<br><br><div class="gmail_quote">---------- Forwarded message ----------<br>From: <b class="gmail_sendername">plataformarural</b> <span dir="ltr"><<a href="mailto:plataformarural@nodo50.org">plataformarural@nodo50.org</a>></span><br>
<br><br><u></u>
<div bgcolor="#ffffff">
<div> <br></div>
<div dir="ltr">
<div>
<div><font color="#ff0000" size="4"></font> </div>
<div><font color="#ff0000" size="4">¡CAMPESINOS-CAMPESINAS! ¿SABEMOS QUÉ NOS ENVENENAMOS?</font></div>
<div><br></div>
<div><span style="line-height: 15px; font-family: Verdana,Arial,Helvetica,sans-serif; color: rgb(75, 93, 103); font-size: 11px;">
<p style="text-align: right; padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;"><b style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">Consejo
de Redacción de la revista SOBERANÍA ALIMENTARIA, BIODIVERSIDAD Y CULTURAS
(*)</b></p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;"><i style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;"></i></p>
<p style="text-align: justify; padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;"><i style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">En
el transcurso de los últimos 150 años
el ser humano ha fabricado muy diversos compuestos
químicos con objeto de satisfacer las
necesidades crecientes de un supuesto desarrollo. Desde
el inicio de la revolución industrial, se
estiman en más de 120.000 las
sustancias químicas de nueva síntesis y los
subproductos derivados de éstas producidos
por la actividad humana, censo que se incrementa día a día. Se
empiezan a evidenciar las consecuencias de estos compuestos químicos en la salud
de la población en general, en el propio medio ambiente, pero ¿qué ocurre con el
campesinado y población rural más expuestos a productos utilizados en la
agricultura industrial o convencional?</i></p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;"><b style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">¿Plagas
contra quien?</b></p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">Se
ha manifestado frecuentemente que la
mecanización y el uso de compuestos químicos ha
supuesto un beneficio sustancial en la producción agrícola. Se dice que gracias
al empleo de plaguicidas, herbicidas y fertilizantes, las cosechas se han visto
incrementadas significativamente y las pérdidas
en la producción se han reducido de
forma espectacular. Pero también se ha
señalado el riesgo potencial para la vida
animal y humana derivado de la
exposición continuada a compuestos químicos diseñados como para
combatir las plagas que afectan a los vegetales. Riesgo derivado por
el empleo de carácter farmacológico de
algunos principios activos, como por la
persistencia medioambiental de sustancias no
utilizadas en la actualidad, pero empleadas
en el pasado.</p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">La
era de los plaguicidas químicos comenzó en
el siglo pasado cuando se desarrollaron
los sulfuros y se les encontró una aplicación práctica como
fungicidas. Posteriormente fueron los compuestos arsenicales los que se
emplearon para el tratamiento de las plagas de insectos en la producción
agrícola. En ambos casos se trataba de sustancias
de una elevada toxicidad, lo que
limitó su empleo generalizado. Fue en 1940, al
calor del inicio de la revolución verde, cuando aparecieron
en el mercado los primeros pesticidas
organoclorados que tienen su máximo exponente en el DDT.
Ya que, en principio, estos organoclorados
presentaban baja toxicidad, su uso se vio
enormemente favorecido y ocuparon una
posición dominante entre los plaguicidas químicos
de nueva síntesis. Con posterioridad, se pusieron de
manifiesto los inconvenientes de este
comportamiento ya que la alta lipofilidad
(afinidad por las grasas) junto con la estabilidad química resultan en una gran
persistencia medioambiental y en una exacerbación de los efectos biológicos
indeseables.</p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">Por
importante que sea el uso histórico de DDT y su residuo medioambiental, lo
cierto es que no es más que un ejemplo de una gran familia de
plaguicidas organoclorados que comparten muchas características
comunes. La mayoría de los países industrializados tiene prohibida, hoy día, la
utilización de muchos de estos compuestos, sin embargo, al igual que ocurría con
DDT, debido a su persistencia en los medios naturales y su lipofilidad, pueden
encontrarse aún en cualquier ser vivo (desde los peces hasta las personas) y en
cualquier parte del planeta, inclusive allí donde nunca se utilizó.</p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">Relegados
los organoclorados a un segundo lugar, los principales
plaguicidas utilizados hoy día en los países industrializados
pertenecen al grupo de los organofosforados, carbamatos
y piretroides. Se trata de compuestos químicos con una vida
media mucho más corta que los
organoclorados, de tal manera que son menos persistentes y no se acumulan en el
tejido adiposo. Pero, si estos plaguicidas han podido ser encontrados en el aire
de un espacio natural y como contaminantes en los
grandes cursos de agua, no es de
extrañar que sean contaminantes habituales en núcleos rurales y que
haya riesgo de exposición de la población que ahí reside y trabaja.</p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;"><b style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;"></b></p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;"><b style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">Ejemplos
de intoxicación en la población agrícola</b></p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">La
exposición humana a los plaguicidas persistentes es un hecho bien documentado
durante los últimos treinta años, si bien
sus consecuencias empiezan a entreverse ahora, cuando más
de una generación ha sido víctima de ese acoso químico.
