<h1><font size="4">El sueño de comprar un piso era una pesadilla</font></h1>
                <h3><font size="2">El
pinchazo inmobiliario azota las 'sociedades de propietarios' como
España, EE UU o Reino Unido - Ahora el alquiler gana terreno porque los
ciudadanos no pueden acceder al crédito </font></h3>
                
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                        <p><strong>LLUÍS PELLICER</strong> <em></em>22/11/2008
                        
                        
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<p>Un <i>carro</i>
y una casa. Es lo que ansían los miles de inmigrantes que llegan a
Estados Unidos y también los que desembarcan en países con una
auténtica cultura de la propiedad como España. No sólo ellos. También
lo desean ciudadanos con bajos ingresos que en los últimos años
pudieron acceder a la propiedad gracias a la ingeniería financiera
basada en condiciones muy laxas para acceder a una hipoteca. El
alquiler quedó en el olvido, sólo para colectivos muy concretos:
jóvenes, divorciados o recién llegados, que necesitan una vivienda
transitoria. Ahora todo ha cambiado. ¿Tendrá esta crisis como efecto
secundario el alza de un parque de vivienda más sano, con más alquiler
y pisos públicos?</p>
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<p>Los ciudadanos de Estados Unidos, España, Irlanda o Reino Unido
despiertan del sueño de comprar una vivienda. "Ese sueño era en
realidad una pesadilla", ironiza el director del Centro Internacional
de Finanzas de Yale, William N. Goetzmann. Durante el auge inmobiliario
se alejaron aún más del arrendamiento, la fórmula del pagar por usar,
muy asentada en Alemania, Holanda o Francia. <b>La compra permite tener un
patrimonio, pero el alquiler deja ahorrar o invertir en formación,
negocios u ocio</b>. Un régimen muy asentado en las grandes ciudades
europeas que favorece la movilidad laboral. Más de la mitad de su
parque de viviendas está en alquiler. España está a años luz de esta
proporción. La ciudad con más pisos en arrendamiento es Barcelona, con
poco más del 25% de sus viviendas.</p><p>La <i>sociedad de propietarios</i>
llegó a España mucho antes de que el presidente de EE UU George W. Bush
lo convirtiera en objetivo de sus mandatos. <b>El alquiler era la fórmula
más usual de las familias españolas en los años treinta y cuarenta.
Pero el franquismo se empeñó en crear una cultura de la propiedad. Y lo
consiguió. Tanto que todavía hoy perdura</b>. El ex relator de la ONU para
Vivienda, Miloon Kothari, que emitió un informe muy duro sobre España,
critica la "obsesión por la propiedad de la mayoría de las políticas
públicas". "Incluso ahora las ayudas van para quienes poseen", asegura.</p><p><b>El
modelo social de George W. Bush iba más allá de la vivienda. Seguía un
modelo que ya empleó Reino Unido a principios de los ochenta y que
supuso desmantelar parte del parque público de vivienda protegida. Pero
la <i>sociedad de propietarios,</i> que empezaba por la vivienda y
seguía por la educación o la sanidad, ha terminado siendo un fiasco</b>. El
69,1% de los ciudadanos estadounidenses vivía en un piso en propiedad a
comienzos de 2007. Hoy esa proporción ha caído hasta el 67,8%, la mayor
bajada en los últimos 20 años, según un estudio del Centro de Estudios
para la Vivienda de Harvard.</p><p>En los últimos años han sido las
minorías, sobre todo latinos y asiáticos, quienes más han comprado. La
mitad de ellos el año pasado tenía una casa, pero ahora son los más
perjudicados por la crisis de las <i>subprime </i>y muchos deben
abandonarla. Ello explica que el mercado de alquiler se esté
disparando. El centro de estudios de Harvard había previsto que entre
2005 y 2015 hubiera 1,8 millones más de alquileres, pero la estimación
se está quedando corta. A raíz de la crisis financiera ya hay más de
1,5 millones de arriendos.</p><p>La propiedad salió de las zonas
