
las remplazó hace 20 o 30 años (el arroz “de Miami”), luego de la
liberalización del comercio. </i></font></font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><i><span
lang="ES-AR"><font size="3"><font face="Calibri">Por lo tanto,
respecto a las VAR (Variedades de Alto Rendimiento), el arroz haitiano
es más adecuado a la lucha contra la malnutrición, considerada por el
gobierno como un problema clave. Es probable que el uso de VAR aumente
el riesgo de inseguridad alimentaria en vez de reducirlo, pues estas
variedades requieren agua de forma regular y en cantidades suficientes,
una necesidad que no podrá satisfacerse durante los periodos de sequía,
muy frecuentes en Haití. Las VAR serán promotoras de exclusión y no de
integración, ya que su imprescindible necesidad de agua obligará al
Ministerio a no incluir en el Programa de Urgencia las zonas no
irrigables. Los dueños de las tierras más difíciles de cultivar, menos
fértiles o excluidas serán, inevitablemente, los campesinos más pobres
del país”.</font></font></span></i></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font face="Calibri" size="3">Los movimientos campesinos
tienen su propia visión del modelo de agricultura alternativa que
quieren construir. En el documento de la PAPDA hacen un llamado a
redefinir las políticas públicas con el objetivo de romper de forma
clara con las prácticas del pasado: <i>[es necesaria una] “ruptura en
el modelo de desarrollo respecto a la teoría neoliberal, ruptura
respecto a la exclusión, ruptura respecto al imperialismo y ruptura
respecto al estado centralista”.</i> Para esto, la reconstrucción tiene
que movilizar cuatro fuerzas sociales importantes: las mujeres, el
campesinado, los jóvenes y los artistas y artesanos.</font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font size="3"><font face="Calibri">Doudou Pierre, al
igual que Chavannes Jean-Baptiste, es miembro del Movimiento Nacional
de los Campesinos del Congreso de Papaya. Doudou da una descripción de
los que podría ser el modelo alternativo. Se trata, según él, de “<i>reactivar</i>”
la agricultura en Haití siguiendo dos grandes principios. El primero es
el de la soberanía alimentaria, es decir, producir localmente la mayor
parte de alimentos que necesitan los haitianos: <i>“Estamos en
condiciones de producir por lo menos el 80% de lo que comemos”</i>. El
segundo incorpora una reforma agraria: <i>“No podemos hablar de
soberanía alimentaria si las personas no tienen tierra. Tenemos
previsto tomar las tierras de los grandes propietarios y distribuirlas
entre los campesinos, para que ellos puedan trabajarlas”. </i>Cuando
tengan las tierras, los campesinos necesitarán el apoyo de las
autoridades: <i>“El Estado tiene que darnos créditos, brindarnos
soporte técnico y ayudarnos a almacenar y gestionar el agua”.</i></font></font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font face="Calibri" size="3">Hay varias propuestas para
aumentar la cobertura de la agricultura campesina después de la
implantación de estos cambios estructurales. El Centro de Investigación
en Economía Política (CEPR) propone que los prestamistas
internacionales acepten comprar toda la cosecha de arroz haitiano
durante los próximos 2 años. Con este incentivo, los campesinos locales
podrían producir casi tanto arroz cuanto reciben de ayuda humanitaria,
y la recuperación del sector campesino, que está en ruinas, podría
ponerse en marcha. Otra organización propone que el gobierno haga que
las escuelas compren todos los alimentos necesarios para los comedores
escolares a grupos de pequeños productores locales. </font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span
lang="ES-AR"><font face="Calibri" size="3">Por su parte, el gobierno
no ha dado ningún signo que indique que aceptaría alguna de las
propuestas formuladas por las organizaciones campesinas o por los
grupos de reflexión que trabajan con estas. Dadas las circunstancias,
no es para nada sorprendente que tanto Chavannes Jean-Baptiste, como
todos los que manifestaron con él, estén furiosos.</font></span></p>
<p style="margin: 0cm 0cm 10pt;" class="MsoNormal"><span lang="ES-AR"><font
face="Calibri" size="3">Traducción: Felipe Zalamea para Jubileo
Sur/Américas.</font></span></p>
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JUBILEO SUR/AMERICAS<br>
secretaría regional a/c PACS <br>
Políticas Alternativas para el Cono Sur<br>
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Tel. +55 21 22102124<br>
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