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<br>
<br>
-------- Missatge original --------
<table class="moz-email-headers-table" border="0" cellpadding="0"
cellspacing="0">
<tbody>
<tr>
<th align="right" nowrap="nowrap" valign="baseline">Assumpte: </th>
<td>[jubileo_sur] Banco anticapitalista en la Selva Lacandona</td>
</tr>
<tr>
<th align="right" nowrap="nowrap" valign="baseline">Data: </th>
<td>Thu, 5 Nov 2009 21:37:32 -0200</td>
</tr>
<tr>
<th align="right" nowrap="nowrap" valign="baseline">De: </th>
<td>Beverly Keene <a class="moz-txt-link-rfc2396E" href="mailto:beverly@jubileesouth.org"><beverly@jubileesouth.org></a></td>
</tr>
<tr>
<th align="right" nowrap="nowrap" valign="baseline">A: </th>
<td><a class="moz-txt-link-abbreviated" href="mailto:jubileo_sur@lists.riseup.net">jubileo_sur@lists.riseup.net</a></td>
</tr>
</tbody>
</table>
<br>
<br>
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{
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<b>
<div>Como parte importante de la lucha emprendida contra el
endeudamiento ilegítimos, siempre están presentes los interrogantes
acerca de cuáles deudas puedan ser legítimas, qué alternativas pueden
construirse para satisfacer las necesidades y promover los derechos de
las personas y de la naturaleza. Gracias a Luciana por compartir este
recuento de una experiencia que aporta a la relfexión - </div>
<div><br>
</div>
<div><br>
</div>
Banco anticapitalista en la Selva Lacandona</b><br>
<br>
“No hay sentido de
negocio. Es sólo una necesidad de los pueblos y hasta ahora todos están
contentos porque ven que está funcionando y se están resolviendo los
problemas en colectivo”.<br>
<br>
Todos los días los pueblos zapatistas
enfrentan nuevos retos para hacer realidad la autonomía de sus
territorios. Una historia de logros y tropiezos, de crear, inventar y
poner en práctica nuevas ideas. De perder el miedo a equivocarse en un
camino que iniciaron en 1994, formalizaron con la creación de los
gobiernos autónomos en el 2005 y siguen construyendo todos los días. Y
todo en medio del hostigamiento militar y paramilitar, el acoso
policiaco y los proyectos gubernamentales encaminados a dividir a las
comunidades, a lo que se suman las miles de carencias de los más de 40
municipios autónomos en resistencia. La autonomía se construye, casi,
sobre la nada. Y sobre la nada nació hace más de un año el insólito
Banco Popular Autónomo Zapatista (Banpaz), en la región de la selva
fronteriza.<br>
<br>
Lograr la autosuficiencia en condiciones de extrema
precariedad suena imposible, pero no para los zapatistas que, asegura
Roel, de la Junta de Buen Gobierno Hacia la esperanza, “demostramos que
se pueden hacer las cosas de otra manera…imagínate, un banco
anticapitalista, sin señores banqueros y con beneficios para el pueblo”.<br>
<br>
La
sede del gobierno autónomo de la selva fronteriza es el caracol “Madre
de los caracoles del mar de nuestros sueños”. La región cuenta con
cuatro municipios autónomos y es la primera en echar a andar el banco
popular, una iniciativa que tiene su mayor fortaleza, como todos los
proyectos autónomos, en la decisión de las asambleas comunitarias. Su
concepción, discusión, aceptación y puesta en práctica es una muestra
del ejercicio colectivo y democrático que predomina en las comunidades
indígenas zapatistas.<br>
<br>
El proceso autonómico de las bases de
apoyo del EZLN incluye sistemas de salud, educación, proyectos
productivos, medios de comunicación y nuevas formas de comercialización
de sus productos, todo en condiciones precarias pero con la finalidad
mayor de poner en práctica una de las premisas fundamentales del
zapatismo: la del mandar obedeciendo, que se traduce en formas de
gobiernos que basan sus decisiones en los consensos de los pueblos.