Las consecuencias a largo plazo de la exposición a plaguicidas se manifiestan
sobre el desarrollo y la funcionalidad de
diferentes órganos y sistemas; y abarca
desde alteraciones neurológicas, reproductivas,
endocrinas e inmunológicas, fracasos funcionales
y alteraciones del comportamiento, a la
aparición de tumores.</p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">Los
riesgos asociados a los plaguicidas dependen de los niveles de exposición por lo
que hay que considerar dos colectivos humanos bien definidos. Por una parte, la
población en general, expuesta a niveles bajos como
consecuencia de la contaminación de aire, aguas y alimentos. Por otra, los y las
trabajadoras de la industria química que los produce y las y los agricultores
que los aplican, que se encuentran expuestos ocupacionalmente a niveles
relativamente altos.</p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">Las
intoxicaciones agudas por plaguicidas están
bien documentadas. Por ejemplo, se sabe que sólo en Almería se dan más de
1000 casos anuales de envenenamiento, con un 5% de defunciones.</p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">Frente
a la información, relativamente rica, de los efectos agudos de los plaguicidas,
llama la atención la parquedad de datos sobre los efectos profesionales a largo
plazo. Lo cierto es que los efectos tardíos de la exposición a
plaguicidas son más sutiles en cuanto a presentación y, por tanto,
es más difícil establecer una relación de causalidad
entre un único agente químico, o una
práctica agrícola concreta, y la aparición
de un efecto nocivo o enfermedad. Los efectos
combinados de la exposición continuada a diversos compuestos químicos, aunque
los mismos estén por debajo de los límites establecidos como seguros, es mucho
más desconocida y poco estudiada.</p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">A
pesar de las dificultades, son frecuentes los estudios en los que se ha
intentado establecer una relación de causalidad entre la exposición crónica a
los compuestos químicos y algunas enfermedades particulares. Algunos
estudios han relacionado:</p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">-perturbación
del sistema endocrino atribuido a algunos plaguicidas
persistentes.</p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">-incremento
de la tasa de abortos y disminución de la fertilidad asociados a
plaguicidas persistentes DDT, lindano y
dieldrín.</p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">-riesgos
para la salud infantil derivados de la exposición intrauterina
y durante los primeros meses de la vida, fundamentalmente a
través de la lactancia, de niños
nacidos de madres profesionalmente expuestas.</p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">-los
tumores cerebrales, el cáncer de estómago, de próstata o de testículo, junto con
la leucemia linfática y los linfomas no-Hodgkin asociados con la actividad
profesional agrícola.</p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">La
exposición de la población general establecida en áreas eminentemente agrícolas
ha sido también documentada. Por ejemplo,
en la población infantil de Murcia y Granada
se encontró el residuo de endosulfán y algunos metabolitos en el 40% y 30%
de las muestras de grasa analizadas,
respectivamente. Y como suele ser lamentablemente habitual, no hay
datos sobre mortalidad por cáncer u otras enfermedades
en mujeres dedicadas a las actividades del
campo, ya que muchas de ellas no
están registradas como trabajadoras agrícolas a pesar de su
presencia activa en muchas tareas. En muchos casos, en su certificado de
defunción la profesión que se recoge es la de “sus labores”.</p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">Ha
costado años de seguimiento y esfuerzo
de diversos grupos de trabajo interesados en el estudio
de la toxicidad crónica de los plaguicidas mostrar la evidencia que liga
exposición a efecto nocivo para la salud. Sin embargo
los organismos reguladores del
uso de sustancias químicas, encargados
de prevenir la exposición inadvertida a
tales compuestos, parecen no haber estado capacitados para intervenir
preventivamente y solo reaccionan ante la evidencia absoluta en la relación
exposición/efecto. Tal evidencia es difícil de
conseguir, máxime cuando los ejemplos nos
advierten del efecto tardío, dilatado en el
tiempo. En casos como este, más que
nunca, el principio de precaución debería ser una premisa de decisión en
la mente de todas y todos.</p>
<p style="padding: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; font-size: 11px; margin-right: 0px;">(*)A
partir de artículos de Nicolás Olea y Mariana F. Fernández</p></span></div>
<div>más información en:</div>
<div><a href="http://revistasoberaniaalimentaria.wordpress.com/2011/04/10/revista-numero-5/" target="_blank">http://revistasoberaniaalimentaria.wordpress.com/2011/04/10/revista-numero-5/</a></div>
<div><br></div>
<div><a href="http://revistasoberaniaalimentaria.wordpress.com/2011/04/10/revista-numero-5/" target="_blank"></a><br>-- <br>Gustavo Duch
Guillot<br>------------------------------<br>PALABRE-ANDO: <a href="http://gustavoduch.wordpress.com" target="_blank">http://gustavoduch.wordpress.com</a><br>LO QUE HAY QUE TRAGAR: <a href="http://loquehayquetragar.wordpress.com/" target="_blank">http://loquehayquetragar.wordpress.com/</a><br>
"Porque contar es
otra forma de caminar"<br></div></div></div>
<p>
</p><hr>
<p></p>
<div><br><br>Cristina Sancho Esteban<br>Secretaría Técnica de Plataforma
Rural<br>Pza. Iglesia s/n<br>34429 Amayuelas de Abajo, Palencia<br>Tfno: 979 15
42 19<br>Email: <a href="mailto:plataformarural@nodo50.org" target="_blank">plataformarural@nodo50.org</a><br><a href="http://www.nodo50.org/plataformarural" target="_blank">www.nodo50.org/plataformarural</a></div>
<div> </div>
<div>ESTAMOS POR LA VÍA CAMPESINA<br><a href="http://www.viacampesina.org" target="_blank">www.viacampesina.org</a></div></div><br></div>