rurales y se coló en las grandes urbes. "Todas las ciudades de Estados
Unidos están viviendo declives dramáticos de precios, entre el 10% y el
20%. California, Florida, Tejas, Nueva York... L<b>a vivienda no es la
mejor inversión. Es un activo ilíquido, hay que pagar comisiones a un
agente, reparar, amortizar deuda e intereses, era un mercado muy
inflacionista... Una locura</b>", dice Goetzmann.</p><p><b>La crisis de este
modelo social y económico arrancó en EE UU, pero el otro lado del
Atlántico también tuvo que despertarse. Sobre todo España, Irlanda y
Reino Unido. Éstos son los tres países donde, a juicio del presidente
del Instituto de Investigación Económica (Ifo), Hans-Werner Sinn, se
hinchó "una burbuja inmobiliaria". Pero en España, además, con otro
agravante: su parque de alquiler es exiguo, del 11%, incluyendo las
segundas residencias. Si se valoran sólo las principales, la proporción
baja hasta el 7,5%,</b> según la consultora Aguirre Newman.</p><p>"Comprar
no es un sueño, al menos no para todos. <b>Otros países no sólo protegen
al propietario, también al inquilino</b>. En Suiza o Alemania, por ejemplo,
los alquileres tienen un tope por zonas", asegura Kothari. El que fue
relator de la ONU hasta hace unos meses también <b>rechaza desgravaciones
o ayudas para la compra, porque sostiene que van directamente al
promotor y sirven para subir los precios de los pisos</b>.</p><p>España
sigue estando en la cola de Europa. Según el Comité Europeo de
Coordinación de la Vivienda Social (Cecodhas), sólo el parque de
viviendas en alquiler de Hungría es más modesto. En cambio, Italia,
Holanda, Suecia o Francia tienen una amplia oferta de arrendamientos.
Pero, además, los pisos sociales en alquiler en España sólo llegan al
1%, frente al 35% de Holanda. En el otro extremo está Alemania, donde
el 57% de los ciudadanos vive de alquiler.</p><p>Reino Unido todavía
conserva un mercado de pisos de alquiler amplio a pesar del
desmantelamiento que se produjo en la década de los ochenta, bajo el
mandato de Margaret Thatcher. Todavía son de alquiler 3 de cada 10
pisos, y las viviendas sociales siguen repartidas por todos los barrios
de Londres. Sin embargo, en los últimos años ha vivido un auge de la
construcción que ha primado la compra.</p><p>Los datos oficiales
indican que la demanda de pisos en arrendamiento se ha incrementado un
50% en sólo un año. Las consultoras británicas estiman que alrededor de
1,6 millones de personas de entre 18 y 40 años están alquilando porque
no pueden permitirse la adquisición de una vivienda. Y la caída del 15%
en los precios que registra la Royal Institution of Chartered Surveyors
(RICS), la mayor asociación del sector inmobiliario del mundo, sólo
puede dar acceso a la compra, en cambio, a 600.000 personas. El
alquiler se antoja como la única solución.</p><p>El economista jefe del
RICS, Simon Rubinsohn, explica que el auge del alquiler se está
produciendo en todo Reino Unido, pero especialmente en Londres. "Los
bancos no llegaron a dar préstamos a 50 años como en España, pero sí lo
hicieron con condiciones muy relajadas. Bajaron los tipos de interés,
pero, además, financiaban el 100% del valor de la vivienda, que ahora
está cayendo. Todo esto ha dado un vuelco. Los bancos no quieren
riesgos", afirma.</p><p><b>Ahora, España, el antiguo reino del ladrillo,
también mira hacia el alquiler. Las compraventas han caído la mitad en
un año y el <i>stock</i> de viviendas sin vender ha seguido
engrosándose. Ya hay alrededor de 675.000 pisos sin vender, a los que
hay que sumar los que adquirieron inversores para revenderlos
enseguida. En total se estima que hay entre 1 y 1,5 millones de pisos
vacíos.</b></p><p><b>A la vez que el país se convierte en un cementerio de
cemento, miles de ciudadanos se resienten por haber comprado</b>. Lo
demuestra el aumento de la morosidad, que hasta septiembre se triplicó.