Pero nada es ideal ni carente de problemas. Los hay “y muchos… el
asunto es que aquí les buscamos la solución entre todos. Si una cosa no
nos funciona no nos quedamos conformes. Le buscamos la forma. Nos lo
tomamos en serio y luego sale. Todo el mundo se equivoca, pero cuando
la equivocación es colectiva pues ahí no hay culpable…”, explica Roel,
autoridad autónoma que está por finalizar su gestión al frente de la
Junta de buen gobierno.<br>
<br>
Y precisamente uno de estos problemas es
que a pesar de que cuentan con un sistema de salud autónomo, resulta
insuficiente para la atención de enfermedades graves y en estos casos
los pacientes tienen que salir de sus pueblos para buscar ayuda
especializada, necesitando dinero para trasportarse y pagar los
servicios médicos. El dinero no lo tienen y buscan a quién pedir
prestado.<br>
<br>
Hace unos años comenzó a vislumbrarse en las cañadas
de la selva Lacandona el fantasma de la migración. Cientos de
indígenas, zapatistas y no, salieron de la zona en busca de trabajo. La
baja de precios de sus productos agrícolas y los intermediarios para su
comercialización, provocaron el flujo de hombres, jóvenes en su
mayoría, a ciudades turísticas del sur del país (Cancún y Ciudad del
Carmen) y, por supuesto, hacia Estados Unidos. Empezaron a llegar las
divisas a las comunidades y algunas familias “se hicieron de un
dinerito” con el que iniciaron el negocio de la usura o el coyotaje,
como se le conoce en la región.<br>
<br>
La necesidad urgente de dinero
para enfrentar un problema de salud grave, por un lado, y el incremento
del coyotaje, por el otro, conformaron un escenario en el que empezó a
predominar el abuso de los prestadores, quienes cobran un interés de
entre el 15 y 20 por ciento mensual. Ahorcados, sin ninguna otra
opción, los indígenas de cualquier filiación política recurren a estos
préstamos. Pero los zapatistas empezaron a inconformarse y “a buscarle
cómo salir de esta situación”.<br>
<br>
“La gente de los pueblos empezó a
discutir cómo resolver el problema de los réditos. Empezaron las
asambleas en el 2008 y pueblo por pueblo fuimos discutiendo la idea de
formar un pequeño banco para cubrir las necesidades de urgencia de
salud, los casos graves que no pueden cubrir los servicios de salud
autónomos”, explica Roel.<br>
<br>
En los casos de urgencias, añade, “se
necesita trasladar al enfermo a recibir atención especializada y pues
al no haber dinero se tenía que recurrir a los coyotes. Así nació la
idea de hacer mejor un banco de préstamos y empezó la discusión de cómo
hecerle. Las comunidades decidieron que sí se cobraran intereses, pero
que fueran muy bajos. Con esos intereses se incrementaría el fondo del
banco para hacer otros préstamos. Al final de la discusión se acordó
que fuera el 2 por ciento de interés mensual”.<br>
<br>
Una vez decidido
el interés para préstamos por motivos de salud, las asambleas
discutieron los préstamos para proyectos colectivos, cooperativas y
sociedades. Y ellos mismos acordaron un interés del 5 por ciento. En un
principio se pensó también en préstamos para proyectos individuales,
pero, explican, “nos dimos cuenta que eran para puro negocio y los
suspendimos, quedando sólo vigentes los préstamos por problemas de
salud y para después los préstamos para proyectos colectivos. Lo
importante aquí es que ninguna decisión es individual y los pueblos son
los que analizan cada paso y van decidiendo lo que les conviene”,
señala el integrante de la Junta de Buen Gobierno.<br>
<br>
El aval de
cada solicitante es la autoridad de la comunidad a la que pertenece y
el pueblo queda como testigo. De esta manera, todo el pueblo está
enterado de que uno de sus compañeros solicitó al banco un dinerito y