"De momento, las tasas son manejables. El problema nos lo encontraremos
cuando suba el paro", afirma Rubinsohn. Las entidades financieras se
las ingenian para controlar estas cifras. Y una salida vuelve a ser el
alquiler.</p><p>Elena Ramos, por ejemplo, era incapaz de pagar la cuota
mensual de 1.147 euros de su piso de Vic (Barcelona) que compró por
240.000 euros hace un año. Tiene un sueldo de 900 euros brutos al mes,
una pensión de 200 euros de su ex marido y dos hijos a su cargo. Su
entidad financiera, Caixa Catalunya, le ofreció la posibilidad de
cancelar el préstamo y seguir en el piso con un alquiler de 550 euros.
Enseguida aceptó el trato.</p><p>Apenas hay estadísticas sobre el
mercado de alquiler en España. Sólo alguna comunidad obliga a los
propietarios a depositar la fianza que da el arrendatario en las
Administraciones y ofrece algún dato. Es el caso de Cataluña, la
comunidad donde más caen las ventas. Los contratos de alquiler ya
superan a los de compraventa. En el área metropolitana de Barcelona la
oferta de pisos de alquiler creció más de un 30%. Y en la capital
catalana, el mayor mercado de alquiler de España (uno de cada cuatro
pisos está en este régimen), lo hizo un 9%.</p><p>Los estudios que las
patronales del sector han elaborado en los últimos años indican que sí
hay un grupo de personas predispuestas a alquilar. Son sobre todo
jóvenes, divorciados, familias monoparentales, inmigrantes o personas
que se hallan en situaciones transitorias. Pero la nueva demanda de
alquiler despunta por la situación del mercado y no por un cambio de
mentalidad.</p><p>En España, la mayor oferta está en las grandes
ciudades, en especial en Madrid y Barcelona. Sólo Cataluña y la
Comunidad de Madrid tienen más de un 10% de sus pisos en alquiler,
según un estudio de Aguirre Newman. A la cola están Castilla-La Mancha
o la Comunidad Valenciana, donde el auge de la construcción fue más
intenso.</p><p>El director de Investigación de la consultora, Javier García-Mateo, explica que hay un gran <i>stock </i>de
pisos y que los ritmos de venta se están alargando mucho. "La cuota
hipotecaria es en algunas zonas más alta que el alquiler y no compensa
comprar un piso", señala. No es extraño que las grandes inmobiliarias
se hayan apuntado al alquiler. De hecho, del informe se desprende que
todos los ciudadanos que no podían o no se atrevían a comprar ya
optaron por alquilar entre 2000 y 2007. En ese periodo, este régimen
subió un modesto 16,5%. Pero ahora son más quienes no pueden permitirse
o acceder a un crédito.</p><p>Los economistas pronostican que la crisis
será mucho más profunda en los países que crecieron a costa del
ladrillo. "Lo grave es que en Estados Unidos el ciudadano tenía derecho
a que le diesen el crédito. El banco debía concedérselo por fuerza",
lamenta el presidente del Ifo, Hans-Werner Sinn. Pero cada crisis,
dicen los expertos, es una oportunidad. Y todos los consultados confían
en que los ciudadanos elijan el alquiler o nuevas sendas que se están
ensayando. Una de ellas, las cooperativas de usuarios, donde el
ocupante paga un depósito y luego una renta mensual para vivir en el
piso de forma indefinida. Que se deje de "poseer" y se pase a "usar".</p>