que lo tiene que pagar. Ellos mismo, los que piden el préstamo, son los
que se ponen el plazo para cubrirlo, de acuerdo a sus gastos. Puedes
ser seis meses, un año o más, según cada quien. También se enteran de
cada préstamo los pueblos de los otros municipios autónomos, pues se
trata, señalan las autoridades de la región, “de que todos estemos
comprometidos “.<br>
<br>
Para hacer posible el banco popular, el fondo
inicial provino de un aporte del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional (EZLN); de una parte de las ganancias del transporte colectivo
que es administrado por la Junta; y de una donación que llegó de afuera
para un niño enfermo, “quien no necesitaba de todo el dinero que le
estaban mandando y junto con la familia y la asamblea decidieron que lo
que no ocupaba se aportara al fondo colectivo”. Asimismo, decidieron
que el impuesto que los pueblos cobran a las compañías que están
construyendo caminos que pasan por sus comunidades, también se añadiera
al fondo del banco.<br>
<br>
En este proyecto, advierte Roel, “no hay
sentido de negocio. Es sólo una necesidad de los pueblos y hasta ahora
todos están contentos porque ven que está funcionando y se están
resolviendo los problemas en colectivo”.<br>
<br>
Para los pueblos en
rebeldía, el Banco Popular Autónomo Zapatista (Banpaz) “es, sin duda,
parte de nuestra autonomía, en la que nosotros mismos podemos crear
nuestros propios recursos económicos, nuestros alimentos, nuestros
servicios de salud y educación, nuestros medios de comunicación y modos
de comercialización. Así lo estamos haciendo, cada vez con menos
dependencia de afuera, porque al principio (hace ya seis años),
empezamos con más apoyos del exterior. Ahora somos cada vez más
independientes y, por lo tanto, cada vez más autónomos”.<br>
<br>
De
hecho, este es uno de los primeros proyectos de al autonomía zapatista
en el que no interviene ningún factor o asesoría de la sociedad civil
nacional e internacional. “Todo fue interno. Lo que pasa es que
nosotros le probamos hasta que algo funciones. Y si no nos funciona no
nos quedamos conformes y le buscamos otra forma”, afirma Roel, con la
convicción y el orgullo de quien ha crecido a lo largo de 25 años con
la lucha zapatista.<br>
<br>
“La colectividad —sostiene— es la base y lo
que más nos fortalece como zapatistas”. Y, dentro de este proceso, la
Junta de Buen Gobierno de la selva fronteriza analiza como uno de sus
máximos logros la participación de la mujer en los trabajos de la
autonomía. Con su inclusión, afirman, “ha cambiado la vida de los
pueblos. Poco a poco lo vamos entendiendo. Y pues aquí ya todo se
cambió”.<br>
A los niños y niñas que han crecido en la autonomía “ya no
les cuesta la participación de la mujer”. En otro momento, admiten los
miembros de Junta, “los préstamos del Banpaz hubieran sido impensables
para mujeres y sólo se les hubieran dado a los hombres, pero ahora
también se les dan a ellas y quedan como responsables”.<br>
<br>
Aquí, afirman “ya todo es muy otro”. <br>
<br>
<br>
Luciana Ghiotto.-
<br>
<br>
"La pregunta de la revolución no es <br>
"¿cómo destruimos el capitalismo?", <br>
sino "¿cómo hacemos para dejar de crear el capitalismo?". <br>
John Holloway.-<br>
<br>
<br>
<hr>executiva mailing list<br>
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<div><b>Jubileo Sur/Américas</b></div>
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Secretaría Regional
<div>Piedras 730</div>
<div>1070 Buenos Aires, Argentina</div>
<div>Tel. +5411-43071867</div>
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Iolanda Fresnillo
Observatori del Deute en la Globalització
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